En cierta ocasión discutían dos astrónomos, uno era el jefe de todos ellos y el otro no era más que uno entre los tantos. La discusión se centraba en que si la tierra era redonda o plana. El jefe de los astrónomos decía que era plana; pero el otro afirmaba con toda convicción que era redonda. Así estaban hasta que el jefe le dijo al otro: Mira, yo creo, como crees tú: la tierra es redonda. Pero la creencia general ha sido hasta ahora que es plana y yo, como jefe de todos los astrónomos, me veo en la obligación de apoyar esa creencia. Si tú quieres seguir perteneciendo a nuestro grupo, tienes que decir y aceptar lo que nosotros decimos, hasta que digamos lo opuesto; porque de lo contrario serás desacreditado y expulsado de entre el grupo de los científicos. El otro le preguntó: ¿Tengo que decir eso aunque no lo crea? La respuesta fue tajante: Sí, aunque no lo creas, tienes que afirmarlo.
Esta imposición que atropella las convicciones del intelecto y de la conciencia y que obliga a un ser humano a decir y/o hacer todo lo contrario de lo que piensa o cree; puede conducir al hombre a practicar una clase de conducta social que algunos desde hace poco están tipificando como: doble moral.
La aplicación común y más corriente del concepto de “doble moral” es el de la falta de imparcialidad a la hora de juzgar la conducta de diferentes personas sobre un mismo problema. Sin embargo, en algunos espacios políticos y sociales últimamente también se ha estado atribuyendo doble moral a un comportamiento falso, cuyo origen es el miedo o la conveniencia, donde el individuo se ve forzado (cuando es por miedo) o estimulado (cuando el objetivo es medrar) a manifestarse en lo que dice y en lo que hace, de forma diferente a lo que piensa, a lo que cree y a lo que siente. Es algo así como “disimulo o fingimiento social”. A esta última aplicación me refiero en la presente entrada.
Cuando una persona practica esta doble moral por mezquinos intereses o conveniencias egoístas, es simplemente un hipócrita sin mayores consecuencias nocivas para la sociedad, a no ser su mal ejemplo. Pero cuando una sociedad (sea un país o una institución) tiene que practicar esta doble moral por la imposición de una jefatura dictatorial, esa doble moral se convierte en una enfermedad dañina que corroe la sinceridad, porque engendra la hipocresía en masa, el fariseísmo y la práctica de aparentes principios sin convicciones.
Un caso triste de eso lo tenemos los cubanos en nuestro oprimido país. Al mundo que ve y oye las noticias sin saber la verdad, le parece que el gobierno de Cuba tiene un apoyo de más del noventa por ciento de la población, porque en una “marcha del pueblo combatiente” el gobierno puede hacer desfilar a más de un millón de ciudadanos gritando consignas de apoyo. Pero lo que el mundo no sabe es que más del noventa por ciento de esas personas que desfilan y gritan consignas, viven por terror una doble moral. Porque cuando llegan a sus hogares o están en la privacidad que los protege de la persecución, maldicen a ese mismo régimen que apoyaron públicamente.
Esta doble moral es el caldo de cultivo, el fermento y hasta la vitamina para la existencia de las dictaduras y de los sistemas autocráticos; pero no tiene posibilidades de sobrevivir cuando se dan tres condiciones necesarias:
Primero: Espacios donde se respete la libertad de conciencia y de expresión, donde los hombres puedan expresar y practicar sus creencias y convicciones sin el miedo de ser perseguidos, acosados y/o amenazados.
Segundo: Donde existan reglas para el diálogo y el debate libre en los cuales pueda descubrirse la verdad y sacarse a la luz, para poder predicarla y vivirla con verdadera convicción.
Tercero: Donde exista un sistema de enseñanza persuasiva para crear ideales y convicciones en las mentes, y que las personas practiquen una moral consciente y por principios bien definidos y bien explicados; no por temor o para medrar.
Aunque no con los mismos métodos de los políticos totalitarios, los cuales usan el encierro en las prisiones y hasta la pena de muerte para aterrorizar a sus ciudadanos, en muchas iglesias o sectas con gobiernos autocráticos sí se practica la coerción bajo amenaza, y eso, como decíamos, engendra esta doble moral en quienes tienen miedo o intereses egoístas.
