UNA SUGERENCIA BASADA EN UNA EXPERIENCIA (Primera Parte)

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Por Joaquin Abreu en El Gedeonista Opinar

Cuando en algunas ocasiones hemos sugerido o pedido aquí un cambio en el sistema de gobierno autocrático de nuestra iglesia, por un sistema de gobierno pluralista y participativo a todos los niveles: local, regional, nacional e internacional, fundamentado y regido por una constitución, como algo necesario y que da buenos resultados; no lo hemos sugerido o pedido basado en suposiciones o por haber observado cómo funciona esto en otras iglesias o en los gobiernos civiles; sino porque nosotros mismos lo pusimos en práctica por más de 20 años en la Escuela Nacional de Teología de Cuba.

Cuando en el año 1984 el entonces director de la iglesia en Cuba, el obispo Próspero Rojas, me designó como director del Seminario, una de mis primeras acciones fue crear un proyecto de reglamento, con el fin de lograr el mejor funcionamiento de la escuela. A través de ese reglamento todos los maestros participaban en las decisiones docentes y administrativas, tomando acuerdos por mayoría de votos. Y hasta los alumnos tomaron parte también, pues hubo tiempos en que estos llegaron a tener un representante en cada reunión ordinaria de los consejos de la escuela por cada curso (Escuela Preparatoria y Curso Ministerial), elegidos por ellos, que expresaban sus quejas, demandas o sugerencias.

Este proyecto de reglamento que redacté, lo entregué en una fecha específica a cada uno de los pocos maestros que había en aquel momento, con el fin de que lo estudiaran con calma y le hicieran las enmiendas, los cambios o las adiciones que cada uno creyera convenientes; para reunirnos después al cabo de varios días, con el fin de debatir y aprobar mediante una votación, lo que habría de ser definitivamente nuestra constitución escolar.

Si en la oficina del Seminario de la Playa Baracoa se conservan aun los archivos históricos de la escuela, que existían en una carpeta, se pueden encontrar en uno de sus files, unas hojas amarillentas de papel malo (era lo que podíamos conseguir en aquellos tiempos), donde se pueden leer los artículos de este proyecto de reglamento y las firmas de los maestros que lo aprobaron. En la última hoja, casi al final, aparecen los siguientes nombres con sus respectivas firmas: José Duménigo Fabregat, Joaquín Abreu Rogert, Tomás Rodríguez Socarrás, Sergio González Caballero, Ramón Abreu Rogert, Obed Rojas Hernández, Atilano Guilarte Leiva y Ornán Rangel Barrera.

Este proyecto de reglamento también contó con la ratificación de la dirección de la iglesia en Cuba, mediante una declaración firmada al final (aparece después de las firmas de los maestros) por los representantes de esa dirección en aquella fecha: el obispo Própero Rojas y el entonces superintendente David López, quien se desempeñaba como ayudante del director.

Así, legalmente y formalmente instituido, este reglamento funcionó (con muchas enmiendas, cambios o adiciones que se le hicieron posteriormente) hasta que yo vine para los Estados Unidos en el año 2005; o sea, durante 21 años. No estoy al tanto de saber si actualmente funciona o no.

En línea general el proyecto de reglamento inicial dividía la dirección de la escuela en tres niveles de importancia y autoridad. En el primer nivel estaba el Consejo de Maestros, formado por todos los maestros de la escuela y el administrador de la misma. Este consejo era el encargado de analizar, debatir y acordar todas las planificaciones docentes y administrativas que regularían el curso durante el año. Incluida la planificación de los gastos. En el segundo nivel estaba el Consejo de Dirección. Este consejo estaba compuesto por el director de la escuela y dos maestros elegidos al principio del curso. Se encargaba de supervisar periódicamente (cada vez que se terminaba un período de clases, y el curso escolar anual contaba de seis períodos) la ejecución de los planes acordados en el Consejo de Maestros (el cumplimiento del plan de clases de los profesores, las calificaciones de los alumnos, la disciplina, etc.) y tomaba los acuerdos pertinentes para la marcha del curso. Y en el último nivel estaba el director de la escuela. Sus responsabilidades más notables consistían en presidir todas las reuniones de los dos consejos, preparar y presentar todas las planificaciones para debatir y tomar los acuerdos, y trabajar como el poder ejecutivo de esos acuerdos.

La aplicación de este sencillo reglamento nos permitió trabajar en la escuela por muchos años con estabilidad y crecimiento interno sostenido; a pesar de las dificultades que enfrentábamos externamente.

