ENERO

Enero 1
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Enero 1 

Comienzo de la historia humana

Dios crea al mundo en seis días y reposa el séptimo

Gn. 1.1-2.4a  DHHNIVNBDNVILBLA
1 En el principio creó Dios los cielos y la tierra.2 La tierra estaba desordenada y vacía, las tinieblas estaban sobre la faz del abismo y el espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas.
3 Dijo Dios: «Sea la luz». Y fue la luz.4 Vio Dios que la luz era buena, y separó la luz de las tinieblas.5 Llamó a la luz «Día», y a las tinieblas llamó «Noche». Y fue la tarde y la mañana del primer día.
6 Luego dijo Dios: «Haya un firmamento en medio de las aguas, para que separe las aguas de las aguas».7 E hizo Dios un firmamento que separó las aguas que estaban debajo del firmamento, de las aguas que estaban sobre el firmamento. Y fue así.8 Al firmamento llamó Dios «Cielos». Y fue la tarde y la mañana del segundo día.
9 Dijo también Dios: «Reúnanse las aguas que están debajo de los cielos en un solo lugar, para que se descubra lo seco». Y fue así.10 A la parte seca llamó Dios «Tierra», y al conjunto de las aguas lo llamó «Mares». Y vio Dios que era bueno.
11 Después dijo Dios: «Produzca la tierra hierba verde, hierba que dé semilla; árbol que dé fruto según su especie, cuya semilla esté en él, sobre la tierra». Y fue así.12 Produjo, pues, la tierra hierba verde, hierba que da semilla según su naturaleza, y árbol que da fruto, cuya semilla está en él, según su especie. Y vio Dios que era bueno.13 Y fue la tarde y la mañana del tercer día.14 Dijo luego Dios: «Haya lumbreras en el firmamento de los cielos para separar el día de la noche, que sirvan de señales para las estaciones, los días y los años,15 y sean por lumbreras en el firmamento celeste para alumbrar sobre la tierra». Y fue así.16 E hizo Dios las dos grandes lumbreras: la lumbrera mayor para que señoreara en el día, y la lumbrera menor para que señoreara en la noche; e hizo también las estrellas.17 Las puso Dios en el firmamento de los cielos para alumbrar sobre la tierra,18 señorear en el día y en la noche y para separar la luz de las tinieblas. Y vio Dios que era bueno.19 Y fue la tarde y la mañana del cuarto día.
20 Dijo Dios: «Produzcan las aguas seres vivientes, y aves que vuelen sobre la tierra, en el firmamento de los cielos».21 Y creó Dios los grandes monstruos marinos y todo ser viviente que se mueve, que las aguas produjeron según su especie, y toda ave alada según su especie. Y vio Dios que era bueno.22 Y los bendijo Dios, diciendo: «Fructificad y multiplicaos, llenad las aguas en los mares y multiplíquense las aves en la tierra».23 Y fue la tarde y la mañana del quinto día.
24 Luego dijo Dios: «Produzca la tierra seres vivientes según su especie: bestias, serpientes y animales de la tierra según su especie».
Y fue así.25 E hizo Dios los animales de la tierra según su especie, ganado según su especie y todo animal que se arrastra sobre la tierra según su especie. Y vio Dios que era bueno.
26 Entonces dijo Dios: «Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y tenga potestad sobre los peces del mar, las aves de los cielos y las bestias, sobre toda la tierra y sobre todo animal que se arrastra sobre la tierra».
27 Y creó Dios al hombre a su imagen,
a imagen de Dios lo creó;
varón y hembra los creó.
28 Los bendijo Dios y les dijo: «Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra y sometedla; ejerced potestad sobre los peces del mar, las aves de los cielos y todas las bestias que se mueven sobre la tierra».
29 Después dijo Dios: «Mirad, os he dado toda planta que da semilla, que está sobre toda la tierra, así como todo árbol en que hay fruto y da semilla. De todo esto podréis comer.
30 »Pero a toda bestia de la tierra, a todas las aves de los cielos y a todo lo que tiene vida y se arrastra sobre la tierra, les doy toda planta verde para comer».
Y fue así.31 Y vio Dios todo cuanto había hecho, y era bueno en gran manera. Y fue la tarde y la mañana del sex
1 Fueron, pues, acabados los cielos y la tierra, y todo lo que hay en ellos.2 El séptimo día concluyó Dios la obra que hizo, y reposó el séptimo día de todo cuanto había hecho.3 Entonces bendijo Dios el séptimo día y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación.4 Estos son los orígenes de los cielos y de la tierra cuando fueron creados.

El Edén

Gn. 2.4b-25  DHHNIVNBDNVILBLA
4 Cuando Jehová Dios hizo la tierra y los cielos,5 aún no había ninguna planta del campo sobre la tierra ni había nacido ninguna hierba del campo, porque Jehová Dios todavía no había hecho llover sobre la tierra ni había hombre para que labrara la tierra,6 sino que subía de la tierra un vapor que regaba toda la faz de la tierra.7 Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, sopló en su nariz aliento de vida y fue el hombre un ser viviente.
8 Jehová Dios plantó un huerto en Edén, al oriente, y puso allí al hombre que había formado.9 E hizo Jehová Dios nacer de la tierra todo árbol delicioso a la vista y bueno para comer; también el árbol de la vida en medio del huerto, y el árbol del conocimiento del bien y del mal.
10 Salía de Edén un río para regar el huerto, y de allí se repartía en cuatro brazos.11 El primero se llama Pisón; es el que rodea toda la tierra de Havila, donde hay oro.12 El oro de aquella tierra es bueno; y hay allí también bedelio y ónice.13 El segundo río se llama Gihón; es el que rodea toda la tierra de Cus.14 El tercer río se llama Hidekel; es el que va al oriente de Asiria. El cuarto río es el Éufrates.
15 Tomó, pues, Jehová Dios al hombre y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo cuidara.16 Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: «De todo árbol del huerto podrás comer;17 pero del árbol del conocimiento del bien y del mal no comerás, porque el día que de él comas, ciertamente morirás».
18 Después dijo Jehová Dios: «No es bueno que el hombre esté solo: le haré ayuda idónea para él».19 Jehová Dios formó, pues, de la tierra toda bestia del campo y toda ave de los cielos, y las trajo a Adán para que viera cómo las había de llamar; y el nombre que Adán dio a los seres vivientes, ese es su nombre.20 Y puso Adán nombre a toda bestia, a toda ave de los cielos y a todo ganado del campo; pero no se halló ayuda idónea para él.21 Entonces Jehová Dios hizo caer un sueño profundo sobre Adán y, mientras este dormía, tomó una de sus costillas y cerró la carne en su lugar.22 De la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre.23 Dijo entonces Adán:
«¡Esta sí que es hueso de mis huesos
y carne de mi carne!
Será llamada “Mujer”,
porque del hombre fue tomada».
24 Por tanto dejará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán una sola carne.
25 Estaban ambos desnudos, Adán y su mujer, pero no se avergonzaban.

Pecado de Adán y Eva

Gn. 3.1-24  DHHNIVNBDNVILBLA
1 La serpiente era más astuta que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho, y dijo a la mujer:
—¿Conque Dios os ha dicho: “No comáis de ningún árbol del huerto”?
2 La mujer respondió a la serpiente:
—Del fruto de los árboles del huerto podemos comer,3 pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: “No comeréis de él, ni lo tocaréis, para que no muráis”.
4 Entonces la serpiente dijo a la mujer:
—No moriréis.5 Pero Dios sabe que el día que comáis de él serán abiertos vuestros ojos y seréis como Dios, conocedores del bien y el mal.
6 Al ver la mujer que el árbol era bueno para comer, agradable a los ojos y deseable para alcanzar la sabiduría, tomó de su fruto y comió; y dio también a su marido, el cual comió al igual que ella.7 Entonces fueron abiertos los ojos de ambos y se dieron cuenta de que estaban desnudos. Cosieron, pues, hojas de higuera y se hicieron delantales.
8 Luego oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba por el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto.9 Pero Jehová Dios llamó al hombre, y le preguntó:
—¿Dónde estás?
10 Él respondió:
—Oí tu voz en el huerto y tuve miedo, porque estaba desnudo; por eso me escondí.
11 Entonces Dios le preguntó:
—¿Quién te enseñó que estabas desnudo? ¿Acaso has comido del árbol del cual yo te mandé que no comieras?
12 El hombre le respondió:
—La mujer que me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí.
13 Entonces Jehová Dios dijo a la mujer:
—¿Qué es lo que has hecho?
Ella respondió:
—La serpiente me engañó, y comí.
14 Y Jehová Dios dijo a la serpiente:
—Por cuanto esto hiciste,
maldita serás entre todas las bestias
y entre todos los animales del campo.
Sobre tu vientre te arrastrarás
y polvo comerás todos los días de tu vida.
15 Pondré enemistad entre ti y la mujer,
y entre tu simiente y la simiente suya;
esta te herirá en la cabeza,
y tú la herirás en el talón.
16 A la mujer dijo:
—Multiplicaré en gran manera los dolores en tus embarazos,
con dolor darás a luz los hijos,
tu deseo será para tu marido
y él se enseñoreará de ti.
17 Y al hombre dijo:
—Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer
y comiste del árbol de que te mandé diciendo: “No comerás de él”,
maldita será la tierra por tu causa;
con dolor comerás de ella
todos los días de tu vida,
18 espinos y cardos te producirá
y comerás plantas del campo.
19 Con el sudor de tu rostro comerás el pan,
hasta que vuelvas a la tierra,
porque de ella fuiste tomado;
pues polvo eres
y al polvo volverás.
20 A su mujer Adán le puso por nombre Eva, por cuanto ella fue la madre de todos los vivientes.21 Y Jehová Dios hizo para el hombre y su mujer túnicas de pieles, y los vistió.22 Luego dijo Jehová Dios: «El hombre ha venido a ser como uno de nosotros, conocedor del bien y el mal; ahora, pues, que no alargue su mano, tome también del árbol de la vida, coma y viva para siempre».
23 Y lo sacó Jehová del huerto de Edén, para que labrara la tierra de la que fue tomado.24 Echó, pues, fuera al hombre, y puso querubines al oriente del huerto de Edén, y una espada encendida que se revolvía por todos lados para guardar el camino del árbol de la vida.

Enero 2
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Enero 2

Todas las fechas que se citan son aproximadas. En la historia y cronología de la Biblia en raras ocasiones pueden darse fechas exactas.

Los hermanos Caín y Abel

Gn. 4.1-8 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Conoció Adán a su mujer Eva, la cual concibió y dio a luz a Caín, y dijo: «Por voluntad de Jehová he adquirido un varón».2 Después dio a luz a su hermano Abel. Fue Abel pastor de ovejas y Caín, labrador de la tierra.3 Pasado un tiempo, Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda a Jehová.4 Y Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas, y de la grasa de ellas. Y miró Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda;5 pero no miró con agrado a Caín ni a su ofrenda, por lo cual Caín se enojó en gran manera y decayó su semblante.6 Entonces Jehová dijo a Caín:
—¿Por qué te has enojado y por qué ha decaído tu semblante?7 Si hicieras lo bueno, ¿no serías enaltecido?; pero si no lo haces, el pecado está a la puerta, acechando. Con todo, tú lo dominarás.
8 Caín dijo a su hermano Abel: «Salgamos al campo». Y aconteció que estando ellos en el campo, Caín se levantó contra su hermano Abel y lo mató.

Caín era del maligno

1 Jn. 3.12 DHH NIV NBD NVI LBLA
12 No como Caín, que era del maligno y mató a su hermano. ¿Y por qué causa lo mató? Porque sus obras eran malas y las de su hermano, justas.

Castigo de Caín

Gn. 4.9-16  DHH NIV NBD NVI LBLA
9 Entonces Jehová preguntó a Caín:
—¿Dónde está Abel, tu hermano?
Y él respondió:
—No sé. ¿Soy yo acaso guarda de mi hermano?
10 Jehová le dijo:
—¿Qué has hecho? La voz de la sangre de tu hermano clama a mí desde la tierra.11 Ahora, pues, maldito seas de la tierra, que abrió su boca para recibir de tu mano la sangre de tu hermano.12 Cuando labres la tierra, no te volverá a dar sus frutos; errante y extranjero serás en ella.
13 Entonces Caín respondió a Jehová:
—Grande es mi culpa para ser soportada.14 Hoy me echas de la tierra, y habré de esconderme de tu presencia, errante y extranjero en la tierra; y sucederá que cualquiera que me encuentre, me matará.
15 Le respondió Jehová:
—Ciertamente cualquiera que mate a Caín, siete veces será castigado.
Entonces Jehová puso señal en Caín, para que no lo matara cualquiera que lo encontrase.
16 Salió, pues, Caín de delante de Jehová, y habitó en tierra de Nod, al oriente de Edén.

Caín tiene descendientes

Gn. 4.17-24 DHH NIV NBD NVI LBLA
17 Conoció Caín a su mujer, la cual concibió y dio a luz a Enoc; y edificó una ciudad, a la cual dio el nombre de su hijo, Enoc.18 A Enoc le nació Irad, e Irad engendró a Mehujael; Mehujael engendró a Metusael, y Metusael engendró a Lamec.19 Lamec tomó para sí dos mujeres: el nombre de la una fue Ada, y el nombre de la otra, Zila.20 Ada dio a luz a Jabal, el cual fue padre de los que habitan en tiendas y crían ganados.21 Y el nombre de su hermano fue Jubal, el cual fue padre de todos los que tocan arpa y flauta.22 También Zila dio a luz a Tubal-caín, artífice de toda obra de bronce y de hierro, y a Naama, hermana de Tubal-caín.
23 Un día, Lamec dijo a sus mujeres:
«Ada y Zila, oíd mi voz;
mujeres de Lamec, escuchad mis palabras:
A un hombre maté por haberme herido
y a un joven por haberme golpeado.
24 Si siete veces será vengado Caín,
Lamec lo será setenta veces siete».

Set

Gn. 4.25,26DHH NIV NBD NVI LBLA
25 Conoció de nuevo Adán a su mujer, la cual dio a luz un hijo, y llamó su nombre Set, pues dijo: «Dios me ha dado otro hijo en lugar de Abel, a quien mató Caín».26 Y a Set también le nació un hijo, al que puso por nombre Enós. Entonces los hombres comenzaron a invocar el nombre de Jehová.

Los descendientes de Adán y Eva

1 Cr. 1.1-4DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Adán, Set, Enós,2 Cainán, Mahalaleel, Jared,3 Enoc, Matusalén, Lamec,4 Noé, Sem, Cam y Jafet.

Tiempo de vida de Adán: Desde la creación hasta el 930 después de la creación (d.c.)

Adán

Gn. 5.1-5 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Este es el libro de los descendientes de Adán.
El día en que creó Dios al hombre, a semejanza de Dios lo hizo.2 Hombre y mujer los creó; y los bendijo, y les puso por nombre Adán el día en que fueron creados.
3 Vivió Adán ciento treinta años, y engendró un hijo a su semejanza, conforme a su imagen, y le puso por nombre Set.4 Fueron los días de Adán después que engendró a Set, ochocientos años, y engendró hijos e hijas.5 Así que Adán vivió novecientos treinta años, y murió.

130-1042 d.c. Vida de Set: 912 años

Gn. 5.6-8 DHH NIV NBD NVI LBLA
6 Vivió Set ciento cinco años, y engendró a Enós.7 Después que engendró a Enós, Set vivió ochocientos siete años, y engendró hijos e hijas.8 Así, todos los días de Set fueron novecientos doce años, y murió.

235-1140 d.c. Vida de Enós: 905 años

Gn. 5.9-11 DHH NIV NBD NVI LBLA
9 Vivió Enós noventa años, y engendró a Cainán.10 Después que engendró a Cainán, Enós vivió ochocientos quince años, y engendró hijos e hijas.11 Así, todos los días de Enós fueron novecientos cinco años, y murió.

325-1235 d.c. Vida de Cainán: 910 años

Gn. 5.12-14 DHH NIV NBD NVI LBLA
12 Vivió Cainán setenta años, y engendró a Mahalaleel.13 Después que engendró a Mahalaleel, Cainán vivió ochocientos cuarenta años, y engendró hijos e hijas.14 Así, todos los días de Cainán fueron novecientos diez años, y murió.

395-1290 d.c. Vida de Mahalaleel: 895 años.

Gn. 5.15-17 DHH NIV NBD NVI LBLA
15 Vivió Mahalaleel sesenta y cinco años, y engendró a Jared.16 Después que engendró a Jared, Mahalaleel vivió ochocientos treinta años, y engendró hijos e hijas.17 Así, todos los días de Mahalaleel fueron ochocientos noventa y cinco años, y murió.

460-1422 d.c. Vida de Jared: 962 años

Gn. 5.18-20 DHH NIV NBD NVI LBLA
18 Vivió Jared ciento sesenta y dos años, y engendró a Enoc.19 Después que engendró a Enoc, Jared vivió ochocientos años, y engendró hijos e hijas.20 Así, todos los días de Jared fueron novecientos sesenta y dos años, y murió.

622-987 d.c. Vida de Enoc: 365 años

Gn. 5.21-24 DHH NIV NBD NVI LBLA
21 Vivió Enoc sesenta y cinco años, y engendró a Matusalén.22 Después que engendró a Matusalén, caminó Enoc con Dios trescientos años, y engendró hijos e hijas.23 Así, todos los días de Enoc fueron trescientos sesenta y cinco años.24 Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció, porque lo llevó Dios.

687-1656 d.c. Vida de Matusalén: 969 años

Gn. 5.25-27 DHH NIV NBD NVI LBLA
25 Vivió Matusalén ciento ochenta y siete años, y engendró a Lamec.26 Después que engendró a Lamec, Matusalén vivió setecientos ochenta y dos años, y engendró hijos e hijas.27 Así, pues, todos los días de Matusalén fueron novecientos sesenta y nueve años, y murió.

874-1651 d.c. Vida de Lamec: 777 años

Gn. 5.28-31 DHH NIV NBD NVI LBLA
28 Vivió Lamec ciento ochenta y dos años, engendró un hijo29 y le puso por nombre Noé, pues dijo: «Este nos aliviará de nuestras obras y del trabajo de nuestras manos en la tierra que Jehová maldijo».30 Después que engendró a Noé, Lamec vivió quinientos noventa y cinco años, y engendró hijos e hijas.31 Así, todos los días de Lamec fueron setecientos setenta y siete años, y murió.

Los hombres son malos; pero Noé halla gracia ante Dios.

Gn. 6.1-8  DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Aconteció que cuando comenzaron los hombres a multiplicarse sobre la faz de la tierra y les nacieron hijas,2 al ver los hijos de Dios que las hijas de los hombres eran hermosas tomaron para sí mujeres, escogiendo entre todas.3 Entonces dijo Jehová: «No contenderá mi espíritu con el hombre para siempre, porque ciertamente él es carne; pero vivirá ciento veinte años».
4 Había gigantes en la tierra en aquellos días, y también después que se llegaron los hijos de Dios a las hijas de los hombres y les engendraron hijos. Estos fueron los hombres valientes que desde la antigüedad alcanzaron renombre.
5 Vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos de su corazón solo era de continuo el mal;6 y se arrepintió Jehová de haber hecho al hombre en la tierra, y le dolió en su corazón.7 Por eso dijo Jehová: «Borraré de la faz de la tierra a los hombres que he creado, desde el hombre hasta la bestia, y hasta el reptil y las aves del cielo, pues me arrepiento de haberlos hecho».
8 Pero Noé halló gracia ante los ojos de Jehová.

Construcción del arca y anuncio del diluvio

Gn. 6.9-22  DHH NIV NBD NVI LBLA
9 Estos son los descendientes de Noé:
Noé, hombre justo, era perfecto entre los hombres de su tiempo; caminó Noé con Dios.10 Y engendró Noé tres hijos: Sem, Cam y Jafet.
11 La tierra se corrompió delante de Dios, y estaba la tierra llena de violencia.12 Y miró Dios la tierra, y vio que estaba corrompida, porque toda carne había corrompido su camino sobre la tierra.13 Dijo, pues, Dios a Noé: «He decidido el fin de todo ser, porque la tierra está llena de violencia a causa de ellos; y yo los destruiré con la tierra.14 Hazte un arca de madera de gofer; harás aposentos en el arca y la calafatearás con brea por dentro y por fuera.15 De esta manera la harás: de trescientos codos será la longitud del arca, de cincuenta codos su anchura y de treinta codos su altura.16 Una ventana harás al arca, la acabarás a un codo de elevación por la parte de arriba y a su lado pondrás la puerta del arca; y le harás tres pisos.17 Yo enviaré un diluvio de aguas sobre la tierra, para destruir todo ser en que haya espíritu de vida debajo del cielo; todo lo que hay en la tierra morirá.18 Pero estableceré mi pacto contigo, y tú entrarás en el arca, con tus hijos, tu mujer y las mujeres de tus hijos.19 Y de todo lo que vive, de todo ser, dos de cada especie meterás en el arca, para que tengan vida contigo; macho y hembra serán.20 De las aves según su especie, de las bestias según su especie, de todo reptil de la tierra según su especie, dos de cada especie entrarán contigo, para que tengan vida.21 Toma contigo de todo alimento que se come y almacénalo, para que te sirva de sustento a ti y a ellos.
22 Noé lo hizo así; todo lo hizo conforme a lo que Dios había mandado.

Enero 3
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Enero 3

Noé entra en el arca

Gn.7.1-9  DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Dijo luego Jehová a Noé: «Entra tú y toda tu familia en el arca, porque solo a ti he visto justo delante de mí en esta generación.2 De todo animal limpio tomarás siete parejas, cada macho con su hembra; pero de los animales que no son limpios, una pareja, un macho con su hembra.3 También de las aves de los cielos siete parejas, macho y hembra, para conservar viva la especie sobre la faz de la tierra.4 Y pasados aún siete días, yo haré llover sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches; y borraré de la faz de la tierra a todo ser viviente que hice.5 E hizo Noé conforme a todo lo que le mandó Jehová.
6 Era Noé de seiscientos años cuando el diluvio de las aguas vino sobre la tierra.7 Y por causa de las aguas del diluvio entró Noé en el arca, y con él sus hijos, su mujer y las mujeres de sus hijos.8 De los animales limpios, de los animales que no eran limpios, de las aves y de todo lo que se arrastra sobre la tierra,9 de dos en dos, entraron con Noé en el arca; macho y hembra, como Dios mandó a Noé.

1656 d.c. Año del diluvio

El diluvio

Gn. 7.10-24  DHH NIV NBD NVI LBLA
10 Al séptimo día, las aguas del diluvio vinieron sobre la tierra.11 Aquel día del año seiscientos de la vida de Noé, en el mes segundo, a los diecisiete días del mes, fueron rotas todas las fuentes del gran abismo y abiertas las cataratas de los cielos,12 y hubo lluvia sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches.13 Aquel mismo día entraron en el arca Noé, sus hijos Sem, Cam y Jafet, la mujer de Noé y las tres mujeres de sus hijos;14 todos ellos, y todos los animales salvajes según sus especies, todos los animales domésticos según sus especies, todo reptil que se arrastra sobre la tierra según su especie, toda ave según su especie y toda clase de pájaros y seres alados.15 Entraron, pues, con Noé en el arca, de dos en dos, de todo ser en que había espíritu de vida.16 Los que entraron eran macho y hembra de cada especie, como le había mandado Dios; y Jehová le cerró la puerta.
17 El diluvio duró cuarenta días sobre la tierra. Las aguas crecieron y alzaron el arca, que se elevó sobre la tierra.18 Las aguas siguieron subiendo y creciendo en gran manera sobre la tierra y flotaba el arca sobre la superficie de las aguas.19 Las aguas subieron mucho sobre la tierra; todos los montes altos que había debajo de todos los cielos quedaron cubiertos.20 Quince codos más alto subieron las aguas después que quedaron cubiertos los montes.21 Y murieron todos los seres que se mueven sobre la tierra, así las aves como el ganado y las bestias, y todo reptil que se arrastra sobre la tierra, y todo hombre.22 Todo lo que tenía aliento de espíritu de vida en sus narices, todo lo que había en la tierra, murió.23 Así fue destruido todo ser que vivía sobre la faz de la tierra, desde el hombre hasta la bestia, los reptiles y las aves del cielo; fueron borrados de la tierra. Solamente quedó Noé y los que con él estaban en el arca.24 Y permanecieron las aguas ciento cincuenta días sobre la tierra.

Cesa el diluvio y decrecen las aguas

Gn. 8.1-14  DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Entonces se acordó Dios de Noé y de todos los animales y todas las bestias que estaban con él en el arca; e hizo pasar Dios un viento sobre la tierra y disminuyeron las aguas.2 Se cerraron las fuentes del abismo y las cataratas de los cielos; y la lluvia de los cielos fue detenida.3 Las aguas decrecían gradualmente sobre la tierra; y se retiraron las aguas al cabo de ciento cincuenta días.4 Reposó el arca en el mes séptimo, a los diecisiete días del mes, sobre los montes Ararat.5 Las aguas fueron decreciendo hasta el mes décimo, cuando, el primer día del mes, se descubrieron las cimas de los montes.
6 Sucedió que al cabo de cuarenta días abrió Noé la ventana del arca que había hecho7 y envió un cuervo, el cual salió y estuvo yendo y volviendo hasta que las aguas se secaron sobre la tierra.8 Envió también una paloma, para ver si las aguas se habían retirado de sobre la faz de la tierra.9 Pero no halló la paloma dónde posarse, y volvió a él, al arca, porque las aguas estaban aún sobre la faz de toda la tierra. Entonces Noé extendió la mano y, tomándola, la hizo entrar consigo en el arca.
10 Esperó aún otros siete días, y volvió a enviar la paloma fuera del arca.11 La paloma volvió a él a la hora de la tarde trayendo una hoja de olivo en el pico; y supo Noé que las aguas se habían retirado de sobre la tierra.12 Esperó aún otros siete días, y envió la paloma, la cual no volvió ya más a él.
13 Sucedió que en el año seiscientos uno de Noé, en el mes primero, el primer día del mes, las aguas se secaron sobre la tierra; y quitó Noé la cubierta del arca, miró y vio que la faz de la tierra estaba seca.14 En el mes segundo, a los veintisiete días del mes, se secó la tierra.

Noé, su familia y los animales salen del arca

Gn. 8.15-19  DHH NIV NBD NVI LBLA
15 Entonces dijo Dios a Noé:16 «Sal del arca con tu mujer, tus hijos y las mujeres de tus hijos.17 También sacarás todos los animales que están contigo de toda especie, de aves, de bestias y de todo reptil que se arrastra sobre la tierra; y vayan por la tierra, fructifiquen y multiplíquense sobre la tierra».
18 Salió, pues, Noé con sus hijos, su mujer y las mujeres de sus hijos.19 Todos los animales, todo reptil y toda ave; todo lo que se mueve sobre la tierra según sus especies, salió del arca.

Noé edifica un altar y Dios pronuncia una promesa

Gn. 8.20-22 DHH NIV NBD NVI LBLA  
20 Luego edificó Noé un altar a Jehová, y tomando de todo animal limpio y de toda ave limpia, ofreció holocausto en el altar.21 Al percibir Jehová olor grato, dijo en su corazón: «No volveré a maldecir la tierra por causa del hombre, porque el corazón del hombre se inclina al mal desde su juventud; ni volveré a destruir todo ser viviente, como he hecho.
22 »Mientras la tierra permanezca
no cesarán la sementera y la siega,
el frío y el calor,
el verano y el invierno,
el día y la noche».