En una entrada pasada opiné que el sistema de gobierno existente hasta ahora mismo en nuestra iglesia (aliento la esperanza de que cambie en el futuro) es el de la autocracia, porque un grupo élite es quien determina los destinos de la institución sin consultar ni darle participación con voz y voto a la iglesia que es, en este caso, el pueblo. En un sistema de gobierno así, se corre el peligro, como ya dije, de engendrar esta doble moral en un gran número de personas.
Debo aclarar que cuando hablo de doble moral en nuestro caso, no estoy hablando de quienes estén convencidos (aun cuando estén errados) del cumplimiento de su deber. En tales no creo haya doble moral. Estoy hablando de quienes sin estar convencidos se someten y renuncian a lo que creen por temor o miedo, para no buscarse problemas; o quienes lo hacen con el interés de sacar ventajas para obtener o mantener puestos de jefaturas o cargos distinguidos.
Y quisiera poner un ejemplo simple de algo que ocurrió hace muchos años en Cuba. En aquellos tiempos todavía se prohibía a nuestras mujeres afeitarse las piernas. Gracias a la solicitud del director de la iglesia de aquel país en aquella época, la Dirección Internacional accedió a suspender dicha regla. Cuando eso yo era administrador en la Oficina Nacional que estaba en la Playa de Baracoa y recuerdo que cuando se hizo el anuncio en una hora devocional, todas las jovencitas que estaban estudiando en la Escuela Preparatoria, una vez terminado el devocional, salieron corriendo a afeitarse, menos una. Esa únicamente estaba convencida de que era malo afeitarse. Las demás lo estaban cumpliendo sin convicción, sólo por obedecer.
Y aunque a esa actitud (obediencia sin convicción) hay quienes le dan crédito y la alaban en nuestro medio, no por eso deja de existir el peligro de que se convierta en una práctica de doble moral. Si la persona que obedece bajo esas condiciones (sin estar convencida), lo hace porque su concepto es que debe obedecer, no corre el peligro de actuar con doble moral. Tal conducta puede conducirla al fanatismo (que será el tema de otra entrada), pero no a la doble moral. Su fe es que debe obedecer y eso no deja de ser una convicción. Pero si alguien lo hace sin concepto alguno, sólo por miedo a las represalias que padecerá por causa de su acción libre o para representar lo que realmente no es, con el fin de lograr algo o mantener ventajas, entonces sí se expone a estar viviendo una doble moral. Y eso es muy nocivo porque engendra el fariseísmo. O sea, el típico personaje que parece estar poseído de la más alta religiosidad, cubierto con el manto de una aparente justicia; pero vacío de convicciones firmes, lo que le impide el ejercicio de una justeza moral verdadera.
No puedo hablar por otros, porque no soy quien, ni tengo la capacidad para juzgar la conciencia de alguien, si lo que cumple lo hace por convicción o sólo por guardar las apariencias para no verse en problemas, o para medrar con algo. Pero sí puedo dar mi personal testimonio de cómo algunos líderes autócratas desde posiciones intolerantes me han puesto en esta disyuntiva: defender mis propias convicciones y sufrir las consecuencias naturales generadas por un sistema autocrático; o someterme a vivir esta doble moral para no padecer tales consecuencias y mantener ciertos espacios de participación y distinción dentro de la iglesia.
Tengo mis propias convicciones basado en la Biblia (según mi modo de ver, nada que atente contra los mandamientos de Dios escritos en las Sagradas Escrituras) y con absoluta libertad las he expresado y practicado. Algunos de nuestros dirigentes han visto con mucho disgusto tal actitud mía y algunos de ellos me han acusado de estar violando los mandamientos de Dios (en un caso). A quienes me han acusado les he pedido que me demuestren bíblica y razonablemente dónde y porqué existe esa violación, y yo tendré, cuando no la humildad, sí el suficiente sentido del humor para reconocer que estoy equivocado y para rectificar.
Hasta ahora no he recibido ni una sola letra con algún estudio de la Biblia donde se intente satisfacer esa petición que les he hecho, aun cuando yo sí les he entregado un detallado estudio de las Sagradas Escrituras donde sustento mis convicciones bíblicas y racionales. Ni siquiera una refutación a ese estudio he recibido.