Inspirados en esa experiencia de la escuela, Walter y yo formulamos hace algunos años un reglamento para lo que pudiera ser la base de una constitución en una obra local; o sea, en un pastorado. Más adelante, en otras secciones de este tema, publicaremos más sobre este proyecto de reglamento para una obra local.

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5 Respuestas a “UNA SUGERENCIA BASADA EN UNA EXPERIENCIA (Primera Parte)”

  1. Ernesto Miguel dijo:

    A la verdad, seria estupendo que la iglesia volviera a darles una oportunidad y ustedes prueben que hay muchas reformas que si se hicieran, tendrian un resultado mucho mejor del que obtuvo el seminario en cuba.

    No hay la menor intension, de que la jerarquia actual, cuente con ustedes para este trabajo. Todo lo que expresan por donde quiera a cerca de ustedes, es que son personas non gratas, estamos viendo que ustedes persisten en estos articulos que no son del dominio de la iglesia y mucho menos de la direccion, no se que sentido tiene esto, porque el rumbo que sigue la direccion es demostar que ustedes son detractores, enemigos de la fe gedeonista, personas influenciadas por el diablo que es quien les ha usado hasta aqui, usando de derechos que no son reconocidos por la direccion y por consiguiente la iglesia.

    Por que mejor no piensan en alguna otra manera de ayudar ? esta no ha funcionado, no esta funcionando. No es posible que gente como ustedes no han dado con una manera mas inteligente de ayudar.

  2. Joaquín Abreu dijo:

    Ernesto Miguel

    Usted nos sugiere que pensemos en otra manera más práctica de ayuda; pero no nos indica alguna. Me interesaría nos dijera cómo usted cree que podría implementarse otra forma de ayuda más efectiva.

    Yo estuve trabajando durante largos años (más de 20) con el fin de ayudar a cambiar el sistema de gobierno autocrático que tenemos. Pero el trabajo siempre lo hice dentro del sistema y sujeto a él. He podido comprobar (después de casi un cuarto de siglo) que trabajar así no da resultados.

    Cuando en el Seminario presenté el Reglamento del que hablo aquí, no lo hice solamente con la finalidad de que la escuela funcionara correctamente (ese era sólo uno de los propósitos), pero también con la intención de que los nuevos pastores y ministros egresados de nuestro centro, tuvieran otra forma de pensar en lo que respecta a cómo debía ser el sistema para dirigir y administrar una iglesia local.

    Claro está, como que yo estaba sujeto al sistema establecido y trabajando con él, nunca se me ocurrió decirle a los alumnos: “Miren, el sistema de gobierno que tenemos nosotros en la iglesia es un sistema autocrático y dictatorial. Y ese sistema, primero: es contrario a lo que nos enseña la Palabra de Dios; y segundo: no funciona para el desarrollo y el crecimiento de la iglesia a ningún nivel. Es menester cambiarlo por otro conforme a las Escrituras, y este debe ser un sistema pluralista y participativo. Ustedes necesitan aprender sobre este sistema de administración, y aquí tenemos en el Seminario uno: su reglamento como constitución. Esta constitución puede ser un ejemplo de cómo debe funcionar el gobierno de la iglesia, y deben tratar de implementarlo en la localidad donde sean asignados como pastores una vez sean graduados y ordenados”.

    Aunque si se me hubiera ocurrido la idea de decirles esto a los alumnos en aquellos tiempos, me hubiera buscado muchos problemas como ahora, porque el liderazgo nuestro nunca ha tolerado voces que disientan de lo que ellos determinan. Por lo tanto nuestro trabajo (el del Seminario) consistió más bien en dar un ejemplo, sin dar enseñanza alguna. El resultado ha sido un trabajo realizado totalmente en vano. El sistema de gobierno autocrático es tan fascinante y tan halagador para satisfacer al ego humano, que la mayoría de los alumnos egresados, cuando eran ordenados pastores en las iglesias, llegaban a ser tan dictadores de órdenes como los antiguos oficiales de la iglesia de los años 40. Inclusive (no estoy seguro) pero me parece que el centro de estudios donde implementamos y practicamos esta constitución pluralista y participativa por más de veinte años, ahora mismo está atrapado en la autocracia.