Pacto de Dios con la humanidad, los animales y la tierra

Gn. 9.1-17  DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Bendijo Dios a Noé y a sus hijos, y les dijo: «Fructificad, multiplicaos y llenad la tierra.2 Infundiréis temor y miedo a todo animal sobre la tierra, a toda ave de los cielos, a todo lo que se mueva sobre la tierra y a todos los peces del mar; en vuestras manos son entregados.3 Todo lo que se mueve y vive os servirá de alimento, lo mismo que las legumbres y las plantas verdes. Os lo he dado todo.4 Pero carne con su vida, que es su sangre, no comeréis,5 porque ciertamente demandaré la sangre de vuestras vidas; de manos de todo animal la demandaré, y de manos del hombre. A cada hombre demandaré la vida de su prójimo.
6 «El que derrame la sangre de un hombre,
por otro hombre su sangre será derramada,
porque a imagen de Dios es hecho el hombre.
7 Mas vosotros fructificad y multiplicaos,
procread abundantemente en la tierra
y multiplicaos en ella».
8 También dijo Dios a Noé y a sus hijos:9 «Yo establezco mi pacto con vosotros, y con vuestros descendientes después de vosotros;10 con todo ser viviente que está con vosotros: aves, animales y toda bestia de la tierra que está con vosotros, desde todos los que salieron del arca hasta todo animal de la tierra.11 Estableceré mi pacto con vosotros, y no volveré a exterminar a todos los seres vivos con aguas de diluvio, ni habrá más diluvio para destruir la tierra».
12 Asimismo dijo Dios: «Esta es la señal del pacto que yo establezco a perpetuidad con vosotros y con todo ser viviente que está con vosotros:13 Mi arco he puesto en las nubes, el cual será por señal de mi pacto con la tierra.14 Y sucederá que cuando haga venir nubes sobre la tierra, se dejará ver mi arco en las nubes.15 Y entonces me acordaré de mi pacto con vosotros y todo ser viviente de toda especie; y no habrá más diluvio de aguas para destruir todo ser vivo.16 Estará el arco en las nubes; lo veré y me acordaré del pacto perpetuo entre Dios y todo ser viviente, con todo lo que tiene vida sobre la tierra».
17 Dijo, pues, Dios a Noé: «Esta es la señal del pacto que he establecido entre mí y todo lo que tiene vida sobre la tierra».

Cam es maldecido por su padre. Sem y Jafet son bendecidos

Gn. 9.18-27  DHH NIV NBD NVI LBLA
18 Los hijos de Noé que salieron del arca fueron Sem, Cam y Jafet. Cam es el padre de Canaán.19 Estos tres fueron los hijos de Noé, y de ellos se pobló toda la tierra.
20 Después comenzó Noé a labrar la tierra y plantó una viña.21 Bebió el vino, se embriagó y se desnudó en medio de su tienda.22 Cam, padre de Canaán, vio la desnudez de su padre y lo dijo a sus dos hermanos que estaban fuera.23 Entonces Sem y Jafet tomaron la ropa, la pusieron sobre sus propios hombros, y andando hacia atrás cubrieron la desnudez de su padre. Al tener vueltos sus rostros, no vieron la desnudez de su padre.24 Cuando despertó Noé de su embriaguez y supo lo que le había hecho su hijo más joven,25 dijo:
«¡Maldito sea Canaán!
¡Siervo de siervos será a sus hermanos!».
26 Y añadió:
«¡Bendiga Jehová, mi Dios, a Sem
y sea Canaán su siervo!
27 ¡Engrandezca Dios a Jafet,
que habite en las tiendas de Sem
y sea Canaán su siervo!».

Origen de los diversos idiomas

Gn. 11.1-9  DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Tenía entonces toda la tierra una sola lengua y unas mismas palabras.2 Aconteció que cuando salieron de oriente hallaron una llanura en la tierra de Sinar, y se establecieron allí.3 Un día se dijeron unos a otros: «Vamos, hagamos ladrillo y cozámoslo con fuego». Así el ladrillo les sirvió en lugar de piedra, y el asfalto en lugar de mezcla.4 Después dijeron: «Vamos, edifiquémonos una ciudad y una torre cuya cúspide llegue al cielo; y hagámonos un nombre, por si fuéramos esparcidos sobre la faz de toda la tierra».
5 Jehová descendió para ver la ciudad y la torre que edificaban los hijos de los hombres.6 Y dijo Jehová: «El pueblo es uno, y todos estos tienen un solo lenguaje; han comenzado la obra y nada los hará desistir ahora de lo que han pensado hacer.7 Ahora, pues, descendamos y confundamos allí su lengua, para que ninguno entienda el habla de su compañero».
8 Así los esparció Jehová desde allí sobre la faz de toda la tierra, y dejaron de edificar la ciudad.9 Por eso se la llamó Babel, porque allí confundió Jehová el lenguaje de toda la tierra, y desde allí los esparció sobre la faz de toda la tierra.

1056-2006 d.c. Vida de Noé: 950 años

Años de vida de Noé después del diluvio

Gn. 5.32  DHH NIV NBD NVI LBLA
32 Noé tenía quinientos años cuando engendró a Sem, a Cam y a Jafet.
Gn. 9.28,29  DHH NIV NBD NVI LBLA
28 Después del diluvio, Noé vivió trescientos cincuenta años.29 Todos los días de Noé fueron novecientos cincuenta años, y murió.

Enero 4
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Enero 4

Nacimiento de los hijos de Noé

Gn. 5.32  DHH NIV NBD NVI LBLA
32 Noé tenía quinientos años cuando engendró a Sem, a Cam y a Jafet.

Los descendientes de los hijos de Noé

Gn. 10.1  DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Estos son los descendientes de los hijos de Noé: Sem, Cam y Jafet, a quienes nacieron hijos después del diluvio.

Los descendientes de Sem

Gn. 10.21-31  DHH NIV NBD NVI LBLA
21 También le nacieron hijos a Sem, padre de todos los hijos de Heber, y hermano mayor de Jafet.22 Los hijos de Sem fueron Elam, Asur, Arfaxad, Lud y Aram.23 Los hijos de Aram: Uz, Hul, Geter y Mas.24 Arfaxad engendró a Sala, y Sala engendró a Heber.25 A Heber le nacieron dos hijos: el primero tuvo por nombre Peleg, porque en sus días fue repartida la tierra; y su hermano se llamó Joctán.26 Joctán engendró a Almodad, Selef, Hazar-mavet, Jera,27 Adoram, Uzal, Dicla,28 Obal, Abimael, Seba,29 Ofir, Havila y Jobab; todos estos fueron hijos de Joctán.30 Y la tierra en que habitaron iba desde Mesa, en dirección de Sefar, hasta la región montañosa del oriente.31 Estos fueron los hijos de Sem por sus familias, sus lenguas, sus territorios y naciones.
1 Cr. 1.17-27  DHH NIV NBD NVI LBLA
17 Los hijos de Sem: Elam, Asur, Arfaxad, Lud, Aram, Uz, Hul, Geter y Mesec.18 Arfaxad engendró a Sela, y Sela engendró a Heber.19 Y a Heber le nacieron dos hijos; el nombre del uno fue Peleg, por cuanto en sus días fue dividida la tierra; y el nombre de su hermano fue Joctán.20 Joctán engendró a Almodad, Selef, Hazar-mavet, Jera,21 Adoram, Uzal, Dicla,22 Ebal, Abimael, Seba,23 Ofir, Havila y Jobab; todos hijos de Joctán. 24 Sem, Arfaxad, Sela,25 Heber, Peleg, Reu,26 Serug, Nacor, Taré,27 y Abram, el cual es Abraham.

1556-2156 d.c. Vida de Sem: 600 años

Gn. 11.10,11 DHH NIV NBD NVI LBLA
10 Estos son los descendientes de Sem: Sem, de edad de cien años engendró a Arfaxad, dos años después del diluvio.11 Vivió Sem, después que engendró a Arfaxad, quinientos años, y engendró hijos e hijas.

1658-2096 d.c. Vida de Arfaxad: 438 años

Gn. 11.12,13   DHH NIV NBD NVI LBLA 
12 Arfaxad vivió treinta y cinco años, y engendró a Sala.13 Vivió Arfaxad, después que engendró a Sala, cuatrocientos tres años, y engendró hijos e hijas.

1693-2126 d.c. Vida de Sala: 433 años

Gn. 11.14,15    DHH NIV NBD NVI LBLA
14 Sala vivió treinta años, y engendró a Heber.15 Vivió Sala, después que engendró a Heber, cuatrocientos tres años, y engendró hijos e hijas.

1723-2187 d.c. Vida de Heber: 464 años

Gn. 11.16,17    DHH NIV NBD NVI LBLA
16 Heber vivió treinta y cuatro años, y engendró a Peleg.17 Vivió Heber, después que engendró a Peleg, cuatrocientos treinta años, y engendró hijos e hijas.

1757-1996 d.c. Vida de Peleg: 239 años

Gn. 11.18,19  DHH NIV NBD NVI LBLA
18 Peleg vivió treinta años, y engendró a Reu.19 Vivió Peleg, después que engendró a Reu, doscientos nueve años, y engendró hijos e hijas.

1787-2026 d.c. Vida de Reu: 239 años

Gn. 11.20,21    DHH NIV NBD NVI LBLA
20 Reu vivió treinta y dos años, y engendró a Serug.21 Vivió Reu, después que engendró a Serug, doscientos siete años, y engendró hijos e hijas.

1819-2049 d.c. Vida de Serug: 230 años

Gn. 11.22,23    DHH NIV NBD NVI LBLA
22 Serug vivió treinta años, y engendró a Nacor.23 Vivió Serug, después que engendró a Nacor, doscientos años, y engendró hijos e hijas.

1849-1997 d.c. Vida de Nacor: 148 años

Gn. 11.24,25   DHH NIV NBD NVI LBLA
24 Nacor vivió veintinueve años, y engendró a Taré.25 Vivió Nacor, después que engendró a Taré, ciento diecinueve años, y engendró hijos e hijas.

1878-2083 d.c. Vida de Taré: 205 años

Gn. 11.26,32   DHH NIV NBD NVI LBLA
26 Taré vivió setenta años, y engendró a Abram, a Nacor y a Harán.
32 Y fueron los días de Taré doscientos cinco años, y murió Taré en Harán.

1948-2123 d.c. Vida de Abraham: 175 años

Gn. 11.26   DHH NIV NBD NVI LBLA
26 Taré vivió setenta años, y engendró a Abram, a Nacor y a Harán.
Gn. 25.7    DHH NIV NBD NVI LBLA
7 Los días que vivió Abraham fueron ciento setenta y cinco años.

Los descendientes de Cam

Gn. 10.6-20   DHH NIV NBD NVI LBLA
6 Los hijos de Cam: Cus, Mizraim, Fut y Canaán.7 Los hijos de Cus: Seba, Havila, Sabta, Raama y Sabteca. Y los hijos de Raama: Seba y Dedán.8 Cus engendró a Nimrod, quien llegó a ser el primer poderoso en la tierra.9 Este fue vigoroso cazador delante de Jehová, por lo cual se dice: «Así como Nimrod, vigoroso cazador delante de Jehová».10 Y fueron cabeceras de su reino Babel, Erec, Acad y Calne, ciudades en la tierra de Sinar.11 De esta tierra salió para Asiria, y edificó Nínive, Rehobot, Cala12 y Resén entre Nínive y Cala, la cual es ciudad grande.
13 Mizraim engendró a Ludim, a Anamim, a Lehabim, a Naftuhim,14 a Patrusim, a Casluhim, de donde salieron los filisteos, y a Caftorim.
15 Canaán engendró a Sidón, su primogénito, a Het,16 al jebuseo, al amorreo, al gergeseo,17 al heveo, al araceo, al sineo,18 al arvadeo, al zemareo y al hamateo; y después se dispersaron las familias de los cananeos.19 El territorio de los cananeos iba desde Sidón, en dirección a Gerar, hasta Gaza; y en dirección de Sodoma, Gomorra, Adma y Zeboim, hasta Lasa.20 Estos son los hijos de Cam por sus familias, sus lenguas, territorios y naciones.
1 Cr. 1.8-16   DHH NIV NBD NVI LBLA
8 Los hijos de Cam: Cus, Mizraim, Fut y Canaán.9 Los hijos de Cus: Seba, Havila, Sabta, Raama y Sabteca. Y los hijos de Raama: Seba y Dedán.10 Cus engendró a Nimrod; este llegó a ser poderoso en la tierra.11 Mizraim engendró a Ludim, Anamim, Lehabim, Naftuhim,12 Patrusim y Casluhim; de estos salieron los filisteos y los caftoreos.13 Canaán engendró a Sidón, su primogénito, y a Het,14 al jebuseo, al amorreo, al gergeseo,15 al heveo, al araceo, al sineo,16 al arvadeo, al zemareo y al hamateo.

Los filisteos fueron descendientes de Cam

Gn. 10.14   DHH NIV NBD NVI LBLA
14 a Patrusim, a Casluhim, de donde salieron los filisteos y a Caftorim.

Emigraron a Palestina desde la isla de Caftor. Hoy se llama Creta

Am. 9.7   DHH NIV NBD NVI LBLA
7 Hijos de Israel,
¿no me sois vosotros como hijos de etíopes?,
dice Jehová.
¿No hice yo subir a Israel de la tierra de Egipto,
de Caftor a los filisteos,
y de Kir a los arameos?

Caftoreos = filisteos

Dt. 2.23    DHH NIV NBD NVI LBLA
23 Y a los aveos que habitaban en aldeas hasta Gaza, los caftoreos que salieron de Caftor los exterminaron y habitaron en su lugar).

Los descendientes de Jafet

Gn. 10.2-5   DHH NIV NBD NVI LBLA
2 Los hijos de Jafet: Gomer, Magog, Madai, Javán, Tubal, Mesec y Tiras.3 Los hijos de Gomer: Askenaz, Rifat y Togarma.4 Los hijos de Javán: Elisa, Tarsis, Quitim y Dodanim.5 De estos se poblaron las costas, cada cual según su lengua, conforme a sus linajes y naciones.
1 Cr. 1.5-7   DHH NIV NBD NVI LBLA
5 Los hijos de Jafet: Gomer, Magog, Madai, Javán, Tubal, Mesec y Tiras.6 Los hijos de Gomer: Askenaz, Rifat y Togarma.7 Los hijos de Javán: Elisa, Tarsis, Quitim y Dodanim.

Los descendientes de Noé poblaron el mundo

Gn. 10.32   DHH NIV NBD NVI LBLA
32 Estos son los linajes de los hijos de Noé según sus descendencias y naciones. De estos se esparcieron las naciones en la tierra después del diluvio.

Los descendientes de Taré

Gn. 11.27-32   DHH NIV NBD NVI LBLA
27 Estos son los descendientes de Taré: Taré engendró a Abram, a Nacor y a Harán, y Harán engendró a Lot.28 Harán murió antes que su padre Taré en Ur de los caldeos, la tierra donde había nacido.
29 Abram y Nacor tomaron para sí mujeres; el nombre de la mujer de Abram era Sarai, y el nombre de la mujer de Nacor, Milca, hija de Harán, padre de Milca y de Isca.30 Pero Sarai era estéril y no tenía hijos.
31 Tomó Taré a su hijo Abram, y a Lot hijo de Harán, hijo de su hijo, y a Sarai, su nuera, mujer de su hijo Abram, y salió con ellos de Ur de los caldeos para ir a la tierra de Canaán. Pero cuando llegaron a Harán se quedaron allí.32 Y fueron los días de Taré doscientos cinco años, y murió Taré en Harán.

Enero 5
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Enero 5

A partir de aquí, las fechas serán fijadas con la nomenclatura moderna: antes de Cristo (a.C.) y después de Cristo (d.C.)

1850 a.C. Llegada de Abraham a Canaán

Dios llama a Abram

Gn. 12.1-9   DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Jehová había dicho a Abram: «Vete de tu tierra, de tu parentela y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré.2 Haré de ti una nación grande, te bendeciré, engrandeceré tu nombre y serás bendición.3 Bendeciré a los que te bendigan, y a los que te maldigan maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra».
4 Se fue Abram, como Jehová le dijo, y con él marchó Lot. Tenía Abram setenta y cinco años de edad cuando salió de Harán.5 Tomó, pues, Abram a Sarai, su mujer, y a Lot, hijo de su hermano, y todos los bienes que habían ganado y las personas que habían adquirido en Harán, y salieron para ir a tierra de Canaán.
Llegaron a Canaán,6 y pasó Abram por aquella tierra hasta el lugar de Siquem, donde está la encina de More. El cananeo vivía entonces en la tierra.7 Y se apareció Jehová a Abram, y le dijo: «A tu descendencia daré esta tierra». Y edificó allí un altar a Jehová, quien se le había aparecido.8 De allí pasó a un monte al oriente de Bet-el, y plantó su tienda entre Bet-el al occidente y Hai al oriente; edificó en ese lugar un altar a Jehová, e invocó el nombre de Jehová.9 Luego Abram partió de allí, avanzando poco a poco hacia el Neguev.

Abram entra en Egipto

Gn. 12.10-20    DHH NIV NBD NVI LBLA
10 Hubo entonces hambre en la tierra; y descendió Abram a Egipto para vivir allí, porque era mucha el hambre en la tierra.11 Y aconteció que cuando estaba próximo a entrar en Egipto, dijo a Sarai, su mujer: «Sé que eres mujer de hermoso aspecto;12 en cuanto te vean los egipcios, dirán: “Es su mujer”. Entonces me matarán a mí, y a ti te dejarán con vida.13 Di, pues, que eres mi hermana, para que me vaya bien por causa tuya; así, gracias a ti, salvaré mi vida».
14 Aconteció que cuando entró Abram en Egipto, los egipcios vieron que la mujer era muy hermosa.15 También la vieron los príncipes del faraón, quienes la alabaron delante de él; y fue llevada la mujer a casa del faraón.16 Este trató bien por causa de ella a Abram, que tuvo ovejas, vacas, asnos, siervos, criadas, asnas y camellos.
17 Pero Jehová hirió al faraón y a su casa con grandes plagas, por causa de Sarai, mujer de Abram.18 Entonces el faraón llamó a Abram, y le dijo: «¿Qué es esto que has hecho conmigo? ¿Por qué no me declaraste que era tu mujer?19 ¿Por qué dijiste: “Es mi hermana”, poniéndome en ocasión de tomarla para mí por mujer? Ahora, pues, aquí está tu mujer; tómala y vete».20 Y el faraón ordenó a su gente que escoltara a Abram y a su mujer, con todo lo que tenía.

Abram y Lot se separan

Gn. 13.1-18   DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Subió, pues, Abram de Egipto hacia el Neguev, con su mujer y con todo lo que tenía, y con él iba Lot.2 Abram era riquísimo en ganado, y en plata y oro.3 Caminó de jornada en jornada desde el Neguev hasta Bet-el, hasta el lugar donde había estado antes su tienda, entre Bet-el y Hai,4 al lugar del altar que antes había edificado; e invocó allí Abram el nombre de Jehová.
5 También Lot, que iba con Abram, tenía ovejas, vacas y tiendas.6 Y la tierra no era suficiente para que habitaran juntos, pues sus posesiones eran muchas y no podían habitar en un mismo lugar.7 Hubo contienda entre los pastores del ganado de Abram y los pastores del ganado de Lot. (El cananeo y el ferezeo habitaban entonces en la tierra.)8 Entonces Abram dijo a Lot: «No haya ahora altercado entre nosotros dos ni entre mis pastores y los tuyos, porque somos hermanos.9 ¿No está toda la tierra delante de ti? Yo te ruego que te apartes de mí. Si vas a la mano izquierda, yo iré a la derecha; y si a la mano derecha, yo iré a la izquierda».
10 Alzó Lot sus ojos y vio toda la llanura del Jordán, toda ella era de riego, como el huerto de Jehová, como la tierra de Egipto en la dirección de Zoar, antes que Jehová destruyera Sodoma y Gomorra.11 Entonces Lot escogió para sí toda la llanura del Jordán; se fue, pues, Lot hacia el oriente, y se apartaron el uno del otro.12 Abram acampó en la tierra de Canaán, en tanto que Lot habitó en las ciudades de la llanura y fue poniendo sus tiendas hasta Sodoma.13 Pero los habitantes de Sodoma eran malos y cometían horribles pecados contra Jehová.
14 Jehová dijo a Abram, después que Lot se apartó de él: «Alza ahora tus ojos y, desde el lugar donde estás, mira al norte y al sur, al oriente y al occidente.15 Toda la tierra que ves te la daré a ti y a tu descendencia para siempre.16 Haré tu descendencia como el polvo de la tierra: que si alguno puede contar el polvo de la tierra, también tu descendencia será contada.17 Levántate y recorre la tierra a lo largo y a lo ancho, porque a ti te la daré».
18 Así pues, Abram levantó su tienda, se fue y habitó en el encinar de Mamre, que está en Hebrón, donde edificó un altar a Jehová.

Guerra en Sodoma. Lot cae prisionero.

Gn. 14.1-12  DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Aconteció en los días de Amrafel, rey de Sinar, Arioc, rey de Elasar, Quedorlaomer, rey de Elam, y Tidal, rey de Goim,2 que estos hicieron guerra contra Bera, rey de Sodoma, contra Birsa, rey de Gomorra, contra Sinab, rey de Adma, contra Semeber, rey de Zeboim, y contra el rey de Bela, la cual es Zoar.3 Todos estos se juntaron en el valle del Sidim, que es el Mar Salado.4 Doce años habían servido a Quedorlaomer, y en el decimotercero se rebelaron.5 En el año decimocuarto vino Quedorlaomer con los reyes que estaban de su parte y derrotaron a los refaítas en Astarot Karnaim, a los zuzitas en Ham, a los emitas en Save-quiriataim6 y a los horeos en los montes de Seir, hasta la llanura de Parán, que está junto al desierto.7 Después regresaron y llegaron a En-mispat, que es Cades, y destruyeron todo el país de los amalecitas y también al amorreo que habitaba en Hazezon-tamar.
8 Entonces salieron el rey de Sodoma, el rey de Gomorra, el rey de Adma, el rey de Zeboim y el rey de Bela, que es Zoar, y pelearon contra ellos en el valle del Sidim;9 esto es, contra Quedorlaomer, rey de Elam, Tidal, rey de Goim, Amrafel, rey de Sinar, y Arioc, rey de Elasar; cuatro reyes contra cinco.
10 El valle del Sidim estaba lleno de pozos de asfalto; y cuando huyeron el rey de Sodoma y el de Gomorra, cayeron allí; los demás huyeron al monte.11 Los vencedores tomaron toda la riqueza de Sodoma y de Gomorra, y todas sus provisiones, y se fueron.12 Tomaron también a Lot, hijo del hermano de Abram, que habitaba en Sodoma, y sus bienes, y se fueron.

Abram rescata a Lot

Gn. 14.13-16  DHH NIV NBD NVI LBLA
13 Uno de los que escaparon fue y dio aviso a Abram, el hebreo, que habitaba en el encinar de Mamre, el amorreo, hermano de Escol y hermano de Aner, los cuales eran aliados de Abram.
14 Al oir Abram que su pariente estaba prisionero, armó a trescientos dieciocho criados nacidos en su casa, y los persiguió hasta Dan.15 Cayó sobre ellos de noche, él con sus siervos, y los atacó, y los fue siguiendo hasta Hoba, al norte de Damasco.16 Recobró así todos los bienes, y también a su pariente Lot, los bienes de este, las mujeres y demás gente.

Abram y Melquisedec

Gn. 14.17-20  DHH NIV NBD NVI LBLA
17 Cuando volvía de derrotar a Quedorlaomer y a los reyes que con él estaban, salió el rey de Sodoma a recibirlo al valle de Save, que es el valle del Rey.18 Entonces Melquisedec, rey de Salem y sacerdote del Dios Altísimo, sacó pan y vino;19 y lo bendijo, diciendo:
«Bendito sea Abram del Dios Altísimo,
creador de los cielos y de la tierra;
20 y bendito sea el Dios Altísimo,
que entregó a tus enemigos en tus manos».
Y le dio Abram los diezmos de todo.

Abram y el rey de Sodoma

Gn. 14.21-24  DHH NIV NBD NVI LBLA
21 Entonces el rey de Sodoma dijo a Abram:
—Dame las personas y toma para ti los bienes.
22 Respondió Abram al rey de Sodoma:
—He jurado a Jehová, Dios Altísimo, creador de los cielos y de la tierra,23 que ni un hilo ni una correa de calzado tomaré de todo lo que es tuyo, para que no digas: “Yo enriquecí a Abram”;24 excepto solamente lo que comieron los jóvenes. Pero los hombres que fueron conmigo, Aner, Escol y Mamre, sí tomarán su parte.

Abram tiene visiones y recibe promesas de Dios

Gn. 15.1-21 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Después de estas cosas vino la palabra de Jehová a Abram en visión, diciendo:
—No temas, Abram, yo soy tu escudo, y tu recompensa será muy grande.
2 Respondió Abram:
—Señor Jehová, ¿qué me darás, si no me has dado hijos y el mayordomo de mi casa es ese Eliezer, el damasceno?
3 Dijo también Abram:
—Como no me has dado prole, mi heredero será un esclavo nacido en mi casa.
4 Luego vino a él palabra de Jehová, diciendo:
—No te heredará este, sino que un hijo tuyo será el que te herede.
5 Entonces lo llevó fuera y le dijo:
—Mira ahora los cielos y cuenta las estrellas, si es que las puedes contar.
Y añadió:
—Así será tu descendencia.
6 Abram creyó a Jehová y le fue contado por justicia.7 Jehová le dijo:
—Yo soy Jehová, que te saqué de Ur de los caldeos para darte a heredar esta tierra.
8 Abram respondió:
—Señor Jehová, ¿en qué conoceré que la he de heredar?
9 Jehová le dijo:
—Tráeme una becerra de tres años, una cabra de tres años y un carnero de tres años; y una tórtola y un palomino.
10 Tomó Abram todos estos animales, los partió por la mitad y puso cada mitad enfrente de la otra; pero no partió las aves.11 Y descendían aves de rapiña sobre los cuerpos muertos, pero Abram las ahuyentaba.12 A la caída del sol cayó sobre Abram un profundo sopor, y el temor de una gran oscuridad cayó sobre él.
13 Entonces Jehová le dijo:
—Ten por cierto que tu descendencia habitará en tierra ajena, será esclava allí y será oprimida cuatrocientos años.14 Pero también a la nación a la cual servirán juzgaré yo; y después de esto saldrán con gran riqueza.15 Tú, en tanto, te reunirás en paz con tus padres y serás sepultado en buena vejez.16 Y tus descendientes volverán acá en la cuarta generación, porque hasta entonces no habrá llegado a su colmo la maldad del amorreo.
17 Cuando se puso el sol y todo estaba oscuro, apareció un horno humeante y una antorcha de fuego que pasaba por entre los animales divididos.18 Aquel día hizo Jehová un pacto con Abram, diciendo:
—A tu descendencia daré esta tierra, desde el río de Egipto hasta el río grande, el Éufrates:19 la tierra de los ceneos, los cenezeos, los cadmoneos,20 los heteos, los ferezeos, los refaítas,21 los amorreos, los cananeos, los gergeseos y los jebuseos.