Sin embargo, en algunas ocasiones me han visitado y me han exigido (por la fuerza de la autoridad jerárquica, no del estudio ni de la razón) renunciar a la libre expresión y práctica de mis convicciones, bajo la amenaza de ser suspendido de todas mis actividades de predicación y enseñanza. Y lo más interesante del caso es que algunos de quienes me visitaron para darme la advertencia, han admitido implícitamente que yo puedo tener la razón. Lo han admitido porque cuando les pregunté: ¿Esto por lo que ustedes me sancionan es un mandamiento de Dios que nunca va a cambiar en la iglesia? Me han dicho: Hasta ahora es así; conviniendo implícitamente que mañana los dirigentes pueden cambiar eso y aceptar lo que yo creo, pero que mientras ellos (los dirigentes autócratas) no hagan el cambio, nadie puede discutir eso públicamente y mucho menos faltar a la obediencia. Me ha pasado lo mismo que al científico de mi parábola contada al principìo: Tienes que aceptar esto que decimos, porque nosotros lo decimos y punto, aunque creas que no es la verdad y aun cuando nosotros también podamos creer lo mismo que tú. La auténtica exigencia para practicar la doble moral.
Si este caso mío fuera un suceso moral bastante común y muchos hermanos con convicciones propias diferentes a lo que se cree y se practica en nuestro medio (aun cuando no hayan pasado por el proceso de la presión autoritaria directa) se ven obligados a vivir la falsedad de tener que confesar y practicar dogmas religiosos para los cuales no sustentan convicciones firmes en la Biblia y en la razón, y sólo obedecen por temor al castigo de los líderes autócratas o para obtener o mantener puestos y/o distinciones; estaríamos en presencia del desarrollo de un verdadero fenómeno moral y espiritual muy desastroso para la iglesia. Puede ser que en el pasado de nuestra institución haya existido un alto margen de fanatismo; pero la doble moral es un fenómeno que parece ser nuevo y sería muy conveniente atajarlo a tiempo.
Sólo un remedio existe para este mal: LAS CONVICCIONES NACIDAS DE UNA CORRECTA INSTRUCCIÓN. Si nuestros líderes están convencidos de que ciertas reglas de la iglesia deben ser observadas con fundamentos bíblicos o morales, lo más imperioso es enseñarlas convincentemente por todos los medios posibles y con ello lograr que todos o la mayoría seamos convencidos de tal aserto. Pero si ni ellos mismos pueden creerlas así, por favor, no las impongan por la fuerza de la autoridad jerárquica, porque a muchos les puede estar pasando lo que a mi: los están obligando a vivir una doble moral, y de eso tendrán que rendir cuentas ante la historia.
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Julio 17th, 2009 at 12:14 pm
Quote,,,,
((((Debo aclarar que cuando hablo de doble moral en nuestro caso, no estoy hablando de quienes estén convencidos (aun cuando estén errados) del cumplimiento de su deber. En tales no creo haya doble moral. Estoy hablando de quienes sin estar convencidos se someten y renuncian a lo que creen por temor o miedo, para no buscarse problemas; o quienes lo hacen con el interés de sacar ventajas para obtener o mantener puestos de jefaturas o cargos distinguidos.)))))
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Desde que conoci a la iglesia; la iglesia a sido lo que es hoy.
Tristemente “SI” hay un punado de individuos (siempre han estado ahi) que tienen intereses diferentes a los del Senor Jesus.
Tal no deberia sorprendernos, Judas estuvo con el Maestro asta los finales dias.
Tales, son una necesidad en la iglesia para la purificacion y la integridad de los legitimos creyentes en el evangelio de Jesus.
No debia sorprendernos tal.
Siendo que todas las cosas son del Senor y todo fue hecho por El.
Tomemos a los tales como intrumentos de Dios para alumbrarnos el camino tal y como Jehova Dios uso a la mula para hacer al profeta ver su camino torcido.
Pretender tener una iglesia perfecta como institucion en la tierra es en si negar la existencia del mal.
Debemos pues consentrarnos en perfeccinar nuestras almas; para asi encontrar gracia en los ojos del Senor y Salvador Jesus.
Y al final de todo; Que el proposito de la vida sea manifestado en cada creyente legitimo que espera en la salvacion del alma.