    Por eso la experiencia vivida por muchos años me ha convencido de que es totalmente ineficiente tratar de lograr algún cambio positivo estando dentro del sistema y sujeto a él. Porque no sólo se trata de este asunto del reglamento en la escuela, yo he tratado de ayudar de otras maneras y ninguna ha servido para nada. Y voy a contarle otro caso entre los varios que pudiera citarle:

    A la Conferencia Internacional de Diciembre del año 1992 vine de visita aquí a los Estados Unidos desde Cuba, y personalmente encabecé, a expensas de buscarme serios problemas, un movimiento reformista de un pequeño grupo de oficiales, el cual solicitó al director de la iglesia en ese momento la derogación del Artículo Final del Reglamento Interno, que aparece en la edición del Manual del año 1990. Esto lo pedimos con el fin de que el Concilio Superior asumiera la dirección y el control pleno de la iglesia. Esa solicitud la hicimos formalmente por escrito y firmada por los trece oficiales solicitantes. De ella conservo aun en mis archivos una fotocopia con las firmas de todos, porque fui yo personalmente quien redactó aquella solicitud, que firmaron después todos los demás. Hice aquello para tratar de ayudar, pensando en que el Concilio Superior habría de sacar a la iglesia de la inercia y el estancamiento. Ese artículo final que nosotros solicitamos fuera derogado, está en el Reglamento Interno de la Iglesia en la página 18 del Manual y dice lo siguiente: “Una vez que sea aprobado y firmado este Reglamento Interno podrá ser parcialmente puesto en práctica por la actual dirección de Nuestra Iglesia, pero su plena y total vigencia comenzará a partir del momento en que cese en sus funciones el actual Apóstol-Director”.

    Ese grupo de trece oficiales logró que se le aprobara su petición en esa misma conferencia; pero no fue hasta pasados varios años que se hizo efectivo el acuerdo tomado. Y al cabo del tiempo me pregunto: ¿Para qué hicimos aquello? ¿Qué resultado positivo ha tenido eso?

    De aquello han pasado ya 18 años y el panorama que tenemos ahora sigue siendo tan sombrío como aquél. La misma inercia, el mismo estancamiento, las mismas carencias y limitaciones de la obra permanecen. No se ha adelantado casi nada de aquel tiempo a esta fecha; y yo diría que en algunos aspectos hasta hemos retrocedido. Con la toma de la dirección de la iglesia por parte del Concilio Superior esperábamos progreso, adelanto, crecimiento, planes, proyectos, realizaciones; y lejos de eso, sigue el estancamiento. ¿Dónde están las escuelas? ¿Dónde están los planes de evangelización mundial? ¿Dónde están las convenciones de pastores? ¿Dónde está un plan bien trazado y objetivo para el crecimiento espiritual, numérico, geográfico y financiero de la institución a nivel internacional? Cada día más problemas, más dificultades, más ayunos y oraciones por los matrimonios y los hijos de las nuevas generaciones que se están destruyendo moral y espiritualmente, menos obra misionera, casi cero de convertidos. Yo mismo juzgo mi acción de aquel tiempo y digo: ¿Para qué sirvió lo que hice? ¿Me pudiera usted decir qué otras cosas se pudieran hacer estando dentro del sistema? Si fueran realmente efectivas yo estaría dispuesto a colaborar.

    Por esto que le he dicho y por otras cosas más que pudiera decirle o contarle, he llegado a la conclusión de que para poder hacer algo efectivo a favor de los cambios necesarios, de verdadera ayuda para la iglesia (y con este nombre me refiero a todos los integrantes de la institución, no a una parte de ella), no podía trabajar dentro del sistema. Por eso decidí salirme de él (del sistema) para poder escribir y hablar con libertad. Dentro del sistema no podía tener eso: libertad. Aunque pensara distinto y creyera distinto, tenía que hacer las cosas como no las pensaba ni las creía. Quizás a otro no le sea difícil ser libre y al mismo tiempo estar sujeto a este sistema. Yo no podía. Yo tenía que usar de la doble moral. Por eso opté por desligarme del sistema.

    De todas maneras he dicho varias veces que tampoco creo en un resultado positivo a corto plazo de este trabajo que estamos haciendo ahora, porque no creo en una comprensión y asimilación de nuevas ideas por parte del liderazgo actual. Sólo me parecen posibles los cambios a largo plazo mediante la enseñanza a las nuevas generaciones para que piensen diferente. De todas maneras le repito: Si usted tiene otra opción mejor, yo la aplaudiría y estaría dispuesto a cooperar en todo lo que estuviera a mi alcance.