Agar, la sierva de Sara, tiene un hijo de Abram

Gn. 16.1-16 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Sarai, mujer de Abram, no le daba hijos; pero tenía una sierva egipcia que se llamaba Agar.2 Dijo Sarai a Abram:
—Ya ves que Jehová me ha hecho estéril; te ruego, pues, que te llegues a mi sierva, y quizá tendré hijos de ella.
Atendió Abram el ruego de Sarai.3 Así, al cabo de diez años de habitar Abram en Canaán, su mujer Sarai tomó a Agar, su sierva egipcia, y la dio por mujer a su marido Abram.4 Él se llegó, pues, a Agar, la cual concibió; pero al ver que había concebido, miraba con desprecio a su señora.5 Entonces Sarai dijo a Abram:
—¡Mi agravio sea sobre ti! Yo te di a mi sierva por mujer, pero al verse encinta me mira con desprecio. ¡Juzgue Jehová entre tú y yo!
6 Respondió Abram a Sarai:
—Mira, tu sierva está en tus manos. Haz con ella lo que bien te parezca.
Y como Sarai la afligía, Agar huyó de su presencia.
7 La halló el ángel de Jehová junto a una fuente de agua en el desierto, junto a la fuente que está en el camino de Shur.8 Y le dijo:
—Agar, sierva de Sarai, ¿de dónde vienes y a dónde vas?
Ella respondió:
—Huyo de delante de Sarai, mi señora.
9 Le dijo el ángel de Jehová:
—Vuélvete a tu señora y ponte sumisa bajo su mano.
10 Le dijo también el ángel de Jehová:
—Multiplicaré tanto tu descendencia,
que por ser tanta no podrá ser contada.
11 Y añadió el ángel de Jehová:
—Has concebido y darás a luz un hijo,
y le pondrás por nombre Ismael
porque Jehová ha oído tu aflicción.
12 Será un hombre fiero,
su mano se levantará contra todos
y la mano de todos contra él;
y habitará delante de todos sus hermanos.
13 Entonces dio Agar a Jehová, que hablaba con ella, el nombre de: «Tú eres el Dios que me ve», porque dijo: «¿Acaso no he visto aquí al que me ve?».14 Por lo cual llamó al pozo: «Pozo del Viviente-que-me-ve». Este pozo está entre Cades y Bered.
15 Agar dio a luz un hijo a Abram, y Abram puso por nombre Ismael al hijo que le dio Agar.16 Abram tenía ochenta y seis años de edad cuando Agar dio a luz a Ismael.

Enero 6
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Enero 6

Dios le cambia los nombres a Abram y a Sarai

Gn. 17.1-8,15-22  DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Abram tenía noventa y nueve años de edad cuando se le apareció Jehová y le dijo:
—Yo soy el Dios Todopoderoso. Anda delante de mí y sé perfecto.2 Yo haré un pacto contigo y te multiplicaré en gran manera.
3 Entonces Abram se postró sobre su rostro, y Dios habló con él, diciendo:
4 —Este es mi pacto contigo: serás padre de muchedumbre de gentes.5 No te llamarás más Abram, sino que tu nombre será Abraham, porque te he puesto por padre de muchedumbre de gentes.6 Te multiplicaré en gran manera, y de ti saldrán naciones y reyes.7 Estableceré un pacto contigo y con tu descendencia después de ti, de generación en generación: un pacto perpetuo, para ser tu Dios y el de tu descendencia después de ti.8 Te daré a ti y a tu descendencia después de ti la tierra en que habitas, toda la tierra de Canaán, en heredad perpetua; y seré el Dios de ellos.
15 Dijo también Dios a Abraham:
—A Sarai, tu mujer, no la llamarás Sarai, sino que su nombre será Sara.16 Yo la bendeciré, y también te daré un hijo de ella. Sí, la bendeciré y vendrá a ser madre de naciones; reyes de pueblos nacerán de ella.
17 Entonces Abraham se postró sobre su rostro, y se rió y dijo en su corazón: «¿A un hombre de cien años habrá de nacerle un hijo? ¿Y Sara, ya de noventa años, habrá de concebir?».18 Y dijo Abraham a Dios:
—Ojalá viva Ismael delante de ti.
19 Respondió Dios:
—Ciertamente Sara, tu mujer, te dará a luz un hijo y le pondrás por nombre Isaac. Confirmaré mi pacto con él como pacto perpetuo para sus descendientes después de él.20 Y en cuanto a Ismael, también te he oído. Lo bendeciré, lo haré fructificar y multiplicar mucho en gran manera, engendrará doce príncipes y haré de él una gran nación.21 Pero yo estableceré mi pacto con Isaac, el que Sara te dará a luz el año que viene por este tiempo.22 Acabó Dios de hablar con Abraham, y se alejó de él.

Se establece la circuncisión

Gn. 17.9-14,23-27 DHH NIV NBD NVI LBLA
9 Dijo de nuevo Dios a Abraham:
—En cuanto a ti, guardarás mi pacto, tú y tu descendencia después de ti de generación en generación.10 Este es mi pacto, que guardaréis entre mí y vosotros y tu descendencia después de ti: Todo varón de entre vosotros será circuncidado.11 Circuncidaréis la carne de vuestro prepucio, y será por señal del pacto entre mí y vosotros.12 A los ocho días de edad será circuncidado todo varón entre vosotros, de generación en generación, tanto el nacido en casa como el comprado por dinero a cualquier extranjero que no sea de tu linaje.13 Debe ser circuncidado el nacido en tu casa y el comprado por tu dinero, de modo que mi pacto esté en vuestra carne por pacto perpetuo.14 El incircunciso, aquel a quien no se le haya cortado la carne del prepucio, será eliminado de su pueblo por haber violado mi pacto.
23 Entonces tomó Abraham a su hijo Ismael, a todos los siervos nacidos en su casa y a todos los comprados por su dinero, a todo varón de la casa de Abraham, y circuncidó la carne del prepucio de ellos en aquel mismo día, como Dios le había dicho.24 Tenía Abraham noventa y nueve años de edad cuando circuncidó la carne de su prepucio.25 E Ismael, su hijo, tenía trece años cuando fue circuncidada la carne de su prepucio.26 En el mismo día fueron circuncidados Abraham y su hijo Ismael;27 todos los varones de su casa, tanto el siervo nacido en casa como el comprado del extranjero por dinero, fueron circuncidados con él.

Abraham recibe la visita de tres personajes celestiales

Gn. 18.1-15 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Jehová se le apareció a Abraham en el encinar de Mamre, estando él sentado a la puerta de su tienda, a la hora de más calor.2 Alzó los ojos y vio a tres varones que estaban junto a él. Al verlos salió corriendo de la puerta de su tienda a recibirlos, se postró en tierra3 y dijo:
—Señor, si he hallado gracia en tus ojos, te ruego que no pases de largo junto a tu siervo.4 Haré traer ahora un poco de agua para que lavéis vuestros pies, y luego os recostaréis debajo de un árbol.5 Traeré también un bocado de pan para que repongáis vuestras fuerzas antes de seguir, pues por eso habéis pasado cerca de vuestro siervo.
Ellos dijeron:
—Haz como has dicho.
6 Entonces Abraham fue de prisa a la tienda donde estaba Sara, y le dijo:
—Toma enseguida tres medidas de flor de harina, amásala y haz panes cocidos debajo del rescoldo.
7 Corrió luego Abraham a donde estaban las vacas, tomó un becerro tierno y bueno, lo dio al criado y este se dio prisa a prepararlo.8 Después tomó mantequilla y leche, y el becerro que había preparado, y lo puso delante de ellos. Él se quedó con ellos debajo del árbol, y comieron.
9 Después le preguntaron:
—¿Dónde está Sara, tu mujer?
Él respondió:
—Aquí, en la tienda.
10 Entonces dijo:
—De cierto volveré a ti el próximo año, y para entonces Sara, tu mujer, tendrá un hijo.
Sara escuchaba a la puerta de la tienda, que estaba detrás de él.11 Abraham y Sara eran viejos, de edad avanzada, y a Sara ya le había cesado el período de las mujeres.12 Y se rió Sara para sus adentros, pensando: «¿Después que he envejecido tendré deleite, siendo también mi señor ya viejo?».13 Entonces Jehová dijo a Abraham:
—¿Por qué se ha reído Sara diciendo: “Será cierto que he de dar a luz siendo ya vieja”?14 ¿Acaso hay alguna cosa difícil para Dios? Al tiempo señalado volveré a ti, y para entonces Sara tendrá un hijo.
15 Entonces Sara tuvo miedo y negó, diciendo:
—No me reí.
Y él dijo:
—No es así, sino que te has reído.

Abraham le pide a Dios que no destruya a Sodoma

Gn. 18.16-33  DHH NIV NBD NVI LBLA
16 Los varones se levantaron de allí y miraron hacia Sodoma, y Abraham iba con ellos, acompañándolos.17 Jehová dijo: «¿Encubriré yo a Abraham lo que voy a hacer,18 habiendo de ser Abraham una nación grande y fuerte y habiendo de ser benditas en él todas las naciones de la tierra?,19 pues yo sé que mandará a sus hijos, y a su casa después de sí, que guarden el camino de Jehová haciendo justicia y juicio, para que haga venir Jehová sobre Abraham lo que ha hablado acerca de él».20 Entonces Jehová le dijo:
—Por cuanto el clamor contra Sodoma y Gomorra aumenta más y más y su pecado se ha agravado en extremo,21 descenderé ahora y veré si han consumado su obra según el clamor que ha llegado hasta mí; y si no, lo sabré.
22 Se apartaron de allí los varones y fueron hacia Sodoma; pero Abraham permaneció delante de Jehová.23 Se acercó Abraham y le dijo:
—¿Destruirás también al justo con el impío?24 Quizá haya cincuenta justos dentro de la ciudad: ¿destruirás y no perdonarás a aquel lugar por amor a los cincuenta justos que estén dentro de él?25 Lejos de ti el hacerlo así, que hagas morir al justo con el impío y que el justo sea tratado como el impío. ¡Nunca tal hagas! El Juez de toda la tierra, ¿no ha de hacer lo que es justo?
26 Entonces respondió Jehová:
—Si encuentro en Sodoma cincuenta justos dentro de la ciudad, perdonaré a todo este lugar por amor a ellos.
27 Abraham replicó y dijo:
—Te ruego, mi Señor, que me escuches, aunque soy polvo y ceniza.28 Quizá falten de cincuenta justos cinco: ¿destruirás por aquellos cinco toda la ciudad?
Jehová respondió:
—No la destruiré, si encuentro allí cuarenta y cinco.
29 Volvió a hablarle Abraham:
—Quizá se encuentren allí cuarenta.
—No lo haré, por amor a los cuarenta—dijo Jehová.
30 Abraham volvió a suplicar:
—No se enoje ahora mi Señor si le digo: quizá se encuentren allí treinta.
—No lo haré si encuentro allí treinta—respondió Jehová.
31 Abraham insistió:
—Soy muy atrevido al hablar así a mi Señor, pero quizá se encuentren allí veinte.
—No la destruiré—respondió—, por amor a los veinte.
32 Volvió Abraham a decir:
—No se enoje ahora mi Señor; solo hablaré esta vez: quizá se encuentren allí diez.
—No la destruiré—respondió Jehová—, por amor a los diez.
33 Luego que acabó de hablar a Abraham, Jehová se fue y Abraham volvió a su lugar.

Sodoma y Gomorra son destruidas

Gn. 19.1-29 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Llegaron, pues, los dos ángeles a Sodoma a la caída de la tarde; y Lot estaba sentado a la puerta de Sodoma. Al verlos, Lot se levantó a recibirlos, se inclinó hacia el suelo2 y les dijo:
—Ahora, mis señores, os ruego que vengáis a casa de vuestro siervo para alojaros y lavar vuestros pies. Por la mañana os levantaréis y seguiréis vuestro camino.
Ellos respondieron:
—No, esta noche nos quedaremos en la calle.
3 Pero Lot porfió tanto con ellos que fueron con él y entraron en su casa. Allí les hizo banquete, coció panes sin levadura y comieron.
4 Pero, antes que se acostaran, rodearon la casa los hombres de la ciudad, los varones de Sodoma, todo el pueblo, desde el más joven hasta el más viejo.5 Y llamaron a Lot, gritando:
—¿Dónde están los hombres que vinieron a ti esta noche? Sácalos, para que los conozcamos.
6 Entonces Lot salió a ellos a la puerta, cerró la puerta tras sí7 y dijo:
—Os ruego, hermanos míos, que no hagáis tal maldad.8 Mirad, yo tengo dos hijas que no han conocido varón; os las traeré y podréis hacer con ellas lo que bien os parezca; solamente que a estos varones no les hagáis nada, ya que han venido al amparo de mi tejado.
9 Ellos respondieron:
—¡Quítate de ahí!
Y añadieron:
—Vino este extraño para habitar entre nosotros, ¿y habrá de erigirse en juez? Ahora te trataremos peor que a ellos.
Enseguida comenzaron a forcejear con Lot, y se acercaron para romper la puerta.10 Pero los huéspedes alargaron la mano, metieron a Lot en la casa con ellos y cerraron la puerta.11 Y a los hombres que estaban a la puerta de la casa los hirieron con ceguera, desde el menor hasta el mayor, de manera que se fatigaban buscando la puerta.
12 Después dijeron los huéspedes a Lot:
—¿Tienes aquí alguno más? Saca de este lugar a tus yernos, hijos e hijas, y todo lo que tienes en la ciudad,13 porque vamos a destruir este lugar, por cuanto el clamor contra la gente de esta ciudad ha subido de punto delante de Jehová. Por tanto, Jehová nos ha enviado a destruirla.
14 Entonces salió Lot y habló a sus yernos, los que habían de tomar sus hijas, y les dijo:
—¡Levantaos, salid de este lugar, porque Jehová va a destruir esta ciudad!
Pero sus yernos pensaron que bromeaba.15 Y al rayar el alba los ángeles daban prisa a Lot, diciendo:
—Levántate, toma a tu mujer y a tus dos hijas que se hallan aquí, para que no perezcas en el castigo de la ciudad.
16 Como él se demoraba, los varones los asieron de la mano, a él, a su mujer y a sus dos hijas, según la misericordia de Jehová para con él; lo sacaron y lo pusieron fuera de la ciudad.17 Cuando ya estaban fuera, le dijeron:
—Escapa por tu vida; no mires atrás ni te detengas en ningún lugar de esta llanura; escapa al monte, no sea que perezcas.
18 Pero Lot les dijo:
—No, yo os ruego, señores míos.19 Vuestro siervo ha hallado gracia en vuestros ojos y habéis tenido mucha misericordia conmigo al salvarme la vida, pero no podré escapar al monte, no sea que me alcance el mal y muera.20 Cerca de aquí hay una pequeña ciudad, a la cual puedo huir. Dejadme ir allá (¿no es en verdad pequeña?) y salvaré mi vida.
21 Uno de ellos le respondió:
—También he escuchado tu súplica sobre esto, y no destruiré la ciudad de que has hablado.22 Date prisa y escápate allá, porque nada podré hacer hasta que hayas llegado.
Por eso fue llamado Zoar el nombre de la ciudad.
23 El sol salía sobre la tierra cuando Lot llegó a Zoar.24 Entonces Jehová hizo llover desde los cielos azufre y fuego sobre Sodoma y sobre Gomorra;25 y destruyó las ciudades y toda aquella llanura, con todos los habitantes de aquellas ciudades y el fruto de la tierra.26 Entonces la mujer de Lot miró atrás, a espaldas de él, y se volvió estatua de sal.
27 Subió Abraham por la mañana al lugar donde había estado delante de Jehová.28 Miró hacia Sodoma y Gomorra, y hacia toda la tierra de aquella llanura, y vio que el humo subía de la tierra como el humo de un horno.29 Así, cuando Dios destruyó las ciudades de la llanura, se acordó de Abraham, y sacó a Lot de en medio de la destrucción con que asoló las ciudades donde Lot estaba.

Enero 7
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Enero 7

Origen de los moabitas y amonitas

Gn. 19.30-38 DHH NIV NBD NVI LBLA
30 Pero Lot subió de Zoar y habitó en el monte, junto a sus dos hijas, porque tuvo miedo de quedarse en Zoar. Él y sus dos hijas habitaron en una cueva.31 Entonces la mayor dijo a la menor:
—Nuestro padre es viejo y no queda hombre en la tierra que se una a nosotras, conforme a la costumbre de toda la tierra.32 Ven, demos a beber vino a nuestro padre; durmamos con él, y conservaremos de nuestro padre descendencia.
33 Dieron a beber vino a su padre aquella noche, y entró la mayor y durmió con su padre; pero él no sintió cuándo se acostó ella ni cuándo se levantó.34 Al día siguiente dijo la mayor a la menor:
—Yo dormí la noche pasada con mi padre; démosle a beber vino también esta noche, y entra tú y duerme con él, para que conservemos de nuestro padre descendencia.
35 Dieron, pues, a beber vino a su padre también aquella noche, y se levantó la menor y durmió con él; pero él no echó de ver cuándo se acostó ella ni cuándo se levantó.36 Las dos hijas de Lot concibieron de su padre.37 La mayor dio a luz un hijo, y le puso por nombre Moab, el cual es padre de los actuales moabitas.38 La menor también dio a luz un hijo, y llamó su nombre Ben-ammi, el cual es padre de los actuales amonitas.

Territorio de los moabitas

Dt. 2.9-11  DHH NIV NBD NVI LBLA
9 Entonces Jehová me dijo: “No molestes a Moab ni le hagas la guerra, pues no te daré posesión de su tierra, porque yo he dado a Ar como heredad a los hijos de Lot.10 (Antes habitaron en ella los emitas, un pueblo grande, numeroso y alto como los hijos de Anac.11 Por gigantes eran ellos tenidos también, como los hijos de Anac; pero los moabitas los llaman emitas.

Territorio de los amonitas

Dt. 2.19-21 DHH NIV NBD NVI LBLA
19 Y cuando te acerques a los hijos de Amón, no los molestes ni pelees con ellos, pues no te daré posesión de la tierra de los hijos de Amón, porque a los hijos de Lot la he dado como heredad.20 (Por tierra de gigantes fue también ella tenida; habitaron en ella gigantes en otro tiempo, a los cuales los amonitas llamaban zomzomeos.21 Eran un pueblo grande, numeroso y alto, como los hijos de Anac, a los cuales Jehová exterminó delante de los amonitas. Estos desalojaron a aquellos y habitaron en su lugar,

Abimelec, rey filisteo, lleva a Sara a su harén

Gn. 20.1-18 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Del lugar donde estaba partió Abraham a la tierra del Neguev, acampó entre Cades y Shur, y habitó como forastero en Gerar.2 Allí Abraham decía de Sara, su mujer: «Es mi hermana».
Entonces Abimelec, rey de Gerar, envió por Sara y la tomó.3 Pero Dios vino a Abimelec en sueños, de noche, y le dijo: «Vas a morir a causa de la mujer que has tomado, la cual es casada y tiene marido».
4 Pero como Abimelec no se había llegado a ella, le respondió: «Señor, ¿matarás también al inocente?5 ¿No me dijo él: “Mi hermana es”, y ella también dijo: “Es mi hermano”? Con sencillez de mi corazón y con limpieza de mis manos he hecho esto».
6 Le dijo Dios en sueños: «Yo también sé que con integridad de tu corazón has hecho esto. Y también yo te detuve de pecar contra mí; por eso no permití que la tocaras.7 Ahora, pues, devuelve la mujer a su marido, porque es profeta y orará por ti para que vivas. Pero si no la devuelves, debes saber que de cierto morirás tú, y todos los tuyos».
8 A la mañana siguiente se levantó Abimelec y llamó a todos sus siervos. Contó todas estas cosas a oídos de ellos, y los hombres sintieron mucho temor.9 Después llamó Abimelec a Abraham y le dijo:
—¿Qué nos has hecho? ¿En qué pequé yo contra ti, que has atraído sobre mí y sobre mi reino tan gran pecado? Lo que no debiste hacer, has hecho conmigo.
10 Dijo también Abimelec a Abraham:
—¿Qué pensabas al hacer esto?
11 Abraham respondió:
—Dije para mí: “Ciertamente no hay temor de Dios en este lugar, y me matarán por causa de mi mujer”.12 Pero ella a la verdad es también mi hermana, hija de mi padre aunque no hija de mi madre, y la tomé por mujer.13 Cuando Dios me hizo salir errante de la casa de mi padre, yo le dije: “Te pido este favor: En todos los lugares adonde lleguemos, dirás de mí: ‘Es mi hermano’ ”.
14 Entonces Abimelec tomó ovejas y vacas, siervos y siervas, se los dio a Abraham y le devolvió a Sara, su mujer.15 Y dijo Abimelec:
—Mi tierra está delante de ti; habita donde bien te parezca.
16 Y a Sara dijo:
—He dado mil monedas de plata a tu hermano; mira que él es para ti como un velo ante los ojos de todos los que están contigo, y así quedarás justificada.
17 Entonces Abraham oró a Dios, y Dios sanó a Abimelec, a su mujer y a sus siervas, las cuales tuvieron hijos,18 porque Jehová, a causa de Sara, mujer de Abraham, había cerrado completamente toda matriz de la casa de Abimelec.

Abraham y Sara, ya viejos, tienen un hijo

Gn. 21.1-7 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Visitó Jehová a Sara, como había dicho, e hizo Jehová con Sara como le había prometido.2 Sara concibió y dio a Abraham un hijo en su vejez, en el plazo que Dios le había dicho.3 Al hijo que le nació, y que dio a luz Sara, Abraham le puso por nombre Isaac.4 Circuncidó Abraham a su hijo Isaac a los ocho días, como Dios le había mandado.5 Tenía Abraham cien años cuando nació su hijo Isaac.6 Entonces dijo Sara: «Dios me ha hecho reir, y cualquiera que lo oiga se reirá conmigo».7 Y añadió: «¿Quién le hubiera dicho a Abraham que Sara había de amamantar hijos? Pues le he dado un hijo en su vejez».

Abraham expulsa de su casa a Agar y a Ismael

Gn. 21.8-21  DHH NIV NBD NVI LBLA
8 El niño creció y fue destetado, y ofreció Abraham un gran banquete el día que fue destetado Isaac.9 Pero Sara vio que el hijo de Agar, la egipcia, el cual esta le había dado a luz a Abraham, se burlaba de su hijo Isaac.10 Por eso dijo a Abraham: «Echa a esta sierva y a su hijo, porque el hijo de esta sierva no ha de heredar con Isaac, mi hijo».11 Estas palabras le parecieron muy graves a Abraham, por tratarse de su hijo.12 Entonces dijo Dios a Abraham: «No te preocupes por el muchacho ni por tu sierva. Escucha todo cuanto te diga Sara, porque en Isaac te será llamada descendencia.13 También del hijo de la sierva haré una nación, porque es tu descendiente».
14 Al día siguiente, Abraham se levantó muy de mañana, tomó pan y un odre de agua y se lo dio a Agar. Lo puso sobre su hombro, le entregó el muchacho y la despidió. Ella salió y anduvo errante por el desierto de Beerseba.15 Cuando le faltó el agua del odre, puso al muchacho debajo de un arbusto,16 se fue y se sentó enfrente, a distancia de un tiro de arco, porque decía: «No veré cuando el muchacho muera». Cuando ella se sentó enfrente, el muchacho alzó la voz y lloró.
17 Oyó Dios la voz del muchacho, y el ángel de Dios llamó a Agar desde el cielo y le dijo: «¿Qué tienes, Agar? No temas, porque Dios ha oído la voz del muchacho ahí donde está.18 Levántate, toma al muchacho y tenlo de la mano, porque yo haré de él una gran nación».
19 Entonces Dios le abrió los ojos, y vio una fuente de agua. Fue Agar, llenó de agua el odre y dio de beber al muchacho.20 Dios asistió al muchacho, el cual creció, habitó en el desierto y fue tirador de arco.21 Vivió en el desierto de Parán, y su madre tomó para él mujer de la tierra de Egipto.

Abraham pacta con Abimelec, el rey filisteo

Gn. 21.22-34  DHH NIV NBD NVI LBLA
22 Aconteció en aquel mismo tiempo que Abimelec y Ficol, jefe de su ejército, le dijeron a Abraham:
—Dios está contigo en todo cuanto haces.23 Ahora, pues, júrame aquí, por Dios, que no nos harás mal a mí ni a mi hijo ni a mi nieto, sino que, conforme a la bondad que yo tuve contigo, harás tú conmigo y con la tierra en la que ahora habitas.
24 Y respondió Abraham:
—Lo juro.
25 Pero Abraham reconvino a Abimelec a causa de un pozo de agua que los siervos de Abimelec le habían quitado.26 Abimelec respondió:
—No sé quién haya hecho esto, ni tampoco tú me lo hiciste saber ni yo lo había oído hasta hoy.
27 Entonces tomó Abraham ovejas y vacas y se las dio a Abimelec, e hicieron ambos un pacto.28 Pero Abraham puso aparte siete corderas del rebaño,29 por lo que Abimelec le preguntó:
—¿Qué significan esas siete corderas que has puesto aparte?
30 Abraham respondió:
—Que estas siete corderas recibirás de mi mano, para que me sirvan de testimonio de que yo cavé este pozo.
31 Por esto llamó a aquel lugar Beerseba, porque allí juraron ambos.
32 Hicieron, pues, pacto en Beerseba. Luego se levantaron Abimelec y Ficol, jefe de su ejército, y volvieron a tierra de los filisteos.33 Plantó Abraham un tamarisco en Beerseba, e invocó allí el nombre de Jehová, Dios eterno.34 Y habitó Abraham muchos días en tierra de los filisteos.

Enero 8
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Enero 8

Abraham es probado

Gn. 22.1-19 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Aconteció después de estas cosas, que Dios probó a Abraham. Le dijo:
—Abraham.
Este respondió:
—Aquí estoy.
2 Y Dios le dijo:
—Toma ahora a tu hijo, tu único, Isaac, a quien amas, vete a tierra de Moriah y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré.
3 Abraham se levantó muy de mañana, ensilló su asno, tomó consigo a dos de sus siervos y a Isaac, su hijo. Después cortó leña para el holocausto, se levantó y fue al lugar que Dios le había dicho.4 Al tercer día alzó Abraham sus ojos y vio de lejos el lugar.5 Entonces dijo Abraham a sus siervos:
—Esperad aquí con el asno. Yo y el muchacho iremos hasta allá, adoraremos y volveremos a vosotros.
6 Tomó Abraham la leña del holocausto y la puso sobre Isaac, su hijo; luego tomó en su mano el fuego y el cuchillo y se fueron los dos juntos.7 Después dijo Isaac a Abraham, su padre:
—Padre mío.
Él respondió:
—Aquí estoy, hijo mío.
Isaac le dijo:
—Tenemos el fuego y la leña, pero ¿dónde está el cordero para el holocausto?
8 Abraham respondió:
—Dios proveerá el cordero para el holocausto, hijo mío.
E iban juntos.
9 Cuando llegaron al lugar que Dios le había dicho, edificó allí Abraham un altar, compuso la leña, ató a Isaac, su hijo, y lo puso en el altar sobre la leña.10 Extendió luego Abraham su mano y tomó el cuchillo para degollar a su hijo.11 Entonces el ángel de Jehová lo llamó desde el cielo:
—¡Abraham, Abraham!
Él respondió:
—Aquí estoy.
12 El ángel le dijo:
—No extiendas tu mano sobre el muchacho ni le hagas nada, pues ya sé que temes a Dios, por cuanto no me rehusaste a tu hijo, tu único hijo.
13 Entonces alzó Abraham sus ojos y vio a sus espaldas un carnero trabado por los cuernos en un zarzal; fue Abraham, tomó el carnero y lo ofreció en holocausto en lugar de su hijo.14 Y llamó Abraham a aquel lugar «Jehová proveerá». Por tanto se dice hoy: «En el monte de Jehová será provisto».
15 Llamó el ángel de Jehová a Abraham por segunda vez desde el cielo,16 y le dijo:
—Por mí mismo he jurado, dice Jehová, que por cuanto has hecho esto y no me has rehusado a tu hijo, tu único hijo,17 de cierto te bendeciré y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del mar; tu descendencia se adueñará de las puertas de sus enemigos.18 En tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra, por cuanto obedeciste a mi voz.
19 Regresó Abraham adonde estaban sus siervos, y juntos se levantaron y se fueron a Beerseba. Y habitó Abraham en Beerseba.