Julio 18th, 2009 at 9:52 am
Hola Ioni,
Es verdad lo que usted dice, pero creo que esto de la doble moral, como notó Joaquín, no se trata solamente de personas con intereses propios o malas intenciones. Mas bien es ya una parte de nuestra cultura como institucion que nos afecta a todos.
Personalmente conozco a muchas personas –incluyendo miembros del concilio superior y altos oficiales– que estan totalmente de acuerdo que no es pecado usar carro en sabado, usar imagenes decorativas o fotos, tener una tele, teñirse las canas, tomar cafe, etc. Sin embargo, ellos no solo observan y obedecen estas restricciones en las cuales ellos mismos no creen, sino que tambien participan en imponerle esas restricciones a los demas, y en castigar a quienes desobedezcan esas restricciones por motivos de conciencia y conviccion Bíblica.
No es que sean mal intencionados, sino mas bien que en su buena intencion de no causar problemas se hacen participes de esa doble moral en la que privadamente creen una cosa y publicamente hacen, enseñan, y hasta exigen obediencia a lo que ellos mismos no creen.
Julio 18th, 2009 at 10:07 am
Joaquín,
Los sistemas autocraticos tienden a producir este fruto de la doble moral y creo que esos mismos sistemas lo saben y reconocen.
Pero tristemente saben que resolver este problema por medio de la correcta instruccion, la creacion de espacios y reglas para el sano dialogo, etc, significaria un fin al sistema que siempre ha existido y en el cual se han criado y dedicado sus energias por tantos años. Por tanto, tratan otro metodo para resolver el problema de la doble moral: identificar a los que privadamente no esten de acuerdo con lo que se enseña, y purgarlos del sistema para asi lograr una pureza ideologica.
Julio 18th, 2009 at 12:16 pm
A Jessie,,,
Quote,
((((Personalmente conozco a muchas personas –incluyendo miembros del concilio superior y altos oficiales– que estan totalmente de acuerdo que no es pecado usar carro en sabado, usar imagenes decorativas o fotos, tener una tele, teñirse las canas, tomar cafe, etc. Sin embargo, ellos no solo observan y obedecen estas restricciones en las cuales ellos mismos no creen, sino que tambien participan en imponerle esas restricciones a los demas,))))
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Hermano, sin inclinarme a un lado ni al otro, yo comparto con usted su opinion; pero al mismo tiempo le recuerdo que en un sistema institucional como es la iglesia, necesario es tener reglas y reglamentos que regulen el funcionamento diario de la organizacion.
No debe considerarse de ninguna forma pecado el no cumplir con tales principios porque son reglas establecidas por los individuos para el buen funcinamento de la organizacion; tampoco el cumplir con las reglas debe ser motivo de reconocimiento spiritual.
Cumplimiento de las reglas y reglamentos no es nada mas que la capacidad del individuo a adaptarse al medio ambiente que gobierna las acciones de las masas.
Un individuo puede ser un exelente seguidor de las reglas y reglamentos, y un pobre seguidor de las ensenazas de Jesus. Esto es completamente possible.
Por esto es que Dios se concentra en una relacion personal con el creyente, El Maestro Jesus lo dijo; por sus frutos los conocereis. No puede el arbol maleado dar buenos frutos.
Yo solamente le puedo decir a usted hermanito que, si nosotros los creyentes en Jesus cuidamos su Santa Palabra y la guardamos, ni las puertas del infierno prevaleceran y al final El nos justificara.
El es el que salva, El es el que juzga.
No hay sentimiento mas bello que el poder con humildad caminar en medio de los que no te aman o te desprecian por causa de El.
Sabes que encuentro yo maravilloso y glorifico tambien el nombre de Dios? El poder decirles… que Dios le bendiga hermano… y asi sentirlo.
Julio 24th, 2009 at 8:48 am
Jessie
Es muy triste y de lamentar esto que afirmas sobre tus conocimientos de la doble moral de muchas personas entre quienes están incluidos nuestros dirigentes.
Digo que es triste y de lamentar porque si una cosa nos enseñan Cristo, los profetas y los apóstoles, es que quien pretenda ser un auténtico seguidor del Dios verdadero no puede andar con medias tintas. Porque en esto juega un papel decisivo el sentido de la verdad y la necesidad de dar un mensaje claro y definido para quienes nos escuchan.