  3. Ernesto Miguel dijo:

    Conosco perfectamente la historia, los hechos citados son parte que de mi experiencia, yo creo que se ha perdido el tiempo, se ha malgastado, cada vez mas ustedes son mal mirados y malinterpretados en este trabajo de la reforma. Si tuvieramos la certeza, de que la iglesia ( los feligreses ) estan siguiendo las exposiciones de este bolg, tal vez sentiria que hay esperanza en las nuevas generaciones, pero no es asi, creame que yo he procurado recabar alguna informacion de lo que creen nuestros hermanos acerca de este blog y el mayor porciento de ellos siente que les confunde, que no les ayuda , porque prevalece la impotencia que sienten por no lograr las reformas que son tan justas y necesarias. Sabe que es lo peor de todo ? que ellos creen que este blog habla con verdad, ven la reaccion de los lideres tan injustificada y entonces terminan por perder no solo el concepto de la iglesia en donde nacieron y en donde permanecen sus padre y familiares, muchos pierden la fe, son vitima de la duda que sacan al verles a ustedes relegados del ceno de la iglesia, criticados sin ningun escrupulo, mientras que los supuestos lideres espirituales de la iglesia ni se inmutan ante esta situacion, hacen todo lo posible y hasta lo imposible porque ustedes se larguen de aqui ( uso ese termino, porque lo he escuchado de sus propias palabras)

    No sabe como me gustaria aportar una idea mejor, ustedes deberan descubrirlo, no veo nada ni a corto ni a largo plazo, lo que si es una realidad, que todo apunta al desmoronamiento, la ambicion de poder y la guerra de poderes en la esfera principal, esta probocando una cadena de desertores y de independencia de congregaciones donde ya se esta conciderando esta idea.

    Es hora de replantear el trabajo de este blog, con un enfoque diferente, que consiga algo de lo que ustedes sueñan.

  4. Joaquín Abreu dijo:

    Ernesto Miguel

    No encuentro muchas diferencias en cómo usted ve las cosas y cómo las veo yo. Sólo me parece ver una, aunque no deja de ser profunda: Me parece ver la diferencia (no estoy seguro, sólo quizás sea una idea mia) en que usted cree que los resultados positivos de nuestro trabajo deben verse “YA”, ahora mismo; y yo creo que se verán a largo plazo.

  5. Joaquín Abreu dijo:

    Ernesto Miguel

    Releyendo su primer comentario, he visto necesario hacer también yo un comentario más sobre otro de los asuntos que usted escribió. Ahí usted dice lo siguiente: “…estamos viendo que ustedes persisten en estos artículos que no son del dominio de la iglesia y mucho menos de la dirección, no sé que sentido tiene esto,…”

    Particularmente quiero hacer referencia a estas dos ideas expresadas por usted:

    1) Ustedes persisten en estos artículos.
    2) No sé que sentido tiene esto.

    He expresado más de una vez aquí cuatro cosas que quizás todavía no aparezcan claras y por eso no se entiendan bien. Por tal motivo quiero reiterarlas:

    1) Estoy en total desacuerdo con que la iglesia sea dividida en grupos; peor aun si se convierten en grupos sectarios. Nosotros no comenzamos este trabajo del blog con ese fin. Si lamentablemente algunos de quienes empezaron con el movimiento del blog han terminado en separarse y formar otro grupo, no fue porque nosotros lo promoviéramos. No sé qué otras motivaciones habrán existido para llegar a eso; pero entre los objetivos del blog no estuvo ni ha estado nunca tal cosa. Así que esa es una de las razones primeras por la cual persisto en el trabajo inicial y esencial del blog.

    2) Creo que todos los esfuerzos debieran estar encaminados a lograr una reforma positiva en el seno de nuestra iglesia, mediante la enseñanza de la verdad bíblica por cualquier medio.

    3) Tal reforma no se logrará en poco tiempo. Es a largo plazo.

    4) Quienes estén dispuestos a participar en este trabajo a favor de que nuestra iglesia sea reformada hacia bases genuinamente bíblicas, tendrán que pagar un precio, porque el medio que nos rodea es hostil. Tendrán que pagar el precio de la repulsa, la calumnia, las sanciones…

    Esas son las causas esenciales por la cual persisto en estos artículos, que usted dice no son del dominio de la iglesia; pero por lo menos usted y otros más los leen. Y si nos guiamos por la encuesta pública, de 606 lectores, 462 aprueban esta publicación y confiesan que les ayudó.