Los hijos de Nacor

Gn. 22.20-24  DHH NIV NBD NVI LBLA
20 Después de estas cosas se anunció a Abraham: «Milca ha dado a luz hijos a tu hermano Nacor:21 Uz, el primogénito; Buz, su hermano; Kemuel, padre de Aram;22 Quesed, Hazo, Pildas, Jidlaf y Betuel.23 Betuel fue el padre de Rebeca. Estos son los ocho hijos que Milca dio a luz de Nacor, hermano de Abraham.
24 Y su concubina, que se llamaba Reúma, dio a luz también a Teba, a Gaham, a Tahas y a Maaca.

Abraham compra una sepultura para enterrar a Sara

Gn. 23.1-20  DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Fueron ciento veintisiete los años de la vida de Sara; tantos fueron los años de la vida de Sara.2 Sara murió en Quiriat-arba (que es Hebrón), en la tierra de Canaán; y vino Abraham a hacer duelo por Sara y a llorarla.3 Luego se levantó Abraham de delante de su muerta y habló a los hijos de Het, diciendo:
4 —Extranjero y forastero soy entre vosotros; dadme en propiedad una sepultura entre vosotros para llevarme a mi muerta y sepultarla.
5 Respondieron los hijos de Het a Abraham, diciendo:
6 —Óyenos, señor nuestro. Tú eres un príncipe de Dios entre nosotros; sepulta a tu muerta en lo mejor de nuestros sepulcros, pues, ninguno de nosotros te negará su sepulcro ni te impedirá que entierres a tu muerta.
7 Abraham se levantó, se inclinó ante el pueblo de aquella tierra, los hijos de Het,8 y habló con ellos, diciendo:
—Si en verdad queréis que yo me lleve y sepulte a mi muerta, oídme e interceded por mí ante Efrón hijo de Zohar,9 para que me dé la cueva de Macpela, que tiene al extremo de su heredad; que me la dé por su justo precio y así poseeré una sepultura en medio de vosotros.
10 Como Efrón, el heteo, estaba entre los hijos de Het, respondió a Abraham en presencia de los hijos de Het y de todos los que entraban por la puerta de su ciudad:
11 —No, señor mío, óyeme: te doy la heredad y te doy también la cueva que está en ella. En presencia de los hijos de mi pueblo te la doy; sepulta a tu muerta.
12 Entonces Abraham se inclinó delante del pueblo de la tierra13 y respondió a Efrón en presencia del pueblo del lugar, diciendo:
—Antes, si te place, te ruego que me oigas. Yo pagaré el precio de la heredad; acéptalo y sepultaré en ella a mi muerta.
14 Respondió Efrón a Abraham:
15 —Señor mío, escúchame: la tierra vale cuatrocientos siclos de plata, pero ¿qué es esto entre tú y yo? Entierra, pues, a tu muerta.
16 Entonces Abraham aceptó la oferta de Efrón y, en presencia de los hijos de Het, pesó a Efrón el dinero que este le había pedido, cuatrocientos siclos de plata de buena ley entre mercaderes.17 Así, pues, la heredad de Efrón que estaba en Macpela, al oriente de Mamre, la heredad, con la cueva que había en ella y con todos los árboles que había en la heredad y en todos sus contornos,18 quedó como propiedad de Abraham, en presencia de los hijos de Het y de todos los que entraban por la puerta de la ciudad.
19 Después de esto, Abraham sepultó a Sara, su mujer, en la cueva de la heredad de Macpela, al oriente de Mamre (que es Hebrón), en la tierra de Canaán.20 Y la heredad, con la cueva que en ella había, quedó en manos de Abraham como una posesión para sepultura, recibida de los hijos de Het.

Rebeca se convierte en esposa de Isaac

Gn. 24.1-67 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Ya Abraham era viejo, bien avanzado en años; y Jehová había bendecido en todo a Abraham.2 Dijo Abraham a un criado suyo, el más viejo de su casa, quien gobernaba todo lo que él tenía:
—Pon ahora tu mano debajo de mi muslo3 y júrame por Jehová, Dios de los cielos y Dios de la tierra, que no tomarás para mi hijo mujer de las hijas de los cananeos, entre los cuales yo habito,4 sino que irás a mi tierra y a mi parentela a tomar mujer para mi hijo Isaac.
5 El criado le respondió:
—Quizá la mujer no quiera venir conmigo a esta tierra. ¿Debo, entonces, volver y llevar a tu hijo a la tierra de donde saliste?
6 Abraham le dijo:
—¡Cuidado con llevar allá a mi hijo!7 Jehová, Dios de los cielos, que me tomó de la casa de mi padre y de la tierra de mi parentela, y que me habló y me juró, diciendo: “A tu descendencia daré esta tierra”, él enviará su ángel delante de ti, para que tú traigas de allá mujer para mi hijo.8 Pero si la mujer no quiere venir contigo, quedarás libre de mi juramento; solamente que no lleves allá a mi hijo.
9 Entonces el criado puso su mano debajo del muslo de Abraham, su señor, y le juró sobre este negocio.10 El criado tomó diez camellos de los de su señor, y se fue, no sin antes escoger toda clase de regalos de lo mejor que tenía su señor; se puso en camino y llegó a la ciudad de Nacor, en Mesopotamia.11 Fuera de la ciudad hizo arrodillar a los camellos junto a un pozo de agua, a la hora de la tarde, la hora en que salen las muchachas a buscar agua.12 Y dijo: «Jehová, Dios de mi señor Abraham, haz, te ruego, que hoy tenga yo un buen encuentro, y ten misericordia de mi señor Abraham.13 Aquí estoy junto a la fuente de agua, cuando salen a buscar agua las hijas de los hombres de esta ciudad.14 Sea, pues, que la muchacha a quien yo diga: “Baja tu cántaro, te ruego, para que yo beba”, y ella responda: “Bebe, y también daré de beber a tus camellos”, que sea esta la que tú has destinado para tu siervo Isaac. En esto conoceré que has hecho misericordia con mi señor».
15 Aconteció que antes que él acabara de hablar, salió Rebeca con su cántaro sobre el hombro. Rebeca era hija de Betuel, hijo de Milca, mujer de Nacor, hermano de Abraham.16 Esta muchacha era de aspecto muy hermoso y virgen, pues ningún hombre la había conocido; descendió a la fuente, llenó su cántaro, y se dispuso a regresar.17 Entonces el criado corrió hacia ella y le dijo:
—Te ruego que me des a beber un poco de agua de tu cántaro.
18 Ella respondió:
—Bebe, señor mío.
Se dio prisa a bajar su cántaro, lo sostuvo entre las manos y le dio a beber.19 Cuando acabó de darle de beber, dijo:
—También para tus camellos sacaré agua, hasta que acaben de beber.
20 Se dio prisa y vació su cántaro en la pila; luego corrió otra vez al pozo a sacar agua y sacó para todos sus camellos.21 El hombre, maravillado, la contemplaba en silencio, pues quería saber si Jehová había prosperado su viaje, o no.
22 Cuando los camellos acabaron de beber, le dio el hombre un pendiente de oro que pesaba medio siclo y dos brazaletes que pesaban diez,23 y le preguntó:
—¿De quién eres hija? Te ruego que me digas si en casa de tu padre hay lugar donde podamos pasar la noche.
24 Ella respondió:
—Soy hija de Betuel, hijo de Milca, el hijo que ella dio a Nacor.
25 Y añadió:
—También hay en nuestra casa paja y mucho forraje, y lugar donde pasar la noche.
26 El hombre entonces se inclinó y adoró a Jehová,27 y dijo: «Bendito sea Jehová, Dios de mi amo Abraham, que no apartó de mi amo su misericordia y su verdad, y que me ha guiado en el camino a casa de los hermanos de mi amo».
28 La muchacha corrió e hizo saber estas cosas en casa de su madre.29 Rebeca tenía un hermano que se llamaba Labán, el cual corrió afuera hacia el hombre, a la fuente.30 Y cuando vio el pendiente y los brazaletes en las manos de su hermana, que decía: «Así me habló aquel hombre», fue adonde él estaba; lo encontró con los camellos, junto a la fuente,31 y le dijo:
—Ven, bendito de Jehová, ¿por qué estás fuera? He preparado la casa, y el lugar para los camellos.
32 Entonces el hombre vino a la casa y Labán desató los camellos; les dio paja y forraje, y a él le dio agua para lavar sus pies, y los pies de los hombres que con él venían.33 Luego le pusieron delante qué comer; pero él dijo:
—No comeré hasta que haya dicho mi mensaje.
—Habla—dijo Labán.
34 Y el hombre dijo:
—Soy criado de Abraham.35 Jehová ha bendecido mucho a mi amo, y él se ha engrandecido; le ha dado ovejas y vacas, plata y oro, siervos y siervas, camellos y asnos.36 Sara, mujer de mi amo, dio a luz en su vejez un hijo a mi señor, quien le ha dado a él todo cuanto tiene.37 Mi amo me hizo jurar, diciendo: “No tomarás para mi hijo mujer de las hijas de los cananeos, en cuya tierra habito,38 sino que irás a la casa de mi padre, a mi parentela, y tomarás mujer para mi hijo”.39 Yo dije: “Quizá la mujer no quiera seguirme”.40 Entonces él me respondió: “Jehová, en cuya presencia he andado, enviará contigo su ángel y prosperará tu camino; y tomarás para mi hijo mujer de mi familia y de la casa de mi padre.41 Entonces quedarás libre de mi juramento, cuando hayas llegado a mi familia: si no te la dan, quedarás libre de mi juramento”.
42 »Llegué, pues, hoy a la fuente y dije: “Jehová, Dios de mi señor Abraham, si tú has de prosperar ahora el camino por el cual ando,43 permite que, mientras estoy junto a la fuente de agua, la muchacha que salga a buscar agua y a quien yo diga: ‘Dame de beber, te ruego, un poco de agua de tu cántaro’,44 y ella me responda: ‘Bebe tú, y también para tus camellos sacaré agua’, sea esta la mujer que destinó Jehová para el hijo de mi señor”.45 Antes que acabara de hablar en mi corazón, vi a Rebeca que salía con su cántaro sobre el hombro; descendió a la fuente, y sacó agua. Entonces le dije: “Te ruego que me des de beber”.46 Ella, al punto, bajó su cántaro del hombro y dijo: “Bebe, y también a tus camellos daré de beber”. Yo bebí, y dio también de beber a mis camellos.47 Entonces le pregunté: “¿De quién eres hija?”. Ella respondió: “Soy hija de Betuel hijo de Nacor, el hijo que le dio Milca”. Le puse, pues, un pendiente en la nariz, y brazaletes en los brazos.48 Luego me incliné, adoré a Jehová y bendije a Jehová, Dios de mi señor Abraham, que me había guiado por un camino recto para tomar la hija del hermano de mi señor para su hijo.49 Ahora, pues, si estáis dispuestos a hacer misericordia y ser leales con mi señor, declarádmelo; y si no, declarádmelo también, y así sabré qué debo hacer.
50 Entonces Labán y Betuel respondieron diciendo:
—De Jehová ha salido esto; no podemos hablarte ni mal ni bien.51 Ahí está Rebeca, delante de ti: tómala y vete, y sea mujer del hijo de tu señor, como lo ha dicho Jehová.
52 Cuando el criado de Abraham oyó estas palabras, se inclinó a tierra ante Jehová.53 Después sacó el criado alhajas de plata, alhajas de oro y vestidos, y lo dio a Rebeca; también dio cosas preciosas a su hermano y a su madre.54 Luego comieron y bebieron, él y los hombres que venían con él, y pasaron allí la noche. Por la mañana, al levantarse, el criado dijo:
—Enviadme a mi señor.
55 Pero el hermano y la madre de Rebeca respondieron:
—Espere la muchacha con nosotros al menos diez días, y después irá.
56 Él les dijo:
—No me detengáis, ya que Jehová ha prosperado mi camino; despachadme para que regrese donde está mi señor.
57 Ellos respondieron entonces:
—Llamemos a la muchacha y preguntémosle.
58 Llamaron, pues, a Rebeca y le preguntaron:
—¿Irás tú con este hombre?
Ella respondió:
—Sí, iré.
59 Entonces dejaron ir a su hermana Rebeca, a su nodriza y también al criado de Abraham y a sus hombres.60 Y bendijeron a Rebeca, diciendo:
«Hermana nuestra,
sé madre de millares de millares,
y conquisten tus descendientes
la puerta de sus enemigos».
61 Rebeca y sus doncellas se levantaron, montaron en los camellos y siguieron al hombre. Así, pues, el criado tomó a Rebeca y se fue.
62 Mientras tanto, Isaac había vuelto del pozo del «Viviente-que-me-ve», pues habitaba en el Neguev.63 Había salido Isaac a meditar al campo, a la hora de la tarde, y alzando sus ojos vio los camellos que venían.64 Rebeca también alzó sus ojos, vio a Isaac y descendió del camello,65 pues había preguntado al criado:
—¿Quién es ese hombre que viene por el campo hacia nosotros?
Y el criado había respondido:
—Este es mi señor.
Tomó ella entonces el velo y se cubrió.
66 El criado le contó a Isaac todo lo que había hecho.67 Luego Isaac la trajo a la tienda de su madre Sara, y tomó a Rebeca por mujer y la amó. Así se consoló Isaac de la muerte de su madre.

Enero 9
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Enero 9

Hijos de Abraham con Cetura

Gn. 25.1-6 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Abraham tomó otra mujer, cuyo nombre era Cetura,2 la cual le dio a luz a Zimram, Jocsán, Medán, Madián, Isbac y Súa.3 Jocsán engendró a Seba y a Dedán; e hijos de Dedán fueron Asurim, Letusim y Leumim.4 E hijos de Madián: Efa, Efer, Hanoc, Abida y Elda. Todos estos fueron hijos de Cetura.
5 Abraham dejó a Isaac todo cuanto tenía.6 A los hijos de sus concubinas les dio Abraham regalos; pero, cuando aún vivía, los separó de su hijo Isaac enviándolos hacia las tierras del oriente.
1 Cr. 1.32,33 DHH NIV NBD NVI LBLA
32 Y Cetura, concubina de Abraham, dio a luz a Zimram, Jocsán, Medán, Madián, Isbac y Súa. Los hijos de Jocsán: Seba y Dedán.33 Los hijos de Madián: Efa, Efer, Hanoc, Abida y Elda; todos estos fueron hijos de Cetura.

Muerte de Abraham a los 175 años de edad

Gn. 25.7-11 DHH NIV NBD NVI LBLA
7 Los días que vivió Abraham fueron ciento setenta y cinco años.8 Exhaló, pues, el espíritu, y murió Abraham en buena vejez, anciano y lleno de años; y fue reunido a su pueblo.9 Lo sepultaron Isaac e Ismael, sus hijos, en la cueva de Macpela, en la heredad de Efrón hijo de Zohar, el heteo, que está enfrente de Mamre,10 la heredad que compró Abraham de los hijos de Het. Allí fueron sepultados Abraham y Sara, su mujer.11 Y sucedió, después de muerto Abraham, que Dios bendijo a Isaac, su hijo; y habitó Isaac junto al pozo del «Viviente-que-me-ve».

Hijos de Ismael

Gn. 25.12-16 DHH NIV NBD NVI LBLA
12 Estos son los descendientes de Ismael hijo de Abraham, que le dio a luz Agar, la egipcia, sierva de Sara.13 Estos, pues, son los nombres de los hijos de Ismael, nombrados en el orden de su nacimiento: el primogénito de Ismael, Nebaiot; luego Cedar, Adbeel, Mibsam,14 Misma, Duma, Massa,15 Hadar, Tema, Jetur, Nafis y Cedema.16 Estos son los hijos de Ismael y estos sus nombres, por sus villas y por sus campamentos; doce jefes por sus familias.
1 Cr. 1.28-31 DHH NIV NBD NVI LBLA
28 Los hijos de Abraham: Isaac e Ismael.29 Y estas son sus descendencias: el primogénito de Ismael, Nebaiot; después Cedar, Adbeel, Mibsam,30 Misma, Duma, Massa, Hadad, Tema,31 Jetur, Nafis y Cedema; estos son los hijos de Ismael.

Muerte de Ismael

Gn. 25.17,18  DHH NIV NBD NVI LBLA
17 Los años de la vida de Ismael fueron ciento treinta y siete; exhaló el espíritu Ismael, murió y fue reunido a su pueblo.18 Habitaron los ismaelitas desde Havila hasta Shur, que está enfrente de Egipto, en la vía hacia Asiria; y murió en presencia de todos sus hermanos.

Jacob y Esaú (Edom) están en guerra desde el vientre materno

Gn. 25.19-26  DHH NIV NBD NVI LBLA
19 Estos son los descendientes de Isaac hijo de Abraham: Abraham engendró a Isaac.20 Isaac tenía cuarenta años cuando tomó por mujer a Rebeca, hija de Betuel, arameo de Padan-aram, hermana de Labán, arameo.21 Isaac oró a Jehová por su mujer, Rebeca, que era estéril; lo aceptó Jehová, y Rebeca concibió.22 Pero como los hijos luchaban dentro de ella, Rebeca pensó: «Si es así, ¿para qué vivo yo?». Y fue a consultar a Jehová;23 y Jehová le respondió:
«Dos naciones hay en tu seno,
dos pueblos divididos desde tus entrañas.
Un pueblo será más fuerte que el otro pueblo,
y el mayor servirá al menor».
24 Cuando se cumplieron sus días para dar a luz, había gemelos en su vientre.25 El primero salió rubio; era todo velludo como una pelliza, y le pusieron por nombre Esaú.26 Después salió su hermano, trabada su mano al talón de Esaú, y le pusieron por nombre Jacob. Isaac tenía sesenta años de edad cuando ella los dio a luz.

Jacob le compra la primogenitura a Esaú

Gn. 25.27-34 DHH NIV NBD NVI LBLA
27 Crecieron los niños. Esaú fue diestro en la caza, hombre del campo; pero Jacob era hombre tranquilo, que habitaba en tiendas.28 Y amó Isaac a Esaú, porque comía de su caza; pero Rebeca amaba a Jacob.
29 Guisó Jacob un potaje; y volviendo Esaú del campo, cansado,30 dijo a Jacob:
—Te ruego que me des a comer de ese guiso rojo, pues estoy muy cansado.
(Por eso fue llamado Edom.)
31 Jacob respondió:
—Véndeme en este día tu primogenitura.
32 Entonces dijo Esaú:
—Me estoy muriendo, ¿para qué, pues, me servirá la primogenitura?
33 Dijo Jacob:
—Júramelo en este día.
Él se lo juró, y vendió a Jacob su primogenitura.34 Entonces Jacob dio a Esaú pan y del guisado de las lentejas; él comió y bebió, se levantó y se fue. Así menospreció Esaú la primogenitura.

Isaac entre los filisteos

Gn. 26.1-25 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 En aquel tiempo hubo hambre en la tierra—además de la primera que hubo en los días de Abraham—, y se fue Isaac a Gerar, adonde estaba Abimelec, rey de los filisteos.2 Allí se le apareció Jehová, y le dijo: «No desciendas a Egipto; habita en la tierra que yo te diré.3 Habita como forastero en esta tierra. Yo estaré contigo y te bendeciré, porque a ti y a tu descendencia daré todas estas tierras y confirmaré el juramento que hice a Abraham, tu padre.4 Multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y daré a tu descendencia todas estas tierras, y todas las naciones de la tierra serán benditas en tu simiente,5 por cuanto oyó Abraham mi voz y guardó mi precepto, mis mandamientos, mis estatutos y mis leyes.
6 Habitó, pues, Isaac en Gerar.7 Y cuando los hombres de aquel lugar le preguntaron acerca de su mujer, él respondió: «Es mi hermana», pues tuvo miedo de decir: «Es mi mujer», pensando que tal vez los hombres del lugar lo matarían por causa de Rebeca, pues ella era de hermoso aspecto.
8 Sucedió después de muchos días de estar él allí, que Abimelec, rey de los filisteos, mirando por una ventana vio a Isaac que acariciaba a Rebeca, su mujer.9 Entonces llamó Abimelec a Isaac y le dijo:
—Ciertamente ella es tu mujer. ¿Por qué, pues, dijiste: “Es mi hermana”?
Isaac le respondió:
—Porque me dije: “Quizá moriré por causa de ella”.
10 Pero Abimelec replicó:
—¿Por qué nos has hecho esto? Un poco más y habría dormido alguno del pueblo con tu mujer, y tú habrías traído el pecado sobre nosotros.
11 Entonces Abimelec amenazó a todo el pueblo, diciendo:
—El que toque a este hombre o a su mujer, de cierto morirá.
12 Sembró Isaac en aquella tierra, y cosechó aquel año el ciento por uno; y lo bendijo Jehová.13 Se enriqueció y fue prosperado, y se engrandeció hasta hacerse muy poderoso.14 Poseía hato de ovejas, hato de vacas y mucha servidumbre; y los filisteos le tuvieron envidia.15 Todos los pozos que habían abierto los criados de su padre, Abraham, en sus días, los filisteos los habían cegado y llenado de tierra.16 Entonces dijo Abimelec a Isaac:
—Apártate de nosotros, porque te has hecho mucho más poderoso que nosotros.
17 Isaac se fue de allí y acampó en el valle de Gerar, y allí habitó.18 Volvió Isaac a abrir los pozos de agua que habían sido abiertos en los días de Abraham, su padre, y que los filisteos habían cegado después de la muerte de Abraham; y los llamó por los nombres que su padre los había llamado.19 Pero cuando los siervos de Isaac cavaron en el valle y hallaron allí un pozo de aguas vivas,20 los pastores de Gerar riñeron con los pastores de Isaac, diciendo: «El agua es nuestra». Por eso, al pozo le puso por nombre «Esek», porque se habían peleado por él.21 Después abrieron otro pozo y también riñeron por causa de él, y le puso por nombre «Sitna».22 Se apartó de allí y abrió otro pozo, y ya no riñeron por él; le puso por nombre Rehobot, y dijo: «Ahora Jehová nos ha prosperado y fructificaremos en la tierra».
23 De allí subió a Beerseba.24 Aquella noche se le apareció Jehová y le dijo:
«Yo soy el Dios de tu padre Abraham.
No temas, porque yo estoy contigo.
Te bendeciré, y multiplicaré tu descendencia
por amor de Abraham, mi siervo».
25 Entonces edificó allí un altar e invocó el nombre de Jehová. Plantó allí su tienda, y abrieron allí un pozo los siervos de Isaac.

Isaac pacta con Abimelec, el rey filisteo

Gn. 26.26-31 DHH NIV NBD NVI LBLA
26 Abimelec vino desde Gerar adonde él estaba. Y con él vinieron Ahuzat, amigo suyo, y Ficol, capitán de su ejército.27 Isaac les dijo:
—¿Por qué venís a mí, si me habéis aborrecido y me habéis echado de entre vosotros?
28 Ellos respondieron:
—Hemos visto que Jehová está contigo, y dijimos: “Haya ahora juramento entre nosotros”. Haremos contigo este pacto:29 Tú no nos harás ningún mal, pues nosotros no te hemos tocado; solamente te hemos hecho bien y te dejamos partir en paz. Tú eres ahora bendito de Jehová.
30 Entonces él les ofreció un banquete, y comieron y bebieron.31 Se levantaron de madrugada y se hicieron mutuo juramento. Luego Isaac los despidió, y ellos se despidieron de él en paz.

Esaú se casa

Gn. 26.32-35 DHH NIV NBD NVI LBLA
32 Aquel mismo día sucedió que vinieron los criados de Isaac y le dieron la noticia del pozo que habían abierto, y le dijeron: «Hemos hallado agua».33 Isaac lo llamó «Seba»; por esta causa el nombre de aquella ciudad es Beerseba hasta este día.
34 Cuando Esaú tenía cuarenta años, tomó por mujer a Judit, hija de Beeri, el heteo, y a Basemat, hija de Elón, el heteo;35 y fueron amargura de espíritu para Isaac y para Rebeca.

Enero 10
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Enero 10

Jacob engaña a su padre y obtiene la bendición

Gn. 27.1-29  DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Aconteció que cuando Isaac envejeció y sus ojos se oscurecieron quedando sin vista, llamó a Esaú, su hijo mayor, y le dijo:
—¡Hijo mío!
Él respondió:
—Aquí estoy.
2 —Ya soy viejo—dijo Isaac—y no sé el día de mi muerte.3 Toma, pues, ahora tus armas, tu aljaba y tu arco, y sal al campo a cazarme algo.4 Hazme un guisado como a mí me gusta; tráemelo y comeré, para que yo te bendiga antes que muera.
5 Rebeca estaba escuchando cuando Isaac hablaba a su hijo Esaú; y se fue Esaú al campo para buscar la caza que había de traer.6 Entonces Rebeca habló a su hijo Jacob, diciendo:
—Mira, yo he oído a tu padre, que hablaba con tu hermano Esaú diciendo:7 «Tráeme caza y hazme un guisado, para que coma y te bendiga en presencia de Jehová antes que me muera».8 Ahora, pues, hijo mío, obedece a mi voz en lo que te mando.9 Ve ahora al ganado y tráeme de allí dos buenos cabritos de las cabras, y haré con ellos un guisado para tu padre, como a él le gusta.10 Tú lo llevarás a tu padre, y él comerá, para que te bendiga antes de su muerte.
11 Pero Jacob dijo a Rebeca, su madre:
—Mi hermano Esaú es hombre velloso, y yo lampiño.12 Quizá me palpará mi padre; me tendrá entonces por burlador y traeré sobre mí maldición y no bendición.
13 Su madre respondió:
—Hijo mío, sea sobre mí tu maldición; solamente obedece a mi voz: vé y tráemelos.
14 Entonces él fue, los tomó y los trajo a su madre, y su madre hizo un guisado como a su padre le gustaba.15 Después tomó Rebeca los vestidos de Esaú, su hijo mayor, los más preciosos que ella tenía en casa, y vistió a Jacob, su hijo menor.16 Luego, con las pieles de los cabritos, cubrió sus manos y la parte de su cuello donde no tenía vello,17 y puso el guisado y el pan que había preparado en manos de su hijo Jacob.
18 Entonces este fue a su padre y dijo:
—Padre mío.
Isaac respondió:
—Aquí estoy, ¿quién eres tú, hijo mío?
19 —Yo soy Esaú tu primogénito—respondió Jacob—. He hecho como me dijiste. Levántate ahora, siéntate y come de mi caza, para que me bendigas.
20 Entonces Isaac dijo a su hijo:
—¿Cómo es que la hallaste tan pronto, hijo mío?
Jacob respondió:
—Porque Jehová, tu Dios, hizo que la encontrara delante de mí.
21 Isaac dijo a Jacob:
—Acércate ahora y te palparé, hijo mío, para ver si eres o no mi hijo Esaú.
22 Se acercó Jacob a su padre Isaac, quien lo palpó, y dijo: «La voz es la voz de Jacob, pero las manos, las de Esaú».
23 Y no lo reconoció, porque sus manos eran vellosas como las manos de Esaú; y lo bendijo.
24 Volvió a preguntar Isaac:
—¿Eres tú mi hijo Esaú?
Jacob respondió:
—Yo soy.
25 Dijo entonces:
—Acércamela, y comeré de la caza de mi hijo, para que yo te bendiga.
Jacob se la acercó, e Isaac comió; le trajo también vino, y bebió.26 Y le dijo Isaac, su padre:
—Acércate ahora y bésame, hijo mío.
27 Jacob se acercó y lo besó. Olió Isaac el olor de sus vestidos, y lo bendijo, diciendo:
«Mira, el olor de mi hijo,
como el olor del campo que Jehová ha bendecido.
28 Dios, pues, te dé del rocío del cielo
y de los frutos de la tierra,
y abundancia de trigo y de mosto.
29 Sírvante pueblos
y las naciones se inclinen delante de ti.
Sé señor de tus hermanos
y ante ti se inclinen los hijos de tu madre.
Malditos sean los que te maldigan
y benditos los que te bendigan.

