SE NECESITAN LÍDERES MISIONEROS EJEMPLARES
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Hoy se conmemora en toda la iglesia el “Día del Misionero”. Todos los años se celebra (en muchos lugares) con cultos especiales, donde se dan testimonios y se rinden fervorosos reconocimientos a los misioneros del pasado. Sin embargo, en esta celebración del año 2010, dada la inédita circunstancia por la que atraviesa el estatus del “misionero” en nuestra iglesia, se debía reflexionar con sinceridad y humildad sobre nuestra condición actual; más que dedicarnos a reconocer (aunque sea bien merecido tal reconocimiento) lo que hicieron en este sentido nuestros fundadores. Valga este escrito para una reflexión seria, sincera, valiente y honesta.
Se cuenta que Alejandro el Grande, el famoso rey macedonio, vencedor y destructor del Imperio Persa, tenía entre sus tropas un soldado que llevaba su mismo nombre: Alejandro. Pero este soldado era célebre entre sus compañeros por su cobardía. Alejandro buscó y buscó a su tocayo entre las decenas de miles de tropas que le seguían, y cuando lo encontró le dijo una sola y simple frase: “Cambias de nombre o cambias de conducta”.
El rey macedonio tenía el más completo respaldo moral para hacerle esta exigencia a su soldado. Todos los historiadores antiguos y contemporáneos coinciden al escribir sobre la valentía extraordinaria de este rey del Imperio Griego. En todas las batallas libradas por su ejército, Alejandro el Grande estuvo en la parte más difícil y más peligrosa del combate. Su cuerpo estaba marcado por decenas de cicatrices. Sus soldados casi lo adoraban. No fue casualidad que en apenas doce años conquistó el extenso y poderoso Imperio Persa.
En este día los “misioneros” de nuestra iglesia están en una encrucijada parecida a la que se enfrentó el soldado de Alejandro el Grande: “Eres un verdadero misionero o renuncias a serlo”. Pero… ¿quiénes están pidiéndole esto al “misionero” de la Iglesia Soldados de la Cruz? Quisiera citar dos breves párrafos del material enviado a la reunión de ungidos, que tal pareciera dan la respuesta a esta pregunta:
Primer párrafo: Nuestros pastores, oficiales y la misma dirección de la iglesia, no puede contar con muchos de nosotros. No aceptamos traslados. Pero sí nos mudamos de un lugar a otro cada vez que lo deseamos.
Segundo párrafo: El Concilio Superior, el resto de los oficiales y pastores estaremos velando este año sobre esto, y seguiremos orando, trabajando y haciendo llamados para que todos se integren a la obra de Dios.
Si nos guiamos por estos dos párrafos, pareciera como que son los líderes de la iglesia, desde los pastores hasta la máxima jerarquía eclesiástica, quienes están haciendo el llamado al resto de los “misioneros”. Un llamado que implica (por la manera en que está presentado en el material de la reunión) la vuelta a ser incondicionales en el servicio a la iglesia como lo fueron Daddy John y los primeros misioneros. Los líderes de la iglesia le están pidiendo a los “misioneros” actuales: Renuncien a sus propiedades (casas, carros…) y pónganlas al servicio de la iglesia; renuncien a salarios y vivan por fe; dedíquense las 24 horas del día a la predicación del evangelio; pónganse incondicionalmente a disposición de la dirección de la iglesia para ser trasladados hacia cualquier lugar donde sea necesario realizar la obra misionera. Porque estas fueron las características que distinguieron a los fundadores.
Sin embargo, si vamos a ser honestos y sinceros, vale hacerse algunas preguntas: ¿Están los líderes de la iglesia dando el ejemplo en esto mismo que están pidiendo al pueblo? Aunque no lo dicen en alta voz, porque saben que los van a tildar de faltos de respeto y de rebelados, muchos son los que se preguntan: ¿Por qué casi todos los miembros del Concilio Superior viven en los Estados Unidos, cuando en Centro América, Sur América y el Caribe, se necesitan hombres de la estirpe de los Daddy John, para que se pongan al frente en el campo de batalla y sean el ejemplo vivo de lo que significa ser un verdadero misionero? ¿Están dispuestos todos los miembros del Concilio Superior, los superintendentes, los supervisores y los pastores a ser trasladados hacia cualquier lugar del mundo por el apóstol de la iglesia (como era antiguamente) para realizar con entrega y alegría la obra de Dios?
Si no fuera así, entonces todos los “misioneros” sin excepción (miembros del Concilio Superior, oficiales, pastores, misioneros en general) deben estar sometidos a la misma pregunta para tomar una de dos decisiones: “Eres un verdadero misionero y renuncias a tu trabajo, propiedades y salarios, y te dedicas a predicar el evangelio las 24 horas del día en el lugar del continente americano que la dirección de la iglesia te asigne; o entregas el traje y las insignias, y te conviertes en un miembro ungido, para servir a tu iglesia local en la medida de tus posibilidades”.
Reiteramos el llamamiento a la sinceridad y a la humildad, y ahora añadimos también a la valentía y a la honestidad. Sería un hermoso regalo para el “Día del Misionero” si cada uno decidiera enfrentarse con la verdad y tomara decisiones conforme a ella.