    Además, en su segundo comentario usted mismo dice que ha recabado alguna información entre quienes leen el blog y (cito sus propias palabras) “..ellos creen que este blog habla con verdad, ven la reacción de los líderes tan injustificada y entonces terminan por perder no solo el concepto de la iglesia en donde nacieron y en donde permanecen sus padres y familiares, muchos pierden la fe, son víctimas de la duda que sacan al verles a ustedes relegados del seno de la iglesia…”

    Si lo que pierden estos hermanos es la fe en Dios y en las Sagradas Escrituras, sí sería algo sobre lo que pensar con seriedad, porque este blog y lo que se publica aquí, no enseña ni promueve eso. Todo lo contrario: lo que enseñamos es a creer y a confiar sólo en Dios y en su Palabra, esta última como la única verdad infalible. Pero si lo que pierden es la fe en la iglesia (los líderes), no sería esto absolutamente negativo, porque gente que sientan y piensen así, serían los más idóneos para ayudar en la reforma que la iglesia necesita.

    Aunque no creo que el blog sea el único medio para llegar a toda la iglesia y lograr la reforma. Es sólo un grano de arena de todo lo que se necesita hacer. Por eso pienso que separarse y formar grupos ajenos para nada ayudará a la causa de una reforma. Todo lo contrario: la está perjudicando.

    Es casi seguro usted conoce este consejo (casi orden) dada por Dios a través de Moisés al pueblo de Israel: “Estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón. Se las repetirás a tus hijos, y les hablarás de ellas estando en tu casa y andando por el camino, al acostarte y cuando te levantes. Las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; las escribirás en los postes de tu casa y en tus puertas.”

    Está probado que la repetición constante de lo mismo es la base de la enseñanza y del aprendizaje. Si el pueblo de Israel fracasó estruendosamente, una de las causas más lamentables fue porque la tribu de Leví, encargada de esta enseñanza permanente, no hizo caso de esta orden dada por Moisés y desatendió su misión.

    Es lamentable ver cómo los impíos usan de este método magistralmente, para propagar sus mentiras y sus engaños; y que tan frecuente y tantas veces descuidamos y despreciamos los cristianos en la proclamación de nuestra verdad.

    Fue Joseph Goebbels, el ministro de propaganda de Adolfo Hitler quien dijo: “Una mentira mil veces repetida, se transforma en verdad”. Así Fidel Castro (admirable discípulo de Goebbels), ha estado diciendo por más de cincuenta años, que los Estados Unidos son el imperialismo yanki y que Cuba es el paraíso de los trabajadores; y ya medio mundo se cree tal cosa.

    Sin embargo, los cristianos siempre estamos buscando decir o hacer algo novedoso, porque si no cansamos a la gente y no nos hacen caso. Fatal manera de pensar. Los impíos nos dan la delantera.

    Por esta otra realidad que nos enseña Moisés en su orden, es que persisto en decir una y otra vez lo mismo donde me sea posible. El blog es uno de los lugares donde me es posible.

    Queremos que nuestra iglesia llegue a tener un gobierno pluralista y participativo a todos los niveles: local, regional, nacional e internacional. Para decidir sobre todas las cosas. Como lo vemos en la iglesia del Nuevo Testamento. Eso hay que repetirlo un millón de veces si es necesario.

    Deseamos que en nuestra iglesia exista un espíritu cristiano de tolerancia en relación con disciplinas o normas que no se fundamentan en la Biblia, sino en pareceres, necesidades o escrúpulos de conciencia personales, que tuvieron o tienen los directivos o una parte de los hermanos. En este orden deseamos que se practique lo que el apóstol Pablo recomienda a la iglesia de Roma en el capítulo 14 de la Epístola a los Romanos. ¿Qué les recomienda a quienes comían de todo y a los otros que sólo comían legumbres? Tolerancia y llevarse bien, fue todo lo que Pablo recomendó. Eso hay que repetirlo y volverlo a repetir hasta la saciedad.

    Pensamos que aun la observancia de los mandamientos de Dios (que son inobjetables, obligatorios) no debe ser impuesta a la fuerza mediante normas, disciplinas, sanciones, castigos… Sino mediante la enseñanza persuasiva, preparando y enseñando a grupos de pastores capaces de convencer los espíritus y las mentes. Para que nuestra gente obedezca siguiendo principios, ideales y convicciones; y no por miedo, coacción o imposición. Eso hay que decirlo, decirlo, decirlo y volverlo a decir; como Moisés lo indicó.

    Estas y muchas otras cosas más tendremos que repetir y repetir.

    Aunque usted ponga en duda o no sepa el sentido que tiene esto que hago. Lo expuesto son las razones.

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