Esaú, burlado, obtiene una bendición inferior. Está destinado a servir a su hermano, aunque después se libertaría

Gn. 27.30-40 DHH NIV NBD NVI LBLA
30 Aconteció, luego que Isaac acabó de bendecir a Jacob, y apenas había salido Jacob de delante de su padre Isaac, que Esaú, su hermano, volvió de cazar.31 E hizo él también un guisado, los trajo a su padre y le dijo:
—Levántese mi padre y coma de la caza de su hijo, para que me bendiga.
32 Entonces Isaac, su padre, le dijo:
—¿Quién eres tú?
Y él le dijo:
—Yo soy tu hijo, Esaú, tu primogénito.
33 Entonces se estremeció Isaac grandemente, y dijo:
—¿Quién es el que vino aquí, que trajo caza, y me dio y comí de todo antes que tú vinieras? Yo lo bendije, y será bendito.
34 Cuando Esaú oyó las palabras de su padre, lanzó una muy grande y muy amarga exclamación, y le dijo:
—Bendíceme también a mí, padre mío.
35 Este le dijo:
—Vino tu hermano con engaño y tomó tu bendición.
36 Esaú respondió:
—Bien llamaron su nombre Jacob, pues ya me ha suplantado dos veces: se apoderó de mi primogenitura y ahora ha tomado mi bendición.
Y añadió:
—¿No has guardado bendición para mí?
37 Isaac respondió a Esaú, diciéndole:
—Yo lo he puesto por señor tuyo, y le he dado por siervos a todos sus hermanos; de trigo y de vino lo he provisto; ¿qué, pues, haré por ti ahora, hijo mío?
38 Dijo entonces Esaú a su padre:
—¿No tienes más que una sola bendición, padre mío? ¡Bendíceme también a mí, padre mío!
Y alzó Esaú la voz, y lloró.
39 Entonces Isaac, su padre, habló y le dijo:
«Será tu morada lejos de la tierra fértil
y del rocío que cae de los cielos.
40 De tu espada vivirás,
y a tu hermano servirás;
pero cuando te fortalezcas
sacudirás su yugo de tu cerviz».

Jacob huye a Padan-Aram

Gn. 27.41-28.5 DHH NIV NBD NVI LBLA
41 Aborreció Esaú a Jacob por la bendición con que su padre lo había bendecido, y dijo en su corazón: «Llegarán los días del luto por mi padre, y yo mataré a mi hermano Jacob».
42 Fueron dichas a Rebeca las palabras de Esaú, su hijo mayor; y ella envió a llamar a Jacob, su hijo menor, y le dijo:
—Esaú, tu hermano, se consuela pensando en matarte.43 Ahora, pues, hijo mío, obedece a mi voz: levántate y huye a casa de mi hermano Labán, en Harán,44 y quédate con él algunos días, hasta que el enojo de tu hermano se mitigue,45 hasta que se aplaque la ira de tu hermano contra ti y olvide lo que le has hecho; entonces enviaré yo a que te traigan de allá. ¿Por qué seré privada de vosotros dos en un solo día?
46 Luego dijo Rebeca a Isaac:
—Fastidio tengo de mi vida a causa de las hijas de Het. Si Jacob toma mujer de entre las hijas de Het, como estas, de entre las hijas de esta tierra, ¿para qué quiero la vida?
1 Entonces Isaac llamó a Jacob, lo bendijo y le mandó diciendo: «No tomes mujer de las hijas de Canaán.2 Levántate, ve a Padan-aram, a casa de Betuel, padre de tu madre, y toma allí mujer de las hijas de Labán, hermano de tu madre.3 Que el Dios omnipotente te bendiga, te haga fructificar y te multiplique hasta llegar a ser multitud de pueblos;4 que te dé la bendición de Abraham, y a tu descendencia contigo, para que heredes la tierra en que habitas, la que Dios dio a Abraham».
5 Así envió Isaac a Jacob, el cual fue a Padan-aram, a Labán hijo de Betuel, el arameo, hermano de Rebeca, madre de Jacob y de Esaú.

Esaú se casa con una ismaelita

Gn. 28.6-9 DHH NIV NBD NVI LBLA
6 Vio Esaú cómo Isaac había bendecido a Jacob y lo había enviado a Padan-aram, para tomar allí mujer para sí; y que cuando lo bendijo le había mandado diciendo: «No tomarás mujer de las hijas de Canaán»;7 y que Jacob había obedecido a su padre y a su madre, y se había ido a Padan-aram.8 Vio asimismo Esaú que las hijas de Canaán no agradaban a Isaac, su padre;9 y se fue Esaú a Ismael, y tomó para sí por mujer, además de sus otras mujeres, a Mahalat, hija de Ismael hijo de Abraham, hermana de Nebaiot.

Visión de la escala en Bet-el

Gn. 28.10-22 DHH NIV NBD NVI LBLA
10 Jacob, pues, salió de Beerseba y fue a Harán.11 Llegó a un cierto lugar y durmió allí, porque ya el sol se había puesto. De las piedras de aquel paraje tomo una para su cabecera y se acostó en aquel lugar.12 Y tuvo un sueño: Vio una escalera que estaba apoyada en tierra, y su extremo tocaba en el cielo. Ángeles de Dios subían y descendían por ella.13 Jehová estaba en lo alto de ella y dijo: «Yo soy Jehová, el Dios de Abraham, tu padre, y el Dios de Isaac; la tierra en que estás acostado te la daré a ti y a tu descendencia.14 Será tu descendencia como el polvo de la tierra, y te extenderás al occidente, al oriente, al norte y al sur; y todas las familias de la tierra serán benditas en ti y en tu simiente,15 pues yo estoy contigo, te guardaré dondequiera que vayas y volveré a traerte a esta tierra, porque no te dejaré hasta que haya hecho lo que te he dicho».
16 Cuando Jacob despertó de su sueño, dijo: «Ciertamente Jehová está en este lugar, y yo no lo sabía».17 Entonces tuvo miedo y exclamó: «¡Cuán terrible es este lugar! No es otra cosa que casa de Dios y puerta del cielo».
18 Se levantó Jacob de mañana, y tomando la piedra que había puesto de cabecera, la alzó por señal y derramó aceite encima de ella.19 Y a aquel lugar le puso por nombre Bet-el, aunque Luz era el nombre anterior de la ciudad.
20 Allí hizo voto Jacob, diciendo: «Si va Dios conmigo y me guarda en este viaje en que estoy, si me da pan para comer y vestido para vestir21 y si vuelvo en paz a casa de mi padre, Jehová será mi Dios.22 Y esta piedra que he puesto por señal será casa de Dios; y de todo lo que me des, el diezmo apartaré para ti».

Jacob es engañado por Labán

Gn. 29.1-30 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Siguió luego Jacob su camino y fue a la tierra de los orientales.2 Vio un pozo en el campo y tres rebaños de ovejas que yacían cerca de él, porque de aquel pozo abrevaban los ganados; y había una gran piedra sobre la boca del pozo.3 Cuando se juntaban allí todos los rebaños, los pastores corrían la piedra de la boca del pozo y abrevaban las ovejas; luego volvían la piedra a su lugar sobre la boca del pozo.4 Jacob les preguntó:
—Hermanos míos, ¿de dónde sois?
—De Harán somos—respondieron ellos.
5 —¿Conocéis a Labán hijo de Nacor?—volvió a preguntar.
—Sí, lo conocemos—respondieron.
6 —¿Está bien?—insistió Jacob.
—Muy bien—dijeron los pastores—. Mira, ahí viene su hija Raquel con las ovejas.
7 Él dijo:
—Es aún muy de día; no es tiempo todavía de recoger el ganado. Abrevad las ovejas e id a apacentarlas.
8 Ellos respondieron:
—No podemos, hasta que se junten todos los rebaños y se remueva la piedra de la boca del pozo. Entonces daremos de beber a las ovejas.
9 Mientras él aún hablaba con ellos, Raquel vino con el rebaño de su padre, porque ella era la pastora.10 Y sucedió que cuando Jacob vio a Raquel, hija de Labán, hermano de su madre, y las ovejas de Labán, el hermano de su madre, se acercó Jacob y removió la piedra de la boca del pozo, y abrevó el rebaño de Labán, hermano de su madre.11 Luego Jacob besó a Raquel, alzó la voz y lloró.12 Jacob le contó a Raquel que él era hermano de su padre e hijo de Rebeca, y ella corrió a dar la noticia a su padre.
13 Cuando Labán oyó las noticias de Jacob, hijo de su hermana, corrió a recibirlo y lo abrazó, lo besó y lo trajo a su casa. Entonces él contó a Labán todas estas cosas.14 Y Labán le dijo:
—Ciertamente eres hueso mío y carne mía.
Y estuvo con él durante un mes.
15 Entonces dijo Labán a Jacob:
—¿Por ser tú mi hermano me vas a servir de balde? Dime cuál ha de ser tu salario.
16 Labán tenía dos hijas: el nombre de la mayor era Lea, y el nombre de la menor, Raquel.17 Los ojos de Lea eran delicados, pero Raquel era de lindo semblante y hermoso parecer.18 Jacob amó a Raquel, y dijo:
—Yo te serviré siete años por Raquel, tu hija menor.
19 Labán respondió:
—Mejor es dártela a ti que a otro hombre; quédate conmigo.
20 Así sirvió Jacob siete años por Raquel; y le parecieron como pocos días, porque la amaba.
21 Un día dijo Jacob a Labán:
—Dame mi mujer, porque se ha cumplido el plazo para unirme a ella.
22 Entonces Labán juntó a todos los hombres de aquel lugar y ofreció un banquete.23 Pero sucedió que al llegar la noche tomó a su hija Lea y se la trajo; y Jacob se llegó a ella.24 Labán dio además su sierva Zilpa a su hija Lea por criada.25 Cuando llegó la mañana, Jacob vio que era Lea, y dijo a Labán:
—¿Qué es esto que me has hecho? ¿No te he servido por Raquel? ¿Por qué, pues, me has engañado?
26 Labán respondió:
—No es costumbre en nuestro lugar que se dé la menor antes de la mayor.27 Cumple la semana de esta, y se te dará también la otra por el servicio que me prestes otros siete años.
28 Así lo hizo Jacob. Cumplió aquella semana y él le dio a su hija Raquel por mujer.29 Asimismo, Labán dio su sierva Bilha a su hija Raquel por criada.30 Jacob se llegó también a Raquel, y la amó más que a Lea; y sirvió a Labán aún otros siete años.

Enero 11
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Enero 11

Jacob tiene hijos con Lea, Bilha y Zilpa

Gn. 29.31-30.21  DHH NIV NBD NVI LBLA
31 Vio Jehová que Lea era menospreciada, y le dio hijos; en cambio Raquel era estéril.32 Concibió Lea y dio a luz un hijo, y le puso por nombre Rubén, porque dijo: «Ha mirado Jehová mi aflicción: ahora me amará mi marido».
33 Concibió otra vez y dio a luz un hijo, y dijo: «Por cuanto oyó Jehová que yo era menospreciada, me ha dado también este». Y le puso por nombre Simeón.
34 Concibió otra vez y dio a luz un hijo, y dijo: «Desde ahora se unirá mi marido conmigo, porque le he dado a luz tres hijos». Por tanto, le puso por nombre Leví.
35 Concibió otra vez y dio a luz un hijo, y dijo: «Esta vez alabaré a Jehová»; por esto llamó su nombre Judá. Y dejó de dar a luz.
1 Al ver Raquel que no daba hijos a Jacob tuvo envidia de su hermana, y dijo a Jacob:
—Dame hijos, o si no, me muero.
2 Jacob se enojó con Raquel y le dijo:
—¿Soy yo acaso Dios, que te ha negado el fruto de tu vientre?
3 Entonces ella le dijo:
—Aquí está mi sierva Bilha; llégate a ella, y que dé a luz sobre mis rodillas. Así yo también tendré hijos de ella.
4 Le dio a Bilha, su sierva, por mujer, y Jacob se llegó a ella.5 Bilha concibió y dio a luz un hijo a Jacob.6 Dijo entonces Raquel: «Me juzgó Dios, pues ha oído mi voz y me ha dado un hijo». Por tanto, llamó su nombre Dan.
7 Concibió otra vez Bilha, la sierva de Raquel, y dio a luz un segundo hijo a Jacob.8 Y dijo Raquel: «En contienda de Dios he luchado con mi hermana y he vencido». Le puso por nombre Neftalí.
9 Al ver, Lea que había dejado de dar a luz, tomó a su sierva Zilpa, y la dio a Jacob por mujer.10 Y Zilpa, sierva de Lea, dio a luz un hijo a Jacob.11 Entonces dijo Lea: «Vino la ventura»; y le puso por nombre Gad.
12 Luego Zilpa, la sierva de Lea, dio a luz otro hijo a Jacob.13 Y dijo Lea: «Para dicha mía, porque las mujeres me llamarán dichosa»; y le puso por nombre Aser.
14 En el tiempo de la siega del trigo halló Rubén en el campo unas mandrágoras que trajo a Lea, su madre. Y dijo Raquel a Lea:
—Te ruego que me des de las mandrágoras de tu hijo.
15 Ella respondió:
—¿Te parece poco que hayas tomado mi marido, para que también quieras llevarte las mandrágoras de mi hijo?
Raquel dijo:
—Pues dormirá contigo esta noche a cambio de las mandrágoras de tu hijo.
16 A la tarde, cuando Jacob volvía del campo, salió Lea a su encuentro y le dijo:
—Llégate a mí, porque a la verdad te he alquilado por las mandrágoras de mi hijo.
Y durmió con ella aquella noche.17 Dios oyó a Lea, que concibió y dio a luz el quinto hijo a Jacob.18 Y dijo Lea: «Dios me ha dado mi recompensa, por cuanto di mi sierva a mi marido»; por eso lo llamó Isacar.
19 Después concibió Lea otra vez, y dio a luz el sexto hijo a Jacob.20 Y dijo Lea: «Dios me ha dado una buena dote; ahora vivirá conmigo mi marido, porque le he dado a luz seis hijos». Y le puso por nombre Zabulón.21 Por último dio a luz una hija, y le puso por nombre Dina.

Raquel tiene a José

Gn. 30.22-24  DHH NIV NBD NVI LBLA
22 Pero se acordó Dios de Raquel, la oyó Dios y le concedió hijos.23 Concibió ella y dio a luz un hijo. Y exclamó: «Dios ha quitado mi afrenta»;24 y le puso por nombre José, diciendo: «Añádame Jehová otro hijo».

Labán engaña otra vez a Jacob

Gn. 30.25-43   DHH NIV NBD NVI LBLA
25 Cuando Raquel dio a luz a José, Jacob dijo a Labán:
—Déjame ir a mi lugar, a mi tierra.26 Dame a mis mujeres, por las cuales te he servido, y a mis hijos, y déjame ir; pues tú sabes los servicios que te he prestado.
27 Labán le respondió:
—Halle yo ahora gracia en tus ojos, y quédate; he experimentado que Jehová me ha bendecido por tu causa.
28 Y añadió:
—Señálame tu salario y yo te lo pagaré.
29 Jacob respondió:
—Tú sabes cómo te he servido y cómo ha estado tu ganado conmigo,30 porque poco tenías antes de mi venida, y ha crecido en gran número; Jehová te ha bendecido con mi llegada. Y ahora, ¿cuándo trabajaré también para mi propia casa?
31 Labán le preguntó entonces:
—¿Qué te daré?
Y respondió Jacob:
—No me des nada. Si haces esto por mí, volveré a apacentar tus ovejas.32 Hoy pasaré por entre tu rebaño y apartaré todas las ovejas manchadas y salpicadas de color y todas las ovejas de color oscuro, y las manchadas y salpicadas de color entre las cabras. Eso será mi salario,33 y la garantía de mi honradez el día de mañana. Cuando vengas a ver lo que he ganado, toda la que no sea pintada ni manchada en las cabras, y de color oscuro entre las ovejas, se me habrá de tener por robada.
34 Dijo entonces Labán:
—Bien, sea como tú dices.
35 Pero Labán apartó aquel mismo día los machos cabríos manchados y rayados, todas las cabras manchadas y salpicadas de color, toda aquella que tenía en sí algo de blanco y todas las de color oscuro entre las ovejas, y las puso en manos de sus hijos.36 Y puso tres días de camino entre él y Jacob. Mientras tanto, Jacob apacentaba las otras ovejas de Labán.
37 Tomó entonces Jacob varas verdes de álamo, de avellano y de castaño, y labró en ellas unas franjas blancas, descubriendo así lo blanco de las varas.38 Puso las varas que había descortezado delante del ganado, en los canales de los abrevaderos adonde venían a beber agua las ovejas, las cuales procreaban cuando venían a beber.39 Así concebían las ovejas delante de las varas; y parían borregos listados, pintados y salpicados de diversos colores.40 Apartaba Jacob los corderos, y ponía con su propio rebaño los listados y todo lo que era oscuro del hato de Labán. Y ponía su hato aparte, no con las ovejas de Labán.41 Y sucedía que cuantas veces se hallaban en celo las ovejas más fuertes, Jacob ponía las varas delante de ellas en los abrevaderos, para que concibieran a la vista de las varas.42 Pero cuando venían las ovejas más débiles, no las ponía; así, las más débiles eran para Labán y las más fuertes para Jacob.43 Y se enriqueció Jacob muchísimo, y tuvo muchas ovejas, siervas y siervos, camellos y asnos.

Jacob planea huir de Labán

Gn. 31.1-16  DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Jacob oía las palabras de los hijos de Labán, que decían: «Jacob ha tomado todo lo que era de nuestro padre, y de lo que era de nuestro padre ha adquirido toda esta riqueza».2 Miraba también Jacob el semblante de Labán, y veía que no era para con él como había sido antes.3 Entonces Jehová dijo a Jacob: «Vuélvete a la tierra de tus padres, a tu parentela, y yo estaré contigo».
4 Envió, pues, Jacob a llamar a Raquel y a Lea al campo donde estaban sus ovejas,5 y les dijo:
—Veo que vuestro padre ya no me mira como antes; pero el Dios de mi padre ha estado conmigo.6 Vosotras sabéis que con todas mis fuerzas he servido a vuestro padre;7 pero vuestro padre me ha engañado y me ha cambiado el salario diez veces, si bien Dios no le ha permitido que me hiciera daño.8 Si él decía: «Los pintados serán tu salario», entonces todas las ovejas parían pintados; y si decía: «Los listados serán tu salario», entonces todas las ovejas parían listados.9 Así quitó Dios el ganado de vuestro padre y me lo dio a mí.
10 »Sucedió, cuando las ovejas estaban en celo, que alcé yo mis ojos y vi en sueños que los machos que cubrían a las hembras eran listados, pintados y abigarrados.11 Y me dijo el ángel de Dios en sueños: “Jacob”. Y yo respondí: “Aquí estoy”.12 Entonces él dijo: “Alza ahora tus ojos, y verás que todos los machos que cubren a las hembras son listados, pintados y abigarrados, pues yo he visto todo lo que Labán te ha hecho.13 Yo soy el Dios de Bet-el, donde tú ungiste la piedra y donde me hiciste un voto. Levántate ahora y sal de esta tierra; vuélvete a la tierra donde naciste”.
14 Respondieron Raquel y Lea, y le dijeron:
—¿Tenemos acaso parte o heredad en la casa de nuestro padre?15 ¿No nos tiene ya por extrañas, pues que nos vendió y hasta se ha comido del todo lo que recibió por nosotras?16 Toda la riqueza que Dios le ha quitado a nuestro padre es nuestra y de nuestros hijos; ahora, pues, haz todo lo que Dios te ha dicho.

Jacob huye con sus esposas, hijos y propiedades

Gn. 31.17-21 DHH NIV NBD NVI LBLA
17 Se levantó, pues, Jacob y montó a sus hijos y a sus mujeres sobre los camellos;18 y puso en camino todo su ganado y todo cuanto había adquirido (el ganado de la ganancia que había obtenido en Padan-aram), para volverse a Isaac, su padre, en la tierra de Canaán.19 Como Labán había ido a trasquilar sus ovejas, Raquel hurtó los ídolos de su padre;20 y Jacob engañó a Labán, el arameo, no diciéndole que se iba.21 Huyó, pues, con todo lo que tenía; se levantó, pasó el Éufrates y se dirigió a los montes de Galaad.

Labán persigue a Jacob

Gn. 31.22-42 DHH NIV NBD NVI LBLA
22 Al tercer día le dijeron a Labán que Jacob había huido.23 Entonces Labán tomó consigo a sus parientes, y fue tras Jacob. Siete días después lo alcanzó en los montes de Galaad.24 Pero aquella noche vino Dios en sueños a Labán, el arameo, y le dijo: «Cuídate de no hablarle a Jacob descomedidamente».
25 Alcanzó, pues, Labán a Jacob, que había fijado su tienda en el monte; y acampó Labán con sus parientes en los montes de Galaad.26 Entonces dijo Labán a Jacob:
—¿Qué has hecho? ¿Por qué me has engañado y te has llevado a mis hijas como prisioneras de guerra?27 ¿Por qué te escondiste para huir, y me engañaste, y no me lo hiciste saber para que yo te despidiera con alegría y con cantares, con tamborín y arpa?28 Pues ni aun me dejaste besar a mis hijos y a mis hijas. Esta vez has obrado locamente.29 Poder hay en mi mano para haceros daño; pero el Dios de tu padre me habló anoche diciendo: “Cuídate de no hablarle a Jacob descomedidamente”.30 Y ya que te ibas, pues añorabas la casa de tu padre, ¿por qué hurtaste mis dioses?
31 Respondió Jacob a Labán:
—Porque tuve miedo, pues pensé que quizá me quitarías por fuerza tus hijas.32 Aquel en cuyo poder halles tus dioses, ¡que no viva! Reconoce delante de nuestros hermanos lo que yo tenga tuyo, y llévatelo.
Ciertamente Jacob no sabía que Raquel los había hurtado.
33 Entró Labán en la tienda de Jacob, en la tienda de Lea y en la tienda de las dos siervas, y no los halló. Salió de la tienda de Lea y entró en la tienda de Raquel.34 Pero Raquel tomó los ídolos y los puso en la montura de un camello, y se sentó sobre ellos. Labán rebuscó por toda la tienda y no los encontró.35 Entonces ella dijo a su padre:
—No se enoje mi señor, si no me puedo levantar delante de ti, pues estoy con el período de las mujeres.
Como Labán siguió rebuscando sin hallar los ídolos,36 Jacob se enojó y riñó con Labán, diciéndole:
—¿Qué falta cometí? ¿Cuál es mi pecado, para que con tanto ardor hayas venido en mi persecución?37 Al registrar todas mis cosas, ¿qué has hallado de todos los enseres de tu casa? Ponlo aquí delante de mis hermanos y de los tuyos, y juzguen entre nosotros.38 Estos veinte años he estado contigo; tus ovejas y tus cabras nunca abortaron, ni yo comí carnero de tus ovejas.39 Nunca te traje lo arrebatado por las fieras: yo pagaba el daño; lo hurtado, así de día como de noche, a mí me lo cobrabas.40 De día me consumía el calor y de noche la helada, y el sueño huía de mis ojos.41 Así he estado veinte años en tu casa: catorce años te serví por tus dos hijas y seis años por tu ganado, y has cambiado mi salario diez veces.42 Si el Dios de mi padre, Dios de Abraham y Terror de Isaac, no estuviera conmigo, de cierto me enviarías ahora con las manos vacías; pero Dios ha visto mi aflicción y el trabajo de mis manos, y anoche te reprendió.

Jacob y Labán hacen un pacto

Gn. 31.43-55 DHH NIV NBD NVI LBLA
43 Respondió Labán y dijo a Jacob:
—Las hijas son hijas mías; los hijos, hijos míos son; las ovejas son mis ovejas, y todo lo que tú ves es mío: ¿qué les puedo yo hacer hoy a estas mis hijas, o a los hijos que ellas han dado a luz?44 Ven ahora, pues, y hagamos pacto tú y yo, y sirva por testimonio entre nosotros dos.
45 Entonces Jacob tomó una piedra y la levantó por señal.46 Y dijo Jacob a sus hermanos:
—Recoged piedras.
Tomaron, pues, piedras e hicieron un montón, y comieron allí sobre aquel montón.47 Labán lo llamó «Jegar Sahaduta»; y Jacob lo llamó «Galaad».
48 Entonces Labán dijo:
—Este montón de piedras es testigo hoy entre nosotros dos.
Por eso fue llamado su nombre Galaad;49 y también Mizpa, por cuanto dijo:
—Vigile Jehová entre tú y yo cuando nos apartemos el uno del otro.50 Si maltratas a mis hijas o si tomas otras mujeres además de mis hijas, aunque nadie esté con nosotros, mira, Dios es testigo entre nosotros dos.
51 Dijo más Labán a Jacob:
—Mira este montón de piedras y esta señal que he erigido entre tú y yo.52 Testigo sea este montón de piedras y testigo sea esta señal, que ni yo pasaré de este montón de piedras para ir contra ti ni tú pasarás de este montón ni de esta señal para ir contra mí, para nada malo.53 Que el Dios del padre de nuestros padres, el Dios de Abraham y el Dios de Nacor, juzgue entre nosotros.
Jacob juró por aquel a quien temía Isaac, su padre.54 Luego Jacob inmoló víctimas en el monte, y llamó a sus hermanos a comer pan. Ellos comieron pan y durmieron aquella noche en el monte.
55 Se levantó Labán de mañana y besó a sus hijos y a sus hijas; los bendijo, partió y se volvió a su lugar.

Enero 12
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Enero 12

Jacob tiene visión de ángeles

Gn. 32.1-2 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Jacob siguió su camino, y le salieron al encuentro unos ángeles de Dios.2 Dijo Jacob cuando los vio: «Campamento de Dios es este», y llamó a aquel lugar Mahanaim.

Envía mensajeros a Esaú y éste sale a recibirlo

Gn. 32.3-6 DHH NIV NBD NVI LBLA
3 Envió Jacob mensajeros por delante al encuentro de su hermano Esaú, a la tierra de Seir, campo de Edom.4 Y los mandó diciendo: «Diréis a mi señor Esaú: “Así dice tu siervo Jacob: ‘Con Labán he vivido, y con él he estado hasta ahora;5 tengo vacas, asnos, ovejas, siervos y siervas; y envío este mensaje a mi señor, para hallar gracia en tus ojos’ ”».
6 Los mensajeros regresaron a Jacob, y le dijeron:
—Fuimos a ver a tu hermano Esaú; él también viene a recibirte, y cuatrocientos hombres vienen con él.