¿Es correcto o incorrecto para los misioneros y miembros ungidos usar el carro el sábado? ¿Está bien o está mal que un pastor bautice a un nuevo convertido si tiene más de un matrimonio concertado en su vida? Si al estilo de nuestros ancestros en la iglesia, nuestros dirigentes actuales mantuvieran una posición radicalmente negativa a estas cosas, uno podría decir: Bueno, están fanatizados por conceptos o ideas que no han estudiado con profundidad a la luz de la Biblia y de la historia; pero por lo menos son consecuentes con lo que creen, y quienes los observan desde una posición imparcial o de espera, pueden creer que esa es la verdad.
Pero cuando se comportan con una doble moral, y son capaces de manifestar que están totalmente de acuerdo que no es pecado usar carro en sábado, usar imágenes decorativas o fotos, tener una tele, teñirse las canas, tomar café, etc. (como tú afirmas) o de insinuar (de lo que yo he sido testigo) que hasta ahora es así porque ellos lo determinan (el asunto del carro), pero que mañana puede ser de la otra manera cuando ellos lo determinen, cualquiera puede preguntarse: Entonces ¿cuál es la verdad?
Y esto sin hacer otras preguntas ya obsoletas, pero que fueron fundamentales en la doctrina de nuestra iglesia, como es la pecaminosidad del trabajo remunerado, la comunidad de bienes en oposición a la propiedad privada, la dedicación a la obra misionera de tiempo completo, la vida por fe, la negación de la asistencia médica, el trato con los apartados… doctrinas que en su tiempo fueron radicalmente observadas como mandamientos de Dios, pero que ya no existen.
¿Dónde está la verdad? ¿La verdad es una sola fundamentada en la Palabra de Dios y en un análisis racional e histórico? ¿O la verdad es ambivalente? ¿Es lo que a los dirigentes se les ocurra decir en un momento determinado, aunque sea muy diferente a lo que se les ocurra decir después? ¿La voluntad y los designios de Dios pueden cambiar tanto? Esta situación es realmente muy de lamentar. Creo que Ioni tiene mucha razón cuando dice: “Un individuo puede ser un excelente seguidor de las reglas y reglamentos, y un pobre seguidor de las enseñanzas de Jesús.”
Septiembre 12th, 2009 at 10:51 pm
Wow, que buenos están estos últimos escritos sobre la autocracia!!! Confieso que los había leído por arribita, pero anoche los leí detenidamente y puede entender tantas cosas. Que manera tan clara de ilustrar algunos de nuestros males sociales como lo es la doble moral. Pude también entender todas las repercusiones que tiene esto de la doble moral. Pude ver las repercusiones de la doble moral en el ejemplo de una de las entradas sobre el pastor que es muy celoso en disciplinar a las ovejas en cuanto a la tele pero que deja que su esposa e hijos pasen largas horas en casa de los familiares y vecinos mirando toda clase de películas. Yo me horrorizo cada vez que oigo a los hijos de los que supuestamente no tienen tele comentando sobre las películas que ven en casa de los vecinos o en televisores escondidos en los closets. Leyendo su escrito y los comentarios de los demás pude ver como esta doble moral hace que las cosas se empiecen a desbalancear y las fatales consecuencias. Yo siempre he visto que es mucho mejor tener una tele en mi casa y educar y controlar a mis hijos para evitar que se vayan a casa de otro donde no puedo controlar lo que ven. Sentí un gran alivio al ver que no estaba errado en ser firme en mi decisión de tener tele (pero educando a mis hijos y supervisando estrictamente lo que ven) al leer sobre este pastor de doble moral citado y como su hijo regreso a casa con un espíritu inmundo a consecuencia de estar mirando películas de esas diabólicas sin que su padre pudiera tener acceso a lo que el niño veía. Por eso creo que es tan importante que cada padre tome las riendas de su hogar y no permita que otro que ha fracasado en su propio hogar le diga como manejar las cosas dentro del hogar. No es solo esto de la doble moral, lo que veo peor es que se propaga una idea distorsionada de la obediencia y entonces se empieza a dejar que un ciego guie a otros. Por esto vemos a tantos cayendo en el hoyo. Abreu, siga adelante educando y abriéndonos los ojos para no seguir cayendo en los mismos errores que venimos cayendo por 80 años. Felicidades!!!