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Marzo 17th, 2010 at 9:28 am
En realidad lo que expones es otro nuevo punto interesante Joaquín; sin embargo, yo me atrevo a poner otro punto mas delicado que éste, ¿que pasa con aquellos oficiales que hoy por hoy tienen serias crisis familiares o una vida que no sea digna de ser imitada?, hablo por ejemplo cuando un oficial por ejemplo, citemos el caso del perfil de un obispo,de un hermano que está dejando mucho que desear con el testimonio de sus hijos o el mismo porque no puede dar un testimonio irreprochable, hoy por hoy, podemos hasta pensar que éste tema debe ser tomado ante todo por los mismos obispos, porque Rav. Shaul, daba recomendaciones a Timoteo, 1 Tim. 3:1 al 7, y dichas recomendaciones reflejaban, requisitos mínimos sobre los que un obispo debe estar constantemente sujeto para que la iglesia pueda tener gente de alto calibre espiritual, ¿cómo un oficial con problemas de no poder corregir a sus hijos porque no sean fornicarios por ejemplo, viene ahora sobre la iglesia y para colmo imponiendo castigos a todo mundo pero que a sus mismos familiares o a él mismo no le puede poner castigos con justicia?, no soy partidario de esto, aclaro, pero hoy por hoy, hay muchos de nuestros hermanos que aun gustan de dictaminar quien es fiel o no, o de castigar a uno o a otro, y ¿cómo puede concebirse esto? ¿que cuando a él le toca no pueda actuar?, en tal caso, no importa que no se auto imponga un castigo o se dictamine algo duro para él o sus seres queridos, pero ¿valdrá la pena que este hermano siga ejerciendo un “alto grado de MUCHA RESPONSABILIDAD”?, yo diría que estos aspectos no deben de ser tomados solamente por gente sin toma de decisiones importantes o de bajo perfil, este tema deben de tomarlo en cuenta gente principalmente con un perfil bastante delicado, ¿porque el concilio o la dirección me imagino que a pesar de oir estas situaciones tan tristes, no se asegura bien los pantalones y actúa con la misma fuerza como lo hace con las gentes de bajo perfil, porque no fiscalizan sus propias vidas?, sé que esto suena duro y a muchos de los hermanos de “alto grado” que no pasa de eso en palabrita, sé que si leen esto, no les va a gustar, porque la palabra sagrada de YWHW, no fue diseñada para el consentimiento de pecados, y la misma puede ponerles ahora mismo el sabor a hiel en sus bocas; sin embargo, si tan solo viéramos un testimonio de ver renunciando a un obispo, un oficial o un pastor (que haya cometido algún pecado moral en su pasado “dígase principalmente fornicación o adulterio”), porque no hay nada tan detestable que un hermano esté de pastor por ejemplo y con un pecado de muerte tan repudiable, ¿cómo un hermano está aun de pastor cuando ha cometido un pecado que ha quedado marcado de por vida o será que a las personas que ofendieron lo han olvidado a pesar de haberlos perdonado?, o pastores que la iglesia económicamente responde para tenerlos cómodamente por sueldo, diezmo u otros factores económicos y que descuide su comunidad por factores ajenos a los trabajos propiamente de su perfil como pastor y que por lo mismo desatienda a su congregación, la verdad no solo la gente de bajo perfil debe evaluar que funciones debe cumplir, y si no da la talla, pues que tranquilamente se quede como miembro, esto lo deben de tomar con mayor responsabilidad los hermanos con alta responsabilidad dentro de este pueblo y la verdad, el concilio tiene que ponerse al día seriamente, no puede ser posible que tengan gente irresponsable en su propia esfera.
Marzo 17th, 2010 at 10:41 am
Muy oportuno este escrito.
Marzo 17th, 2010 at 5:03 pm
Hermano “Gedeon”, realmente entiendo muy poco lo que estas diciendo solo una pregunta:
Estas diciendo que se es responsable de la conducta de los hijos, no importando su edad?
Porque hasta donde conozco no hay Obispo con hijos menores. me gustaria que ampliaras lo que quieres decir, si es posible
Marzo 18th, 2010 at 1:06 am
Hermano Watson, redundé al decir, por ejemplo, así que no acuso a nadie, ese no es el tema, pero creo que el asunto de juzgar nuestras vidas como misioneros vale la pena hacerlo de una manera profunda mas por uno mismo a esperar que otros juzguen nuestras vidas, ante todo si se trata de la inconsistencia de nuestro testimonio. Pero el ser sincero compete primeramente desde personas que ejercen un alto perfil en nuestra iglesia, quienes tienen mucha mas responsabilidad, y si creo que por los hijos cuando son mayores saben lo que hacen, toda vez que los padres ministros de un cargo importante, siempre deberán actuar en calidad de justos, aunque te soy sincero, nuestra iglesia se caracteriza por desconocer toráh, así que difícilmente no alcanzan a ver la justicia, y menos lo que el amor que Yeshúa HaMashiaj predicaba. Si lo que expuse anteriormente coincide con algún caso que hayas escuchado por ahí, es pura coincidencia. Así que luchemos por ser mas espirituales, leyendo y poniendo el la praxis lo que aprendemos de la biblia.