Jacob tiene miedo

Gn. 32.7-12 DHH NIV NBD NVI LBLA
7 Jacob tuvo entonces gran temor y se angustió; distribuyó en dos campamentos el pueblo que tenía consigo, y las ovejas, las vacas y los camellos,8 porque pensó: «Si viene Esaú contra un campamento y lo ataca, el otro campamento escapará».
9 Luego dijo Jacob: «Dios de mi padre Abraham y Dios de mi padre Isaac, Jehová, que me dijiste: “Vuélvete a tu tierra y a tu parentela, y yo te haré bien”,10 ¡no merezco todas las misericordias y toda la verdad con que has tratado a tu siervo!; pues con mi cayado pasé este Jordán, y ahora he de atender a dos campamentos.11 Líbrame ahora de manos de mi hermano, de manos de Esaú, porque le temo; no venga acaso y me hiera a la madre junto con los hijos.12 Y tú has dicho: “Yo te haré bien, y tu descendencia será como la arena del mar, que por ser tanta no se puede contar”».

Envía regalos a su hermano

Gn. 32.13-21 DHH NIV NBD NVI LBLA
13 Durmió allí aquella noche, y tomó de lo que le vino a la mano un regalo para su hermano Esaú:14 doscientas cabras y veinte machos cabríos, doscientas ovejas y veinte carneros,15 treinta camellas paridas con sus crías, cuarenta vacas y diez novillos, veinte asnas y diez borricos.16 Lo entregó a sus siervos, cada manada por separado, y dijo a sus siervos:
—Pasad delante de mí y poned espacio entre manada y manada.
17 Mandó al primero, diciendo:
—Si mi hermano Esaú te encuentra y te pregunta: “¿De quién eres? ¿y adónde vas? ¿y para quién es esto que llevas delante de ti?”,18 entonces dirás: “Es un regalo que tu siervo Jacob envía a mi señor Esaú. También él viene detrás de nosotros”.
19 Mandó también al segundo, al tercero y a todos los que iban detrás de aquellas manadas, diciendo:
—Esto mismo diréis a Esaú, cuando lo halléis.20 Y diréis también: “Tu siervo Jacob viene detrás de nosotros”.
Pues Jacob pensó: «Apaciguaré su ira con el regalo que va delante de mí, y después veré su rostro. Quizá así me acepte».21 Pasó, pues, el regalo delante de él, y él durmió aquella noche en el campamento.

Lucha de Jacob con un ángel

Gn. 32.22-32 DHH NIV NBD NVI LBLA
22 Se levantó aquella noche, tomó a sus dos mujeres, a sus dos siervas y a sus once hijos, y pasó el vado de Jaboc.23 Los tomó, pues, y les hizo pasar el arroyo a ellos y a todo lo que tenía.24 Así se quedó Jacob solo; y luchó con él un varón hasta que rayaba el alba.25 Cuando el hombre vio que no podía con él, tocó en el sitio del encaje de su muslo, y se descoyuntó el muslo de Jacob mientras con él luchaba.26 Y dijo:
—Déjame, porque raya el alba.
Jacob le respondió:
—No te dejaré, si no me bendices.
27 —¿Cuál es tu nombre?—le preguntó el hombre.
—Jacob—respondió él.
28 Entonces el hombre dijo:
—Ya no te llamarás Jacob, sino Israel, porque has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido.
29 —Declárame ahora tu nombre—le preguntó Jacob.
—¿Por qué me preguntas por mi nombre?—respondió el hombre.
Y lo bendijo allí mismo.
30 Jacob llamó Peniel a aquel lugar, porque dijo: «Vi a Dios cara a cara, y fue librada mi alma».
31 Ya había pasado de Peniel cuando salió el sol; y cojeaba a causa de su cadera.32 Por esto, hasta el día de hoy no comen los hijos de Israel del tendón que se contrajo, el cual está en el encaje del muslo, porque Jacob fue tocado en este sitio de su muslo, en el tendón que se contrajo.

Jacob y Esaú se encuentran

Gn. 33.1-20 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Alzó Jacob sus ojos y vio que venía Esaú con cuatrocientos hombres; entonces repartió él los niños entre Lea, Raquel y las dos siervas.2 Puso las siervas y sus niños delante, luego a Lea y sus niños, y detrás a Raquel y a José.3 Y él pasó delante de ellos y se inclinó a tierra siete veces, hasta que llegó a su hermano.4 Pero Esaú corrió a su encuentro y, echándose sobre su cuello, lo abrazó y besó; los dos lloraron.5 Después Esaú levantó sus ojos, vio a las mujeres y los niños y dijo:
—¿Quiénes son estos?
—Son los niños que Dios ha dado a tu siervo—dijo Jacob.
6 Luego vinieron las siervas y sus hijos, y se inclinaron.7 Vino Lea con sus hijos, y se inclinaron; y después llegaron José y Raquel, y también se inclinaron.8 Preguntó entonces Esaú:
—¿Qué te propones con todos estos grupos que he encontrado?
—Hallar gracia a los ojos de mi señor—respondió Jacob.
9 Dijo entonces Esaú:
—Suficiente tengo yo, hermano mío; sea para ti lo que es tuyo.
10 Jacob replicó:
—No, yo te ruego; si he hallado ahora gracia a tus ojos, acepta mi regalo, porque he visto tu rostro como si hubiera visto el rostro de Dios, pues que con tanta bondad me has recibido.11 Acepta, te ruego, el regalo que te he traído, pues Dios me ha favorecido y todo lo que hay aquí es mío.
E insistió hasta que Esaú lo tomó.12 Y dijo Esaú:
—Anda, vamos; yo iré delante de ti.
13 Jacob respondió:
—Mi señor sabe que los niños son tiernos, y que tengo ovejas y vacas paridas; si las fatigan, en un día morirán todas las ovejas.14 Pase ahora mi señor delante de su siervo, y yo me iré poco a poco al paso del ganado que va delante de mí y al paso de los niños, hasta que llegue a Seir, donde está mi señor.
15 Dijo Esaú:
—Dejaré ahora contigo parte de la gente que viene conmigo.
Jacob respondió:
—¿Para qué, si he hallado gracia a los ojos de mi señor?
16 Así volvió Esaú aquel día por su camino a Seir.17 Y Jacob fue a Sucot; allí se edificó una casa e hizo cabañas para su ganado; por tanto, puso por nombre Sucot a aquel lugar.
18 Después Jacob, cuando regresaba de Padan-aram, llegó sano y salvo a la ciudad de Siquem, que está en la tierra de Canaán, y acampó delante de la ciudad.19 Compró a los hijos de Hamor, padre de Siquem, por cien monedas, la parte del campo donde había plantado su tienda,20 erigió allí un altar y lo llamó «El-Elohe-Israel».

Simeón y Leví vengan la deshonra de su hermana a manos de un heveo

Gn. 34.1-31 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Dina, la hija que Lea había dado a luz a Jacob, salió a ver a las hijas del país.2 Y la vio Siquem hijo de Hamor, el heveo, príncipe de aquella tierra; la tomó, se acostó con ella y la deshonró.3 Pero su alma se apegó a Dina, la hija de Lea; se enamoró de la joven y habló a su corazón.4 Entonces dijo Siquem a Hamor, su padre:
—Tómame por mujer a esta joven.
5 Se enteró Jacob de que Siquem había deshonrado a Dina, su hija. Sus hijos estaban con su ganado en el campo, y calló Jacob hasta que ellos regresaran.6 Mientras tanto, Hamor, el padre de Siquem, se dirigió a Jacob para hablar con él.
7 Los hijos de Jacob regresaron del campo cuando lo supieron; se entristecieron los hombres y se enojaron mucho, porque se había cometido una ofensa contra Israel al acostarse con la hija de Jacob, lo que no se debía haber hecho.8 Hamor habló con ellos, y les dijo:
—El alma de mi hijo Siquem se ha apegado a vuestra hija; os ruego que se la deis por mujer.9 Emparentad con nosotros, dadnos vuestras hijas y tomad vosotros las nuestras.10 Habitad con nosotros, porque la tierra estará delante de vosotros; morad y negociad en ella, y tomad en ella posesión.
11 Siquem dijo también al padre y a los hermanos de Dina:
—Halle yo gracia en vuestros ojos y os daré lo que me pidáis.12 Aumentad a mi cargo mucha dote y regalos, que yo os daré cuanto me pidáis; pero dadme la joven por mujer.
13 Los hijos de Jacob respondieron a Siquem y a Hamor, su padre, con palabras engañosas, por cuanto había deshonrado a Dina, hermana de ellos.14 Les dijeron:
—No podemos hacer esto de dar nuestra hermana a hombre incircunciso, porque entre nosotros es abominación.15 Pero con esta condición os complaceremos: que os hagáis como nosotros, y se circuncide entre vosotros todo varón.16 Entonces os daremos nuestras hijas, y tomaremos nosotros las vuestras; habitaremos con vosotros y seremos un pueblo.17 Pero si no nos prestáis oído en lo de circuncidaros, tomaremos nuestra hija y nos iremos.
18 Parecieron bien sus palabras a Hamor y a Siquem hijo de Hamor.19 Y no tardó el joven en hacer aquello, porque la hija de Jacob le había agradado. Él mismo era el más distinguido en toda la casa de su padre.20 Entonces Hamor y su hijo Siquem fueron a la puerta de su ciudad y hablaron a los hombres del lugar, diciéndoles:
21 —Estos hombres son pacíficos con nosotros; que habiten, pues, en el país y comercien en él, porque la tierra es bastante ancha para ellos; nosotros tomaremos sus hijas por mujeres y les daremos las nuestras.22 Pero solo con esta condición consentirán estos hombres en habitar con nosotros para que seamos un pueblo: que se circuncide todo varón entre nosotros, como ellos son circuncidados.23 Su ganado, sus bienes y todas sus bestias serán nuestros; solamente convengamos con ellos, y habitarán con nosotros.
24 Obedecieron a Hamor y a su hijo Siquem todos los que salían por la puerta de la ciudad, y circuncidaron a todo varón, a cuantos salían por la puerta de su ciudad.
25 Pero sucedió que al tercer día, cuando ellos sentían el mayor dolor, dos de los hijos de Jacob, Simeón y Leví, hermanos de Dina, tomaron cada uno su espada, fueron contra la ciudad, que estaba desprevenida, y mataron a todo varón.26 A filo de espada mataron a Hamor y a su hijo Siquem, y tomando a Dina de casa de Siquem, se fueron.27 Los hijos de Jacob pasaron sobre los muertos y saquearon la ciudad, por cuanto habían deshonrado a su hermana.28 Tomaron sus ovejas, vacas y asnos, lo que había en la ciudad y en el campo,29 y todos sus bienes; llevaron cautivos a todos sus niños y sus mujeres, y robaron todo lo que había en las casas.30 Entonces dijo Jacob a Simeón y a Leví:
—Me habéis puesto en un grave aprieto al hacerme odioso a los habitantes de esta tierra, el cananeo y el ferezeo. Como tengo pocos hombres, se juntarán contra mí, me atacarán, y me destruirán a mí y a mi casa.
31 Pero ellos respondieron:
—¿Acaso tenía él que tratar a nuestra hermana como a una ramera?

Enero 13
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Enero 13

Dios habla a Jacob en Bet-el

Gn. 35.1-15 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Dijo Dios a Jacob: «Levántate, sube a Bet-el y quédate allí; y haz allí un altar al Dios que se te apareció cuando huías de tu hermano Esaú».2 Entonces Jacob dijo a su familia y a todos los que con él estaban:
—Quitad los dioses ajenos que hay entre vosotros, limpiaos y mudad vuestros vestidos.3 Levantémonos y subamos a Bet-el, pues y allí haré un altar al Dios que me respondió en el día de mi angustia y que ha estado conmigo en el camino que he andado.
4 Ellos entregaron a Jacob todos los dioses ajenos que tenían en su poder y los zarcillos que llevaban en sus orejas, y Jacob los escondió debajo de una encina que había junto a Siquem.5 Cuando salieron, el terror de Dios cayó sobre las ciudades de sus alrededores, y no persiguieron a los hijos de Jacob.
6 Llegó Jacob a Luz, es decir, a Bet-el, que está en tierra de Canaán, él y todo el pueblo que con él estaba.7 Edificó allí un altar y llamó al lugar «El-bet-el», porque allí se le había aparecido Dios cuando huía de su hermano.8 Entonces murió Débora, nodriza de Rebeca, y fue sepultada al pie de Bet-el, debajo de una encina, la cual fue llamada «Alón-bacut».
9 Se le apareció otra vez Dios a Jacob a su regreso de Padan-aram, y lo bendijo.10 Le dijo Dios:
«Tu nombre es Jacob;
pero ya no te llamarás Jacob,
sino que tu nombre será Israel»;
y lo llamó Israel.11 También le dijo Dios:
«Yo soy el Dios omnipotente:
crece y multiplícate;
una nación y un conjunto de naciones saldrán de ti,
y reyes saldrán de tus entrañas.
12 La tierra que he dado a Abraham y a Isaac
te la daré a ti,
y a tu descendencia después de ti».
13 Y se fue Dios de su lado, del lugar desde el cual había hablado con él.14 Jacob erigió entonces una señal en el lugar donde había hablado con él, una señal de piedra; derramó sobre ella una libación y echó sobre ella aceite.15 Y Jacob llamó Bet-el a aquel lugar donde Dios le había hablado.

Muere Raquel en el parto de su segundo hijo

Gn. 35.16-20 DHH NIV NBD NVI LBLA
16 Partieron de Bet-el, y cuando aún faltaba como media legua para llegar a Efrata, Raquel dio a luz, pero tuvo un mal parto.17 Aconteció que, como había trabajo en el parto, la partera le dijo: «No temas, porque también tendrás este hijo».18 Ella, al salírsele el alma—pues murió—, le puso por nombre Benoni; pero su padre lo llamó Benjamín.
19 Así murió Raquel, y fue sepultada en el camino de Efrata, la cual es Belén.20 Levantó Jacob un pilar sobre su sepultura, y esta es la señal de la sepultura de Raquel hasta hoy.

Rubén comete una vileza contra su padre

Gn. 35.21-22a DHH NIV NBD NVI LBLA
21 Israel salió de allí y plantó su tienda más allá de Migdal-edar.22 Aconteció que, cuando habitaba Israel en aquella tierra, Rubén fue y durmió con Bilha, la concubina de su padre; de esto se enteró Israel.

Doce hijos de Jacob

Gn. 35.22b-26 DHH NIV NBD NVI LBLA
22 …Los hijos de Israel fueron doce.23 Hijos de Lea: Rubén, primogénito de Jacob, Simeón, Leví, Judá, Isacar y Zabulón.24 Hijos de Raquel: José y Benjamín.25 Hijos de Bilha, sierva de Raquel: Dan y Neftalí.26 Hijos de Zilpa, sierva de Lea: Gad y Aser. Estos fueron los hijos de Jacob, que le nacieron en Padan-aram.
1 Cr. 2.1,2 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Estos son los hijos de Israel: Rubén, Simeón, Leví, Judá, Isacar, Zabulón,2 Dan, José, Benjamín, Neftalí, Gad y Aser.

DESCENDIENTES DE LOS HIJOS DE JACOB

Rubén

Gn. 46.8,9 DHH NIV NBD NVI LBLA
8 Estos son los nombres de los hijos de Israel que entraron en Egipto, Jacob y sus hijos:
Rubén, primogénito de Jacob.9 Y los hijos de Rubén: Hanoc, Falú, Hezrón y Carmi.
Éx. 6.14 DHH NIV NBD NVI LBLA
14 Estos son los jefes de las casas paternas: Hijos de Rubén, el primogénito de Israel: Hanoc, Falú, Hezrón y Carmi. Estas son las familias de Rubén.
1 Cr. 5.1-10 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Rubén era el primogénito de Israel, pero como profanó el lecho de su padre, sus derechos de primogenitura fueron dados a los hijos de José hijo de Israel, y no fue contado por primogénito.2 Es verdad que Judá llegó a ser más poderoso que sus hermanos, y el príncipe de ellos, pero el derecho de primogenitura fue de José.3 Los hijos de Rubén, primogénito de Israel, fueron: Hanoc, Falú, Hezrón y Carmi.
4 Los descendientes de Joel fueron: Semaías, Gog, Simei,5 Micaía, Reaía, Baal,6 Beera, principal de los rubenitas, que fue llevado cautivo por Tiglat-pileser, rey de los asirios.7 Sus hermanos, por sus familias, según el registro de sus genealogías, fueron Jeiel, el primero y Zacarías.8 Bela hijo de Azaz hijo de Sema, hijo de Joel, habitó en Aroer hasta Nebo y Baal-meón.9 Habitó también al oriente hasta el borde del desierto que se extiende desde el río Éufrates, porque su ganado se había multiplicado en la tierra de Galaad.
10 En los días de Saúl hicieron guerra contra los agarenos, los cuales cayeron en sus manos; y ellos habitaron en sus tiendas en toda la región oriental de Galaad.

Simeón

Gn. 46.10 DHH NIV NBD NVI LBLA
10 Los hijos de Simeón: Jemuel, Jamín, Ohad, Jaquín, Zohar y Saúl, hijo de la cananea.
Éx. 6.15 DHH NIV NBD NVI LBLA
15 Hijos de Simeón: Jemuel, Jamín, Ohad, Jaquín, Zohar y Saúl, hijo de una cananea. Estas son las familias de Simeón.
1 Cr. 4.24-43 DHH NIV NBD NVI LBLA
24 Los hijos de Simeón: Nemuel, Jamín, Jarib, Zera, Saúl,25 y su hijo Salum, su hijo Mibsam y su hijo Misma.26 Los hijos de Misma: su hijo Hamuel, su hijo Zacur y su hijo Simei.27 Los hijos de Simei fueron dieciséis, y seis hijas; pero sus hermanos no tuvieron muchos hijos, ni multiplicaron toda su familia como los hijos de Judá.
28 Y habitaron en Beerseba, Molada, Hazar-sual,29 Bilha, Ezem, Tolad,30 Betuel, Horma, Siclag,31 Bet-marcabot, Hazar-susim, Bet-birai y Saaraim. Estas fueron sus ciudades hasta el reinado de David.32 Y sus aldeas fueron Etam, Aín, Rimón, Toquén y Asán; cinco pueblos,33 y todas las aldeas que estaban alrededor de estas ciudades hasta Baal. Esta fue su habitación, y esta su descendencia.
34 Mesobab, Jamlec, Josías hijo de Amasías,35 Joel, Jehú hijo de Josibías hijo de Seraías, hijo de Asiel,36 Elioenai, Jaacoba, Jesohaía, Asaías, Adiel, Jesimiel, Benaía,37 y Ziza hijo de Sifi hijo de Alón, hijo de Jedaías, hijo de Simri, hijo de Semaías.38 Estos, por sus nombres, son los principales entre sus familias; y las casas de sus padres fueron multiplicadas en gran manera.39 Llegaron hasta la entrada de Gedor, hasta el oriente del valle, buscando pastos para sus ganados.40 Y hallaron abundantes y buenos pastos, y tierra ancha y espaciosa, quieta y reposada, porque los de Cam la habitaban antes.41 Pero estos que han sido mencionados por sus nombres, vinieron en días de Ezequías, rey de Judá, y desbarataron las tiendas y cabañas que allí hallaron, hasta el día de hoy, y habitaron allí en lugar de ellos; por cuanto había allí pastos para sus ganados.42 Asimismo quinientos hombres de ellos, de los hijos de Simeón, fueron a los montes de Seir, llevando por capitanes a Pelatías, Nearías, Refaías y Uziel, hijos de Isi,43 y derrotaron a los que habían quedado de Amalec, y habitaron allí hasta el día de hoy.

Enero 14
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Enero 14

Leví

Gn. 46.11 DHH NIV NBD NVI LBLA
11 Los hijos de Leví: Gersón, Coat y Merari.
Éx. 6.16-25 DHH NIV NBD NVI LBLA
16 Estos son los nombres de los hijos de Leví por sus generaciones: Gersón, Coat y Merari. Leví vivió ciento treinta y siete años.17 Hijos de Gersón fueron: Libni y Simei, por sus familias.18 Hijos de Coat: Amram, Izhar, Hebrón y Uziel. Coat vivió ciento treinta y tres años.19 Hijos de Merari: Mahli y Musi. Estas son las familias de Leví por sus generaciones.
20 Amram tomó por mujer a Jocabed, su tía, la cual dio a luz a Aarón y a Moisés. Amram vivió ciento treinta y siete años.
21 Hijos de Izhar: Coré, Nefeg y Zicri.
22 Hijos de Uziel: Misael, Elzafán y Sitri.
23 Tomó Aarón por mujer a Elisabet, hija de Aminadab, hermana de Naasón, la cual dio a luz a Nadab, Abiú, Eleazar e Itamar.
24 Hijos de Coré: Asir, Elcana y Abiasaf. Estas son las familias de los coreítas.
25 Eleazar hijo de Aarón tomó para sí mujer de las hijas de Futiel, la cual dio a luz a Finees. Estos son los jefes de los padres de los levitas por sus familias.
1 Cr. 6.1-30 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Los hijos de Leví: Gersón, Coat y Merari.2 Los hijos de Coat: Amram, Izhar, Hebrón y Uziel.3 Los hijos de Amram: Aarón, Moisés y María. Los hijos de Aarón: Nadab, Abiú, Eleazar e Itamar.4 Eleazar engendró a Finees, Finees engendró a Abisúa,5 Abisúa engendró a Buqui, Buqui engendró a Uzi,6 Uzi engendró a Zeraías, Zeraías engendró a Meraiot,7 Meraiot engendró a Amarías, Amarías engendró a Ahitob,8 Ahitob engendró a Sadoc, Sadoc engendró a Ahimaas,9 Ahimaas engendró a Azarías, Azarías engendró a Johanán,10 y Johanán engendró a Azarías, el que tuvo el sacerdocio en la Casa que Salomón edificó en Jerusalén.11 Azarías engendró a Amarías, Amarías engendró a Ahitob,12 Ahitob engendró a Sadoc, Sadoc engendró a Salum,13 Salum engendró a Hilcías, Hilcías engendró a Azarías,14 Azarías engendró a Seraías, y Seraías engendró a Josadac,15 y Josadac fue llevado cautivo cuando Jehová deportó a Judá y a Jerusalén por mano de Nabucodonosor.
16 Los hijos de Leví: Gersón, Coat y Merari.17 Estos son los nombres de los hijos de Gersón: Libni y Simei.18 Los hijos de Coat: Amram, Izhar, Hebrón y Uziel.19 Los hijos de Merari: Mahli y Musi. Estas son las familias de Leví, según sus descendencias.20 Gersón: Libni, Jahat, Zima,21 Joa, Iddo, Zera y Jeatrai.
22 Los descendientes de Coat: Aminadab, Coré, Asir,23 Elcana, Ebiasaf, Asir,24 Tahat, Uriel, Uzías, y Saúl.25 Los hijos de Elcana: Amasai y Ahimot;26 los descendientes de Ahimot: Elcana, Zofai, Nahat,27 Eliab, Jeroham y Elcana.28 Los hijos de Samuel: el primogénito, Vasni, y Abías.
29 Los descendientes de Merari: Mahli, Libni, Simei, Uza,30 Simea, Haguía y Asaías.
1 Cr. 23.6-23 DHH NIV NBD NVI LBLA
6 Los repartió David en grupos conforme a los hijos de Leví: Gersón, Coat y Merari.
7 Los hijos de Gersón: Laadán y Simei.8 Los hijos de Laadán: Jehiel, el primero, después Zetam y Joel; tres en total.9 Los hijos de Simei: Selomit, Haziel y Harán; tres en total. Estos fueron los jefes de las familias de Laadán.10 Los hijos de Simei: Jahat, Zina, Jeús y Bería. Estos cuatro fueron los hijos de Simei.11 Jahat era el primero, y Zina, el segundo; Jeús y Bería no tuvieron muchos hijos, por lo cual fueron contados como una familia.
12 Los hijos de Coat: Amram, Izhar, Hebrón y Uziel; cuatro en total.13 Los hijos de Amram: Aarón y Moisés. Aarón fue apartado para ser dedicado a las cosas más santas, tanto él como sus hijos, para siempre, a fin de que quemaran incienso delante de Jehová, le ministraran y bendijeran su nombre para siempre.14 Y los hijos de Moisés, varón de Dios, fueron contados en la tribu de Leví.15 Los hijos de Moisés fueron Gersón y Eliezer.16 Hijo de Gersón fue Sebuel, el jefe.17 E hijo de Eliezer fue Rehabías, el jefe. Eliezer no tuvo otros hijos, pero los hijos de Rehabías fueron muy numerosos.18 Hijo de Izhar fue Selomit, el jefe.19 Los hijos de Hebrón: Jerías, el jefe, el segundo, Amarías, el tercero, Jahaziel y el cuarto, Jecamán.20 Los hijos de Uziel: Micaía, el jefe, y el segundo, Isías.
21 Los hijos de Merari: Mahli y Musi. Los hijos de Mahli: Eleazar y Cis.22 Y murió Eleazar sin hijos; pero tuvo hijas, y los hijos de Cis, sus parientes, las tomaron por mujeres.23 Los hijos de Musi: Mahli, Edar y Jeremot; tres en total.

Judá

Gn. 46.12 DHH NIV NBD NVI LBLA
12 Los hijos de Judá: Er, Onán, Sela, Fares y Zara; pero Er y Onán murieron en la tierra de Canaán. Y los hijos de Fares fueron Hezrón y Hamul.
1 Cr. 2.3-55 DHH NIV NBD NVI LBLA
3 Los hijos de Judá: Er, Onán y Sela. Estos tres le nacieron de la hija de Súa, la cananea. Y Er, primogénito de Judá, fue malo delante de Jehová, quien lo mató.4 Tamar, nuera de Judá, dio a luz a Fares y a Zera. Todos los hijos de Judá fueron cinco.
5 Los hijos de Fares: Hezrón y Hamul.6 Y los hijos de Zera: Zimri, Etán, Hemán, Calcol y Dara; por todos cinco.
7 Hijo de Carmi fue Acán, el que perturbó a Israel, porque prevaricó en el anatema.
8 Azarías fue hijo de Etán.
9 Los hijos que nacieron a Hezrón: Jerameel, Ram y Quelubai.10 Ram engendró a Aminadab, y Aminadab engendró a Naasón, príncipe de los hijos de Judá.11 Naasón engendró a Salmón, y Salmón engendró a Booz.12 Booz engendró a Obed, y Obed engendró a Isaí.13 Isaí engendró a Eliab, su primogénito; a Abinadab, el segundo, el tercero fue Simea,14 el cuarto, Natanael, el quinto, Radai,15 el sexto, Ozem, el séptimo, David,16 de los cuales Sarvia y Abigail fueron hermanas. Los hijos de Sarvia fueron tres: Abisai, Joab y Asael.17 Abigail dio a luz a Amasa, cuyo padre fue Jeter, el ismaelita.
18 Caleb hijo de Hezrón engendró de Azuba, su mujer, a Jeriot. Y los hijos de ella fueron Jeser, Sobab y Ardón.19 Cuando murió Azuba, tomó Caleb por mujer a Efrata, la cual dio a luz a Hur.20 Hur engendró a Uri, y Uri engendró a Bezaleel.
21 Después Hezrón se unió a la hija de Maquir, padre de Galaad, la cual tomó por esposa siendo él de sesenta años; y ella dio a luz a Segub.22 Y Segub engendró a Jair, el cual tuvo veintitrés ciudades en la tierra de Galaad.23 Pero Gesur y Aram tomaron de ellos las ciudades de Jair, con Kenat y sus aldeas, sesenta lugares. Todos estos fueron descendientes de Maquir, padre de Galaad.
24 Después que murió Hezrón en Caleb de Efrata, Abías, mujer de Hezrón, dio a luz a Asur, padre de Tecoa.
25 Los hijos de Jerameel, primogénito de Hezrón, fueron Ram, su primogénito, Buna, Orén, Ozem y Ahías.26 Y tuvo Jerameel otra mujer llamada Atara, la cual fue madre de Onam.
27 Los hijos de Ram, primogénito de Jerameel, fueron Maaz, Jamín y Equer.28 Los hijos de Onam fueron Samai y Jada. Los hijos de Samai: Nadab y Abisur.29 El nombre de la mujer de Abisur fue Abihail, la cual dio a luz a Ahbán y a Molid.30 Los hijos de Nadab: Seled y Apaim. Y Seled murió sin hijos.31 Isi fue hijo de Apaim, Sesán fue hijo de Isi, y el hijo de Sesán fue Ahlai.
32 Los hijos de Jada, hermano de Samai, fueron Jeter y Jonatán. Y murió Jeter sin hijos.33 Los hijos de Jonatán: Pelet y Zaza. Estos fueron los hijos de Jerameel.
34 Sesán no tuvo hijos, sino hijas; pero tenía Sesán un siervo egipcio llamado Jarha.35 A este Sesán dio su hija por mujer, y ella dio a luz a Atai.36 Atai engendró a Natán, y Natán engendró a Zabad;37 Zabad engendró a Eflal, Eflal engendró a Obed;38 Obed engendró a Jehú, Jehú engendró a Azarías;39 Azarías engendró a Heles, Heles engendró a Elasa;40 Elasa engendró a Sismai, Sismai engendró a Salum;41 Salum engendró a Jecamías, y Jecamías engendró a Elisama.
42 Los hijos de Caleb, hermano de Jerameel, fueron: Mesa, su primogénito, que fue el padre de Zif, y los hijos de Maresa, padre de Hebrón.43 Y los hijos de Hebrón: Coré, Tapúa, Requem y Sema.44 Sema engendró a Raham, padre de Jorcoam, y Requem engendró a Samai.45 Maón fue hijo de Samai, y Maón fue padre de Bet-sur.
46 Efa, concubina de Caleb, dio a luz a Harán, a Mosa y a Gazez. Y Harán engendró a Gazez.
47 Los hijos de Jahdai: Regem, Jotam, Gesam, Pelet, Efa y Saaf.
48 Maaca, concubina de Caleb, dio a luz a Seber y a Tirhana.49 También dio a luz a Saaf, padre de Madmana, y a Seva, padre de Macbena y de Gibea. Y Acsa fue hija de Caleb.
50 Estos fueron los hijos de Caleb.
Los hijos de Hur, primogénito de Efrata: Sobal, padre de Quiriat-jearim,51 Salma, padre de Belén, y Haref, padre de Bet-gader.52 Y los hijos de Sobal, padre de Quiriat-jearim, fueron Haroe, la mitad de los manahetitas.53 Y las familias de Quiriat-jearim fueron los itritas, los futitas, los sumatitas y los misraítas, de los cuales salieron los zoratitas y los estaolitas.
54 Los hijos de Salma: Belén, los netofatitas, Atrot-bet-joab, la mitad de los manahetitas, los zoraítas,55 y las familias de los escribas que habitaban en Jabes, los tirateos, los simeateos y los sucateos. Estos son los ceneos que vinieron de Hamat, padre de la casa de Recab.
1 Cr. 4.1-23 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Los hijos de Judá: Fares, Hezrón, Carmi, Hur y Sobal.2 Reaía hijo de Sobal engendró a Jahat, y Jahat engendró a Ahumai y a Lahad. Estas son las familias de los zoratitas.
3 Estas son las del padre de Etam: Jezreel, Isma e Ibdas. Y el nombre de su hermana fue Haze-lelponi.
4 Penuel fue padre de Gedor, y Ezer fue padre de Husa. Estos fueron los hijos de Hur, primogénito de Efrata, padre de Belén.
5 Asur, padre de Tecoa, tuvo dos mujeres, Hela y Naara.6 Y Naara dio a luz a Ahuzam, Hefer, Temeni y Ahastari. Estos fueron los hijos de Naara.7 Los hijos de Hela: Zeret, Jezoar y Etnán.
8 Cos engendró a Anub, a Zobeba, y la familia de Aharhel hijo de Harum.
9 Jabes fue más ilustre que sus hermanos, al cual su madre llamó Jabes, diciendo: «Por cuanto lo di a luz con dolor».10 Invocó Jabes al Dios de Israel diciendo: «Te ruego que me des tu bendición, que ensanches mi territorio, que tu mano esté conmigo y que me libres del mal, para que no me dañe». Y le otorgó Dios lo que pidió.
11 Quelub, hermano de Súa engendró a Mehir, el cual fue padre de Estón.12 Estón engendró a Bet-rafa, a Paseah, y a Tehina, padre de la ciudad de Nahas; estos son los hombres de Reca.
13 Los hijos de Cenaz: Otoniel y Seraías. Los hijos de Otoniel: Hatat,14 y Meonotai, el cual engendró a Ofra. Y Seraías engendró a Joab, padre de los habitantes del valle de Carisim, pues fueron artesanos.
15 Los hijos de Caleb hijo de Jefone: Iru, Ela y Naam; e hijo de Ela fue Cenaz.
16 Los hijos de Jehalelel: Zif, Zifa, Tirías y Asareel.
17 Los hijos de Esdras: Jeter, Mered, Efer y Jalón; también engendró a María, a Samai y a Isba, padre de Estemoa.18 Y su mujer Jehudaía dio a luz a Jered, padre de Gedor, a Heber, padre de Soco, y a Jecutiel, padre de Zanoa. Estos fueron los hijos de Bitia, hija del faraón, con la cual se casó Mered.
19 Los hijos de la mujer de Hodías, hermana de Naham, fueron el padre de Keila, el garmita, y Estemoa, el maacateo.
20 Los hijos de Simón: Amnón, Rina, Ben-hanán y Tilón.
Los hijos de Isi: Zohet y Benzohet.
21 Los hijos de Sela hijo de Judá: Er, padre de Leca, y Laada, padre de Maresa, y las familias de los que trabajan lino en Bet-asbea;22 Joacim, y los hombres de Cozeba, Joás, y Saraf, los cuales dominaron en Moab y volvieron a Lehem, según registros antiguos.23 Estos eran alfareros y habitaban en medio de plantíos y cercados; habitaban allá con el rey, ocupados en su servicio.

Enero 15
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Enero 15

Dan

Gn 46.23  DHH NIV NBD NVI LBLA
23 Los hijos de Dan: Husim.

Neftalí

Gn. 46.24,25  DHH NIV NBD NVI LBLA
24 Los hijos de Neftalí: Jahzeel, Guni, Jezer y Silem.
25 Estos fueron los hijos que Bilha, la que dio Labán a Raquel, su hija, dio a luz de Jacob; en total siete personas.
1 Cr. 7.13 DHH NIV NBD NVI LBLA
13 Los hijos de Neftalí: Jahzeel, Guni, Jezer y Salum, hijos de Bilha.

Gad

Gn. 46.16 DHH NIV NBD NVI LBLA
16 Los hijos de Gad: Zifión, Hagui, Ezbón, Suni, Eri, Arodi y Areli.
1 Cr. 5.11-17 DHH NIV NBD NVI LBLA
11 Los hijos de Gad habitaron enfrente de ellos en la tierra de Basán hasta Salca.12 Joel fue el principal en Basán; el segundo, Safán, luego Jaanai, después Safat.
13 Sus hermanos, según las familias de sus padres, fueron Micael, Mesulam, Seba, Jorai, Jacán, Zía y Heber; por todos siete.
14 Estos fueron los hijos de Abihail hijo de Huri hijo de Jaroa, hijo de Galaad, hijo de Micael, hijo de Jesisai, hijo de Jahdo, hijo de Buz.15 También Ahí hijo de Abdiel hijo de Guni, fue principal en la casa de sus padres.16 Ellos habitaron en Galaad, en Basán y en sus aldeas, y en todos los ejidos de Sarón, hasta sus confines.17 Todos estos fueron contados por sus generaciones en días de Jotam, rey de Judá, y en días de Jeroboam, rey de Israel.

Aser

Gn. 46.17,18 DHH NIV NBD NVI LBLA
17 Los hijos de Aser: Imna, Isúa, Isúi, Bería y Sera, hermana de ellos. Los hijos de Bería: Heber y Malquiel.
18 Estos fueron los hijos de Zilpa, la esclava que Labán regaló a su hija Lea, le dio a luz a Jacob; en total dieciséis personas.
1 Cr. 7.30-40 DHH NIV NBD NVI LBLA
30 Los hijos de Aser: Imna, Isúa, Isúi, Bería y su hermana Sera.
31 Los hijos de Bería: Heber y Malquiel, el cual fue padre de Birzavit.32 Y Heber engendró a Jaflet, Somer, Hotam y Súa, hermana de ellos.
33 Los hijos de Jaflet: Pasac, Bimhal y Asvat. Estos fueron los hijos de Jaflet.
34 Los hijos de Semer: Ahí, Rohga, Jehúba y Aram.
35 Los hijos de Helem, su hermano: Zofa, Imna, Seles y Amal.36 Los hijos de Zofa: Súa, Harnefer, Súal, Beri, Imra,37 Beser, Hod, Sama, Silsa, Itrán y Beera.
38 Los hijos de Jeter: Jefone, Pispa y Ara.
39 Los hijos de Ula: Ara, Haniel y Rezia.
40 Todos estos fueron hijos de Aser, cabezas de familias paternas, escogidos, esforzados, jefes de príncipes. Al ser contados, según los registros de sus genealogías, eran veintiséis mil hombres los que podían tomar las armas.

Isacar

Gn. 46.13 DHH NIV NBD NVI LBLA
13 Los hijos de Isacar: Tola, Fúa, Job y Simrón.
1 Cr. 7.1-5 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Los hijos de Isacar fueron cuatro: Tola, Fúa, Jasub y Simrón.
2 Los hijos de Tola: Uzi, Refaías, Jeriel, Jahmai, Jibsam y Semuel, jefes de las familias de sus padres. El número de los descendientes de Tola, en el tiempo de David, era de veintidós mil seiscientos hombres muy valerosos.
3 Hijo de Uzi fue Israhías; y los hijos de Israhías: Micael, Obadías, Joel e Isías; por todos, cinco príncipes.4 Y había con ellos, según sus genealogías, por las familias de sus padres, treinta y seis mil hombres de guerra; pues tuvieron muchas mujeres e hijos.
5 Sus hermanos de todas las familias de Isacar, contados todos por sus genealogías, eran ochenta y siete mil hombres valientes en extremo.

Zabulón

Gn. 46.14,15 DHH NIV NBD NVI LBLA
14 Los hijos de Zabulón: Sered, Elón y Jahleel.
15 Estos fueron los hijos de Lea, los que dio a luz a Jacob en Padan-aram, y además su hija Dina; treinta y tres las personas todas de sus hijos e hijas.

José

Gn. 46.19,20 DHH NIV NBD NVI LBLA
19 Los hijos de Raquel, mujer de Jacob: José y Benjamín.
20 A José le nacieron en la tierra de Egipto Manasés y Efraín, los que le dio a luz Asenat, hija de Potifera, sacerdote de On.

Benjamín

Gn. 46.21,22 DHH NIV NBD NVI LBLA
21 Los hijos de Benjamín fueron Bela, Bequer, Asbel, Gera, Naamán, Ehi, Ros, Mupim, Hupim y Ard.
22 Estos fueron los hijos de Raquel, que nacieron a Jacob; en total catorce personas.
1 Cr. 7.6-12 DHH NIV NBD NVI LBLA
6 Los hijos de Benjamín fueron tres: Bela, Bequer y Jediael.7 Los hijos de Bela: Ezbón, Uzi, Uziel, Jerimot e Iri; cinco jefes de casas paternas, hombres de gran valor, y de cuya descendencia fueron contados veintidós mil treinta y cuatro.
8 Los hijos de Bequer: Zemira, Joás, Eliezer, Elioenai, Omri, Jerimot, Abías, Anatot y Alamet; todos estos fueron hijos de Bequer.9 Y contados por sus descendencias, según sus genealogías, los que eran jefes de familias resultaron veinte mil doscientos hombres valientes.
10 Hijo de Jediael fue Bilhán; y los hijos de Bilhán: Jeús, Benjamín, Aod, Quenaana, Zetán, Tarsis y Ahisahar.11 Todos estos fueron hijos de Jediael, jefes de familias, hombres muy valerosos; en total eran diecisiete mil doscientos hombres que salían a combatir en la guerra.
12 Supim y Hupim fueron hijos de Hir; y Husim, hijo de Aher.
1 Cr. 8.1-28 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Benjamín engendró a Bela, su primogénito; a Asbel, el segundo, Ahara, el tercero,2 Noha, el cuarto, y a Rafa, el quinto.3 Y los hijos de Bela fueron Adar, Gera, Abiud,4 Abisúa, Naamán, Ahoa,5 Gera, Sefufán e Hiram.
6 Estos son los hijos de Aod, los jefes de casas paternas que habitaron en Geba y fueron desterrados a Manahat:7 Naamán, Ahías y Gera, padre de Uza y Ahiud, que fue quien los desterró.
8 Saharaim engendró hijos en la provincia de Moab, después que dejó a Husim y a Baara que eran sus mujeres.9 Engendró, pues, de Hodes, su mujer, a Jobab, Sibia, Mesa, Malcam,10 Jeúz, Saquías y Mirma. Estos son sus hijos, jefes de familias.
11 Y de Husim engendró a Abitob y a Elpaal.12 Los hijos de Elpaal fueron: Heber, Misam y Semed (el cual edificó Ono, y Lod con sus aldeas),13 Bería y Sema, que fueron jefes de las familias de los habitantes de Ajalón, los cuales echaron a los habitantes de Gat.
14 Ahío, Sasac, Jeremot,15 Zebadías, Arad, Ader,16 Micael, Ispa y Joha, fueron hijos de Bería.
17 Zebadías, Mesulam, Hizqui, Heber,18 Ismerai, Jezlías y Jobab, fueron hijos de Elpaal.
19 Jaquim, Zicri, Zabdi,20 Elienai, Ziletai, Eliel,21 Adaías, Beraías y Simrat, fueron hijos de Simei.
22 Ispán, Heber, Eliel,23 Abdón, Zicri, Hanán,24 Hananías, Elam, Anatotías,25 Ifdaías y Peniel, fueron hijos de Sasac.
26 Samserai, Seharías, Atalías,27 Jaresías, Elías y Zicri, fueron hijos de Jeroham.
28 Estos fueron jefes principales de familias, según sus generaciones, y habitaron en Jerusalén.

Enero 16
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Enero 16

DESCENDIENTES DE JOSÉ

Manasés

1 Cr. 7.14-19 DHH NIV NBD NVI LBLA
14 Los hijos de Manasés: Asriel, al cual dio a luz su concubina, la siria, la cual también dio a luz a Maquir, padre de Galaad.15 Y Maquir tomó mujer de Hupim y Supim, cuya hermana tuvo por nombre Maaca; y el nombre del segundo fue Zelofehad. Y Zelofehad tuvo hijas.
16 Maaca, mujer de Maquir, dio a luz un hijo, y lo llamó Peres; y el nombre de su hermano fue Seres, cuyos hijos fueron Ulam y Requem.17 Hijo de Ulam fue Bedán. Estos fueron los hijos de Galaad hijo de Maquir hijo de Manasés.
18 Su hermana Hamolequet dio a luz a Isod, Abiezer y Mahala.
19 Los hijos de Semida fueron Ahián, Siquem, Likhi y Aniam.

Efraín

1 Cr. 7.20-29 DHH NIV NBD NVI LBLA
20 Los descendientes de Efraín: Sutela, Bered, Tahat, Elada, Tahat,21 Zabad, Sutela, Ezer y Elad. Pero los hijos de Gat, naturales de aquella tierra, los mataron, porque vinieron a tomarles sus ganados.22 Efraín, su padre, hizo duelo por muchos días, y vinieron sus hermanos a consolarlo.23 Después él se llegó a su mujer, y ella concibió y dio a luz un hijo, al cual puso por nombre Bería, por cuanto la aflicción había estado en su casa.
24 Seera, hija de Bería, edificó a Bet-horón de abajo y de arriba, y a Uzen-seera.
25 Descendientes de este Bería fueron Refa, Resef, Telah, Tahán,26 Laadán, Amiud, Elisama,27 Nun y Josué.
28 La heredad y habitación de ellos fue Bet-el con sus aldeas; y hacia el oriente Naarán, y a la parte del occidente Gezer y sus aldeas; asimismo Siquem con sus aldeas, hasta Gaza y sus aldeas;29 y junto al territorio de los hijos de Manasés, Bet-seán con sus aldeas, Taanac con sus aldeas, Meguido con sus aldeas, y Dor con sus aldeas. En estos lugares habitaron los hijos de José hijo de Israel.

Muerte de Isaac

Gn. 35.27-29 DHH NIV NBD NVI LBLA
27 Fue Jacob junto a Isaac, su padre, a Mamre, a la ciudad de Arba, que es Hebrón, donde habitaron Abraham e Isaac.28 Los días de Isaac fueron ciento ochenta años.29 Exhaló Isaac el espíritu; murió y fue reunido a su pueblo, viejo y lleno de días. Lo sepultaron sus hijos Esaú y Jacob.

Esaú y su familia se separan de Jacob

Gn. 36.6-8 DHH NIV NBD NVI LBLA
6 Esaú tomó sus mujeres, sus hijos, sus hijas y todas las personas de su casa; sus ganados, todas sus bestias y todo cuanto había adquirido en la tierra de Canaán, y se fue a otra tierra, separándose de su hermano Jacob,7 porque los bienes de ambos eran tantos que no podían habitar juntos, ni la tierra en donde habitaban los podía sostener a causa de sus ganados.8 Por eso Esaú, o sea Edom, habitó en los montes de Seir.

Descendientes de Esaú

Gn. 36.1-5,9-19 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Estos son los descendientes de Esaú, o sea Edom:2 Esaú tomó sus mujeres de las hijas de Canaán: a Ada, hija de Elón, el heteo; a Aholibama, hija de Aná hijo de Zibeón, el heveo;3 y a Basemat, hija de Ismael, hermana de Nebaiot.4 A Esaú, Ada le dio a luz a Elifaz; Basemat le dio a luz a Reuel;5 y Aholibama le dio a luz a Jeús, a Jaalam y a Coré. Estos son los hijos que le nacieron a Esaú en la tierra de Canaán.
9 Estos son los descendientes de Esaú, padre de Edom, en los montes de Seir,10 y estos son los nombres de sus hijos: Elifaz, hijo de Ada, mujer de Esaú; Reuel, hijo de Basemat, mujer de Esaú.11 Los hijos de Elifaz fueron Temán, Omar, Zefo, Gatam y Cenaz.12 Timna fue concubina de Elifaz hijo de Esaú, y ella le dio a luz a Amalec; estos son los hijos de Ada, mujer de Esaú.13 Los hijos de Reuel fueron Nahat, Zera, Sama y Miza; estos son los hijos de Basemat, mujer de Esaú.14 Y estos fueron los hijos que dio a luz Aholibama, mujer de Esaú, hija de Aná hijo de Zibeón: Jeús, Jaalam y Coré, hijos de Esaú.
15 Estos son los jefes de entre los hijos de Esaú: Hijos de Elifaz, primogénito de Esaú: los jefes Temán, Omar, Zefo, Cenaz,16 Coré, Gatam y Amalec. Estos son los jefes de Elifaz, en la tierra de Edom. Estos fueron los hijos de Ada.17 Estos son los hijos de Reuel hijo de Esaú: los jefes Nahat, Zera, Sama y Miza. Estos son los jefes de la línea de Reuel en la tierra de Edom; son los que proceden de Basemat, mujer de Esaú.18 Estos son los hijos de Aholibama, mujer de Esaú: los jefes Jeús, Jaalam y Coré; y estos fueron los jefes que salieron de Aholibama, mujer de Esaú, hija de Aná.19 Todos ellos fueron los hijos de Esaú, o sea Edom; y fueron sus jefes.
1 Cr. 1.35-37 DHH NIV NBD NVI LBLA
35 Los hijos de Esaú: Elifaz, Reuel, Jeús, Jaalam y Coré.36 Los hijos de Elifaz: Temán, Omar, Zefo, Gatam, Cenaz, Timna y Amalec.37 Los hijos de Reuel: Nahat, Zera, Sama y Miza.

Descendientes de Seir (los horeos)

Gn. 36.20-30 DHH NIV NBD NVI LBLA
20 Estos son los hijos de Seir, el horeo, habitantes de aquella tierra: Lotán, Sobal, Zibeón, Aná,21 Disón, Ezer y Disán. Estos son los jefes de los horeos, hijos de Seir, en la tierra de Edom.22 Los hijos de Lotán fueron Hori y Hemam. Timna fue hermana de Lotán.23 Los hijos de Sobal fueron Alván, Manahat, Ebal, Sefo y Onam;24 y los de Zibeón fueron Aja y Aná. Este Aná es el que descubrió manantiales en el desierto, cuando apacentaba los asnos de Zibeón, su padre.25 Los hijos de Aná fueron Disón y Aholibama, hija de Aná.26 Estos fueron los hijos de Disón: Hemdán, Esbán, Itrán y Querán;27 y estos los hijos de Ezer: Bilhán, Zaaván y Acán.28 Estos fueron los hijos de Disán: Uz y Arán;29 y estos los jefes de los horeos: los jefes Lotán, Sobal, Zibeón, Aná,30 Disón, Ezer y Disán; estos fueron los jefes de los horeos, por sus mandos en la tierra de Seir.
1 Cr. 1.38-42 DHH NIV NBD NVI LBLA
38 Los hijos de Seir: Lotán, Sobal, Zibeón, Aná, Disón, Ezer y Disán.39 Los hijos de Lotán: Hori y Homam; y Timna fue hermana de Lotán.40 Los hijos de Sobal: Alván, Manahat, Ebal, Sefo y Onam. Los hijos de Zibeón: Aja y Aná.41 Disón fue hijo de Aná; y los hijos de Disón: Amram, Esbán, Itrán y Querán.42 Los hijos de Ezer: Bilhán, Zaaván y Jaacán. Los hijos de Disán: Uz y Arán.

Los edomitas expulsaron a los horeos de su tierra

Dt. 2.12,22 DHH NIV NBD NVI LBLA
12 También en Seir habitaron antes los horeos, los cuales fueron expulsados por los hijos de Esaú, que los arrojaron de su presencia y se establecieron en su lugar, como hizo Israel en la tierra que Jehová les dio en posesión.)22 como hizo Jehová con los hijos de Esaú que habitaban en Seir, delante de los cuales exterminó a los horeos; aquellos desalojaron a estos y habitaron en su lugar hasta hoy.

Reyes de Edom

Gn. 36.31-39 DHH NIV NBD NVI LBLA
31 Estos fueron los reyes que reinaron en la tierra de Edom antes que tuvieran rey los hijos de Israel:32 Bela hijo de Beor, reinó en Edom, y el nombre de su ciudad fue Dinaba.33 Murió Bela y reinó en su lugar Jobab hijo de Zera, de Bosra.34 Murió Jobab y en su lugar reinó Husam, de tierra de Temán.35 Murió Husam y reinó en su lugar Hadad hijo de Bedad, el que derrotó a Madián en el campo de Moab; y el nombre de su ciudad fue Avit.36 Murió Hadad y en su lugar reinó Samla, de Masreca.37 Murió Samla y reinó en su lugar Saúl, de Rehobot, que está junto al Éufrates.38 Murió Saúl y en lugar suyo reinó Baal-hanán hijo de Acbor.39 Murió Baal-hanán hijo de Acbor y reinó Hadar en lugar suyo; el nombre de su ciudad fue Pau, y el nombre de su mujer, Mehetabel, hija de Matred, hija de Mezaab.
1 Cr. 1.43-50 DHH NIV NBD NVI LBLA
43 Estos son los reyes que reinaron en la tierra de Edom, antes que reinara rey sobre los hijos de Israel: Bela hijo de Beor; y el nombre de su ciudad fue Dinaba.44 Cuando murió Bela, reinó en su lugar Jobab hijo de Zera, de Bosra.45 Cuando murió Jobab, reinó en su lugar Husam, de la tierra de los temanitas.46 Cuando murió Husam, reinó en su lugar Hadad hijo de Bedad, el que derrotó a Madián en el campo de Moab; y el nombre de su ciudad fue Avit.47 Cuando murió Hadad, reinó en su lugar Samla, de Masreca.48 Cuando murió Samla, reinó en su lugar Saúl, de Rehobot, que está junto al Éufrates.49 Cuando murió Saúl, reinó en su lugar Baal-hanán hijo de Acbor.50 Cuando murió Baal-hanán, reinó en su lugar Hadad, el nombre de cuya ciudad fue Pai; y el nombre de su mujer, Mehetabel, hija de Matred, hija de Mezaab.

Jefes de Edom

Gn. 36.40-43 DHH NIV NBD NVI LBLA
40 Estos, pues, son los nombres de los jefes de Esaú por sus familias, por sus lugares y sus nombres: Timna, Alva, Jetet,41 Aholibama, Ela, Pinón,42 Cenaz, Temán, Mibzar,43 Magdiel e Iram. Estos fueron los jefes de Edom, según los lugares que ocupan en la tierra de su posesión. Edom es el mismo Esaú, padre de los edomitas.
1 Cr. 1.51-54 DHH NIV NBD NVI LBLA
51 Cuando murió Hadad, sucedieron en Edom los jefes Timna, Alva, Jetet,52 Aholibama, Ela, Pinón,53 Cenaz, Temán, Mibzar,54 Magdiel e Iram. Estos fueron los jefes de Edom.

La región de Uz pertenecía a la tierra de Edom

Lm. 4.21a DHH NIV NBD NVI LBLA
21 ¡Góza y alégrate, hija de Edom, tú que habitas en tierra de Uz!…

Esta era la región donde vivía Job. Probablemente Job era un edomita.

Job 1.1a DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Había en el país de Uz un hombre llamado Job.

Enero 17
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Enero 17

Muchos creen que Job fue contemporáneo con los patriarcas.
Por eso esta lectura está colocada en esta parte de la historia bíblica.

Las desventuras de Job

Job 1.1-2.10 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Había en el país de Uz un hombre llamado Job. Era un hombre perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal.2 Le habían nacido siete hijos y tres hijas.3 Su hacienda era de siete mil ovejas, tres mil camellos, quinientas yuntas de bueyes, quinientas asnas y muchísimos criados. Era el hombre más importante de todos los orientales.
4 Sus hijos celebraban banquetes en sus casas, cada uno en su día; y enviaban a llamar a sus tres hermanas para que comieran y bebieran con ellos.5 Y sucedía que una vez pasados los días de turno, Job los hacía venir y los santificaba. Se levantaba de mañana y ofrecía holocaustos conforme al número de todos ellos. Porque decía Job: «Quizá habrán pecado mis hijos y habrán blasfemado contra Dios en sus corazones». Esto mismo hacía cada vez.
6 Un día acudieron a presentarse delante de Jehová los hijos de Dios, y entre ellos vino también Satanás.
7 Dijo Jehová a Satanás:
—¿De dónde vienes?
Respondiendo Satanás a Jehová, dijo:
—De rodear la tierra y andar por ella.
8 Jehová dijo a Satanás:
—¿No te has fijado en mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal?
9 Respondiendo Satanás a Jehová, dijo:
—¿Acaso teme Job a Dios de balde?10 ¿No le has rodeado de tu protección, a él y a su casa y a todo lo que tiene? El trabajo de sus manos has bendecido, y por eso sus bienes han aumentado sobre la tierra.11 Pero extiende ahora tu mano y toca todo lo que posee, y verás si no blasfema contra ti en tu propia presencia.
12 Dijo Jehová a Satanás:
—Todo lo que tiene está en tu mano; solamente no pongas tu mano sobre él.
Y salió Satanás de delante de Jehová.
13 Un día aconteció que sus hijos e hijas comían y bebían vino en casa de su hermano el primogénito,14 y vino un mensajero a Job y le dijo:
—Estaban arando los bueyes y las asnas pacían cerca de ellos;15 de pronto nos asaltaron los sabeos y se los llevaron, y mataron a los criados a filo de espada. Solamente escapé yo para darte la noticia.
16 Aún estaba este hablando, cuando vino otro, que dijo:
—Fuego de Dios cayó del cielo y quemó a ovejas y a pastores, y los consumió. Solamente escapé yo para darte la noticia.
17 Aún estaba este hablando, cuando vino otro, que dijo:
—Tres escuadrones de caldeos arremetieron contra los camellos y se los llevaron, y mataron a los criados a filo de espada. Solamente escapé yo para darte la noticia.
18 Entre tanto que este hablaba, vino otro, que dijo:
—Tus hijos y tus hijas estaban comiendo y bebiendo vino en casa de su hermano el primogénito,19 cuando un gran viento se levantó del lado del desierto y azotó las cuatro esquinas de la casa, la cual cayó sobre los jóvenes, y murieron. Solamente escapé yo para darte la noticia.
20 Entonces Job se levantó, rasgó su manto y se rasuró la cabeza; luego, postrado en tierra, adoró21 y dijo:
«Desnudo salí del vientre de mi madre
y desnudo volveré allá.
Jehová dio y Jehová quitó:
¡Bendito sea el nombre de Jehová!».
22 En todo esto no pecó Job ni atribuyó a Dios despropósito alguno.
1 Otro día acudieron a presentarse delante de Jehová los hijos de Dios, y entre ellos vino también Satanás para presentarse delante de Jehová.2 Dijo Jehová a Satanás:
—¿De dónde vienes?
Respondiendo Satanás a Jehová, dijo:
—De rodear la tierra y andar por ella.
3 Jehová dijo a Satanás:
—¿No te has fijado en mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal? ¡Todavía mantiene su integridad, a pesar de que tú me incitaste contra él para que lo arruinara sin causa!
4 Respondiendo Satanás a Jehová, dijo:
—Piel por piel, todo lo que el hombre tiene lo dará por su vida.5 Pero extiende tu mano, toca su hueso y su carne, y verás si no blasfema contra ti en tu misma presencia.
6 Dijo Jehová a Satanás:
—Él está en tus manos; pero guarda su vida.
7 Salió entonces Satanás de la presencia de Jehová e hirió a Job con una llaga maligna desde la planta del pie hasta la coronilla de la cabeza.8 Y Job, sentado en medio de ceniza, tomaba un trozo de tiesto y se rascaba con él.
9 Entonces le dijo su mujer:
—¿Aún te mantienes en tu integridad? ¡Maldice a Dios y muérete!
10 Él le dijo:
—Como suele hablar cualquier mujer insensata, así has hablado. ¿Pues qué? ¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal no lo recibiremos?
En todo esto no pecó Job con sus labios.

Los amigos de Job van a visitarlo

Job 2.11-13 DHH NIV NBD NVI LBLA
11 Tres amigos de Job, Elifaz, el temanita, Bildad, el suhita, y Zofar, el naamatita, al enterarse de todo este mal que le había sobrevenido, llegaron cada uno de su tierra, habiendo acordado venir juntos a condolerse con él y a consolarlo.12 Estos, alzando los ojos desde lejos, no lo reconocieron. Entonces lloraron a gritos, y rasgó cada cual su manto y esparcieron polvo los tres sobre sus cabezas hacia el cielo.13 Así permanecieron sentados con él en tierra durante siete días y siete noches, y ninguno le decía una palabra, porque veían que su dolor era muy grande.

Job maldice el día en que nació

Job 3.1-26 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Después de esto, abrió Job su boca y maldijo su día.2 Exclamó, pues, Job y dijo:
3 «¡Perezca el día en que yo nací
y la noche en que se dijo: “Un varón ha sido concebido!”.
4 Que aquel día se vuelva sombrío;
que no cuide de él Dios desde arriba
ni haya luz que sobre él resplandezca.
5 Cúbranlo tinieblas y sombra de muerte,
y repose sobre él nublado
que lo haga horrible como día tenebroso.
6 Apodérese de aquella noche la oscuridad;
no sea contada entre los días del año
ni entre en el número de los meses.
7 ¡Ojalá fuera aquella una noche solitaria,
que no hubiera canción alguna en ella!
8 Maldíganla los que maldicen el día,
los que se aprestan para despertar a Leviatán.
9 Oscurézcanse las estrellas del alba;
que en vano espere la luz
y no vea el parpadeo de la aurora,
10 por cuanto no cerró las puertas del vientre donde yo estaba,
ni escondió de mis ojos la miseria.
11 »¿Por qué no morí yo en la matriz?
¿Por qué no expiré al salir del vientre?
12 ¿Por qué me recibieron las rodillas
y unos pechos me dieron de mamar?
13 Ahora estaría yo muerto, y reposaría;
dormiría, y tendría descanso
14 junto a los reyes y consejeros de la tierra,
los que para sí reconstruyen las ruinas;
15 o junto a los príncipes que poseían el oro
y llenaban de plata sus casas.
16 ¿Por qué no fui ocultado como un aborto,
como los niños que nunca vieron la luz?
17 Allí dejan de perturbar los malvados,
y allí descansan los que perdieron sus fuerzas.
18 Allí reposan también los cautivos
y ya no oyen la voz del capataz.
19 Allí están chicos y grandes;
y el esclavo, libre ya de su amo.
20 »¿Por qué darle luz al que sufre
y vida a los de ánimo amargado;
21 a los que esperan la muerte, y no les llega,
aunque la buscan más que a un tesoro;
22 a los que se alegrarían sobremanera
y se gozarían de hallar el sepulcro?
23 ¿Por qué dar vida al hombre que ignora su camino,
al que Dios le cierra el paso?
24 Antes que mi pan, llega mi suspiro,
y mis gemidos corren como el agua;
25 porque me ha venido aquello que me espantaba,
me ha acontecido lo que yo temía.
26 ¡No he tenido paz, tranquilidad ni reposo,
sino solo turbación!».

Enero 18
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Enero 18

Elifaz, el temanita. Probablemente este hombre era descendiente de Esaú, por el nieto de este último, de nombre Temán.

Gn. 36.10,11 DHH NIV NBD NVI LBLA
Éstos son los descendientes de Esaú, padre de Edom, en los montes de Seir,10 y estos son los nombres de sus hijos: Elifaz, hijo de Ada, mujer de Esaú; Reuel, hijo de Basemat, mujer de Esaú.11 Los hijos de Elifaz fueron Temán, Omar, Zefo, Gatam y Cenaz.
1 Cr. 1.35,36 DHH NIV NBD NVI LBLA
35 Los hijos de Esaú: Elifaz, Reuel, Jeús, Jaalam y Coré.36 Los hijos de Elifaz: Temán, Omar, Zefo, Gatam, Cenaz, Timna y Amalec.

Elifaz reprende a Job

Job 4.1-5.27 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Entonces respondió Elifaz, el temanita, y dijo:
2 «Si probamos a hablarte, te será molesto,
pero ¿quién podrá detener las palabras?
3 Tú enseñabas a muchos
y fortalecías las manos debilitadas;
4 con tus palabras sostenías al que tropezaba
y afirmabas las rodillas que decaían.
5 Mas ahora que el mal ha venido sobre ti, te desalientas;
al alcanzarte, te conturbas.
6 ¿No has puesto en temer a Dios tu confianza?
¿No has puesto tu esperanza en la integridad de tus caminos?
7 »Piensa ahora: ¿qué inocente se pierde?
¿Dónde los rectos son destruidos?
8 Yo he visto que quienes cultivan iniquidad
y siembran injuria, eso mismo cosechan.
9 Perecen por el aliento de Dios;
por el soplo de su ira son consumidos.
10 Los rugidos del león, los bramidos del que ruge
y los dientes de sus cachorros son quebrantados.
11 El león viejo perece por falta de presa,
y los hijos de la leona se dispersan.
12 »El asunto me llegó como un susurro;
mis oídos lograron percibirlo.
13 En la imaginación de visiones nocturnas,
cuando el sueño cae sobre los hombres,
14 me sobrevino un espanto y un temblor
que estremeció todos mis huesos:
15 y al pasar un soplo por delante de mí,
se erizó el pelo de mi cuerpo.
16 Delante de mis ojos se detuvo un fantasma
cuyo rostro no reconocí,
y lo oí decir muy quedo:
17 “¿Será el mortal más justo que Dios?
¿Será el hombre más puro que el que lo hizo?
18 Si ni siquiera en sus siervos confía,
y aun en sus ángeles descubre el error,
19 ¡cuánto más en los que habitan en casas de barro
cimentadas en el polvo,
que serán aplastadas como la polilla!
20 De la mañana a la tarde son destruidos,
y se pierden para siempre sin haber quien repare en ello.
21 Su belleza se pierde con ellos,
y mueren sin haber adquirido sabiduría”.
1 »Ahora, pues, da voces, a ver quién te responde.
¿A cuál de los santos te volverás?
2 Es cierto que al necio lo mata la ira
y al codicioso lo consume la envidia.
3 Yo he visto que el necio echaba raíces,
y en la misma hora maldije su morada.
4 Sus hijos carecerán de socorro:
en la puerta serán quebrantados
y no habrá quien los libre.
5 Su cosecha se la comerán los hambrientos,
sacándola de entre los espinos;
y los sedientos se beberán su hacienda.
6 Porque la aflicción no sale del polvo
ni la fatiga brota de la tierra.
7 Pero como las chispas se levantan para volar por el aire,
así el hombre nace para la desdicha.
8 Ciertamente yo buscaría a Dios
y le encomendaría mi causa.
9 Él hace cosas grandes e inescrutables,
y maravillas sin número.
10 Derrama la lluvia sobre la faz de la tierra
y envía las aguas sobre los campos.
11 Pone en alto a los humildes
y a los enlutados da seguridad.
12 Frustra los pensamientos de los astutos,
para hacer vana la obra de sus manos.
13 Atrapa a los sabios en su propia astucia
y frustra los planes de los perversos.
14 De día tropiezan con tinieblas;
a mediodía andan a tientas, como de noche.
15 Él libra de la espada al pobre, de la boca de los malvados
y de la mano del violento;
16 por eso, el necesitado tiene esperanza,
pero la iniquidad cierra la boca.
17 »Bienaventurado es el hombre a quien Dios corrige;
por tanto, no desprecies la reprensión del Todopoderoso.
18 Porque él es quien hace la herida, pero él la venda;
él golpea, pero sus manos curan.
19 En seis tribulaciones te librará,
y en la séptima no te tocará el mal.
20 En tiempo de hambre te salvará de la muerte,
y del poder de la espada en la guerra.
21 Del azote de la lengua serás protegido
y no temerás cuando venga la destrucción.
22 De la destrucción y del hambre te reirás
y no temerás a las fieras del campo,
23 pues aun con las piedras del campo harás un pacto
y las fieras del campo estarán en paz contigo.
24 Sabrás que hay paz en tu tienda:
visitarás tu morada y nada te faltará.
25 Asimismo verás que tu descendencia es mucha,
que tu prole es como la hierba de la tierra.
26 Llegarás con vigor a la sepultura,
como gavilla de trigo recogido a su tiempo.
27 Nosotros lo hemos inquirido, y esto es así.
Escúchalo y conócelo para tu propio provecho».

Enero 19
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Enero 19

Job reprocha la actitud de sus amigos

Job 6.1-7.21 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Respondió entonces Job y dijo:
2 «¡Ojalá pudieran pesarse mi queja y mi tormento,
y fueran puestos igualmente en la balanza!
3 Pesarían ahora más que la arena del mar.
Por eso mis palabras han sido precipitadas,
4 porque las flechas del Todopoderoso se me han clavado,
su veneno lo ha bebido mi espíritu
y los terrores de Dios combaten contra mí.
5 ¿Acaso gime el asno montés junto a la hierba?
¿Acaso muge el buey junto a su pasto?
6 ¿Acaso se come sin sal lo desabrido
o tiene sabor la clara del huevo?
7 Las cosas que yo ni siquiera quería tocar
son ahora mi alimento.
8 »¡Quién diera que se cumpliese mi petición,
que Dios me otorgara lo que anhelo:
9 que agradara a Dios destruirme,
que soltara su mano y acabara conmigo!
10 Sería entonces mi consuelo,
cuando el dolor me asaltara sin tregua,
no haber renegado de las palabras del Santo.
11 ¿Cuál es mi fuerza para seguir esperando?
¿Cuál es mi fin para seguir teniendo paciencia?
12 ¿Soy acaso tan fuerte como las piedras?
¿Es mi carne como el bronce?
13 ¿No es cierto que ni aun a mí mismo me puedo valer
y que carezco de todo auxilio?
14 El que sufre es consolado por su compañero,
incluso aquel que abandona el temor del Omnipotente.
15 Pero mis hermanos me han traicionado como un torrente;
han pasado como las corrientes impetuosas
16 que bajan turbias por el deshielo
y mezcladas con la nieve,
17 que al tiempo del calor se secan,
y al calentarse desaparecen en su cauce.
18 Los caminantes se apartan de su rumbo
y se pierden en el desierto.
19 Las buscan las caravanas de Temán,
y los caminantes de Sabá esperan en ellas;
20 pero se frustra su esperanza
al venir hasta ellas y verse defraudados.
21 Ahora, ciertamente como ellas sois vosotros,
pues habéis visto el horror y tenéis miedo.
22 ¿Es que yo os he dicho: “Traedme algo,
y pagad por mí de vuestra hacienda”,
23 o “Libradme de manos del opresor,
y redimidme del poder de los violentos”?
24 »Instruidme, y yo callaré;
hacedme entender en qué he errado.
25 ¡Cuán provechosas son las palabras rectas!
Pero ¿qué reprocha vuestra censura?
26 ¿Pretendéis censurar las palabras
y los discursos de un desesperado, que son como el viento?
27 Vosotros os arrojáis sobre el huérfano
y caváis una fosa para vuestro amigo.
28 »Ahora, pues, si queréis, miradme,
y ved si estoy mintiendo ante vosotros.
29 Consideradlo ahora de nuevo, y no haya maldad;
volved a considerar mi justicia en esto.
30 ¿Es que hay iniquidad en mi lengua,
o acaso no puede mi paladar discernir lo malo?
1 ¿No es acaso una lucha la vida del hombre sobre la tierra,
y sus días como los días del jornalero?
2 Como el siervo suspira por la sombra
o como el jornalero espera el salario de su trabajo,
3 así yo he recibido meses de desengaño
y noches de sufrimiento me tocaron en suerte.
4 Cuando estoy acostado, digo: “¿Cuándo me levantaré?”.
Mas la noche es larga y estoy lleno de inquietudes hasta el alba.
5 Mi carne está vestida de gusanos y costras de polvo;
mi piel hendida y abierta, supura.
6 Mis días corren más veloces que la lanzadera del tejedor,
y perecen sin esperanza.
7 »Acuérdate de que mi vida es un soplo
y de que mis ojos no volverán a ver el bien.
8 Los ojos de quienes me ven, no me verán más.
Y tú fijarás tus ojos en mí, pero ya no seré.
9 Como nube que se desvanece y pasa,
así el que desciende al seol no subirá de allí;
10 no volverá más a su casa,
ni su lugar volverá a reconocerlo.
11 »Por tanto, no refrenaré mi boca,
sino que hablaré en la angustia de mi espíritu
y me quejaré en la amargura de mi alma.
12 ¿Acaso soy yo el mar, o un monstruo marino,
para que me pongas vigilancia?
13 Cuando digo: “Mi lecho me consolará,
mi cama aliviará mis quejas”,
14 entonces me atemorizas con sueños
y me aterras con visiones.
15 Por eso tuve por mejor ser estrangulado,
y quise la muerte más que a mis huesos.
16 ¡Aborrezco mi vida! No he de vivir para siempre;
¡déjame, pues, ya que mis días solo son vanidad!
17 ¿Qué es el hombre para que lo engrandezcas,
para que pongas en él tu corazón
18 y lo visites todas las mañanas,
y a cada momento lo pruebes?
19 ¿Cuándo apartarás de mí tu mirada
y me soltarás para tragar siquiera mi saliva?
20 Aunque haya pecado, ¿qué mal puedo hacerte a ti, Guarda de los hombres?
¿Por qué me pones por blanco tuyo,
hasta convertirme en una carga para mí mismo?
21 ¿Y por qué no borras mi rebelión y perdonas mi iniquidad?
Pues pronto dormiré en el polvo,
y aunque me busques temprano, no existiré».

Bildad proclama la justicia de Dios

Job 8.1-22 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Respondió Bildad, el suhita, y dijo:
2 «¿Hasta cuándo hablarás tales cosas
y las palabras de tu boca serán como un viento impetuoso?
3 ¿Acaso torcerá Dios el derecho
o pervertirá el Todopoderoso la justicia?
4 Si tus hijos pecaron contra él,
él les hizo cargar con su pecado.
5 Si tú desde temprano buscas a Dios
y ruegas al Todopoderoso;
6 si eres puro y recto,
ciertamente él velará por ti
y hará prosperar la morada de tu justicia.
7 Y aunque tu principio haya sido pequeño,
tu estado, al final, será engrandecido.
8 »Pregunta tú ahora a las generaciones pasadas
y disponte a interrogar a los padres de ellas;
9 pues nosotros somos de ayer y nada sabemos,
ya que nuestros días sobre la tierra son como una sombra.
10 ¿No te enseñarán ellos, te hablarán
y sacarán palabras de su corazón?
11 »¿Crece el junco donde no hay lodo?
¿Crece el prado donde no hay agua?
12 Con todo, aun en su verdor y sin haber sido cortado
se seca antes que toda otra hierba.
13 Tales son los caminos de todos los que se olvidan de Dios;
y así perecerá la esperanza del impío,
14 porque su esperanza es apenas como un hilo,
y su confianza, como una tela de araña.
15 Si se apoya en su casa, ella no permanecerá en pie;
si se agarra a ella, no resistirá.
16 Es como un árbol que está verde plantado al sol,
y cuyos renuevos salen por encima de su huerto;
17 se van entretejiendo sus raíces junto a una fuente
y se enlazan hasta llegar al lugar pedregoso.
18 Pero si lo arrancan de su lugar,
este lo negará, diciendo: “Nunca te había visto”.
19 Ciertamente así será el gozo de su camino,
y otros nacerán del polvo.
20 »Dios no desecha al íntegro
ni ofrece apoyo a la mano del maligno.
21 Él llenará aún tu boca de risas,
y tus labios de júbilo.
22 Los que te aborrecen serán cubiertos de confusión:
la morada de los impíos perecerá».

Enero 20
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Enero 20

La sabiduría y el poder de Dios

Job 9.1-35 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Respondió Job y dijo:
2 «Ciertamente yo sé que esto es así:
¿Cómo se justificará el hombre delante de Dios?
3 Si pretendiera discutir con él,
no podría responderle a una cosa entre mil.
4 Él es sabio de corazón y poderoso en fuerzas,
¿a quién, si quisiera resistirle, le iría bien?
5 Él arranca los montes con su furor,
sin que ellos sepan quién los trastornó.
6 Él remueve de su lugar la tierra,
y hace temblar sus columnas.
7 Si él lo ordena, el sol no sale,
y él es quien pone sello a las estrellas.
8 Él solo extiende los cielos,
y anda sobre las olas del mar.
9 Él hizo la Osa y el Orión,
las Pléyades y los más remotos lugares del sur.
10 Él hace cosas grandes e incomprensibles,
maravillosas y sin número.
11 Él pasa delante de mí, y yo no lo veo;
pasa junto a mí sin que yo lo advierta.
12 Si arrebata alguna cosa ¿quién hará que la restituya?
¿Quién le dirá: “Qué haces”?
13 »Dios no volverá atrás su ira,
y bajo él se postran los que ayudan a los soberbios;
14 pues ¿cuánto menos podré yo replicarle
y escoger mis palabras frente a él?
15 Aunque yo fuera justo, no podría responderle;
solo puedo rogarle, a él que es mi juez.
16 Ni aun si lo invocara y él me respondiera,
creería yo que ha escuchado mi voz.
17 Porque él me quebranta con tempestad,
aumenta sin causa mis heridas
18 y no me concede que tome aliento,
sino que me llena de amarguras.
19 Si hablamos de su fuerza, por cierto que es poderosa;
si de juicio, ¿quién lo emplazará?
20 Aunque yo me justificara, mi propia boca me condenaría;
aunque fuera perfecto, él me declararía culpable.
21 Aun siendo yo íntegro, él no me tomaría en cuenta,
¡despreciaría mi vida!
22 Una cosa me resta por decir:
que al perfecto y al impío él los destruye.
23 Si un azote mata de repente,
él se ríe del sufrimiento de los inocentes.
24 La tierra es entregada en manos de los impíos,
y él cubre el rostro de sus jueces.
Y si no es él, ¿quién es?, ¿dónde está?
25 Mis días han sido más ligeros que un correo;
huyeron sin haber visto el bien.
26 Pasaron cual naves veloces,
como el águila que se arroja sobre la presa.
27 Si digo: “Olvidaré mi queja,
cambiaré mi triste semblante y me esforzaré”,
28 entonces me turban todos mis dolores,
pues sé que no me tienes por inocente.
29 Y si soy culpable,
¿para qué trabajar en vano?
30 Aun cuando me lave con agua de nieve
y limpie mis manos con lejía,
31 aun así me hundirás en el hoyo,
y hasta mis propios vestidos me aborrecerán.
32 ȃl no es un hombre como yo, para que yo le replique
y comparezcamos juntos en un juicio.
33 No hay entre nosotros árbitro
que ponga su mano sobre ambos,
34 para que él aparte de mí su vara,
y su terror no me espante.
35 Con todo, yo le hablaré sin temor,
porque me consta que no soy así.

Job lamenta su condición

Job 10.1-22 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 »¡Mi alma está hastiada de mi vida!
Voy a dar libre curso a mi queja,
hablaré con amargura de mi alma.
2 Diré a Dios: “No me condenes,
sino hazme entender por qué contiendes conmigo.
3 ¿Te parece bien oprimirme,
desechar la obra de tus manos
y favorecer los designios de los impíos?
4 ¿Acaso son de carne tus ojos?
¿Ves tú las cosas como las ve el hombre?
5 ¿Son tus días como los días del hombre,
o tus años como el tiempo de los seres humanos,
6 para que estés al acecho de mi iniquidad
y andes indagando tras mi pecado,
7 aun sabiendo que no soy impío
y que nadie podría librarme de tu mano?
8 Tus manos me hicieron y me formaron,
¿y luego te vuelves y me deshaces?
9 Acuérdate de que como a barro me diste forma,
¿y en polvo me has de volver?
10 ¿No me vertiste como leche,
y como queso me cuajaste?
11 Me vestiste de piel y carne,
me tejiste con huesos y nervios,
12 me concediste vida y misericordia,
y tu cuidado ha guardado mi espíritu.
13 Pero tú ocultas algo en tu corazón,
y yo sé que lo tienes presente:
14 observar si yo pecaba,
y no tenerme por limpio de mi iniquidad.
15 Si soy malo, ¡ay de mí!,
y si soy justo, no levantaré la cabeza,
hastiado cual estoy de deshonra y de verme afligido.
16 Si alzo la cabeza, como un león, me das caza
y haces contra mí maravillas.
17 Renuevas tus pruebas contra mí,
y contra mí aumentas tu furor como tropas de relevo.
18 »¿Por qué me sacaste de la matriz?
Habría expirado y nadie me habría visto.
19 Sería como si nunca hubiera existido,
llevado del vientre a la sepultura.
20 ¿No son pocos mis días?
¡Déjame, pues! Apártate de mí, para que pueda consolarme un poco
21 antes que vaya para no volver,
a la tierra de las tinieblas y la sombra de muerte,
22 a la tierra de la oscuridad y el desorden,
lóbrega como sombra de muerte,
donde la luz es como densas tinieblas”».

Acusaciones de Zofar

Job 11.1-20 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Respondió Zofar, el naamatita, y dijo:
2 «¿Las muchas palabras no habrán de tener respuesta?
El hombre que habla mucho, ¿será por ello justificado?
3 ¿Harán tus falacias callar a los hombres?
¿Te burlarás, sin que nadie te avergüence?
4 Tú dices: “Mi doctrina es recta,
y yo soy puro delante de tus ojos”.
5 Mas ¡ah, quién diera que Dios hablara,
que abriera para ti sus labios
6 y te declarara los secretos de la sabiduría,
que son de doble valor que las riquezas!
Sabrías entonces que Dios te ha castigado menos de lo que tu iniquidad merece.
7 »¿Descubrirás tú los secretos de Dios?
¿Llegarás a la perfección del Todopoderoso?
8 Es más alta que los cielos: ¿qué harás?
Es más profunda que el seol: ¿cómo la conocerás?
9 En longitud sobrepasa a la tierra,
y es más ancha que el mar.
10 Si él pasa y aprisiona, y si llama a juicio,
¿quién podrá oponérsele?
11 Y si él conoce a los hombres vanos,
al ver asimismo la iniquidad, ¿no hará caso?
12 Pero un hombre vano será inteligente
cuando la cría del asno montés nazca hombre.
13 »Si tú dispones tu corazón,
y tiendes hacia Dios las manos;
14 si alguna iniquidad hay en tus manos, pero la apartas de ti,
y no consientes que more en tu casa la injusticia,
15 entonces levantarás tu rostro limpio de mancha,
serás fuerte y nada temerás.
16 Olvidarás tu miseria,
o te acordarás de ella como de aguas que pasaron.
17 La vida te será más clara que el mediodía;
aunque oscurezca, será como la mañana.
18 Tendrás confianza, porque hay esperanza;
mirarás alrededor y dormirás seguro.
19 Te acostarás y no habrá quien te espante;
y muchos suplicarán tu favor.
20 Pero los ojos de los malos se consumirán;
no encontrarán refugio,
y toda su esperanza será dar su último suspiro».

El gobierno universal de Dios

Job 12.1-25 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Respondió entonces Job diciendo:
2 «Ciertamente vosotros sois el pueblo,
y con vosotros morirá la sabiduría.
3 Pero yo también tengo entendimiento, lo mismo que vosotros;
¡no soy menos que vosotros!
¿Y quién habrá que no pueda decir otro tanto?
4 Yo soy uno de quien su amigo se mofa;
uno que invoca a Dios, y él le responde;
uno justo e íntegro que es escarnecido.
5 Aquel cuyos pies están a punto de resbalar
es como una lámpara despreciada
por el que se siente seguro.
6 Prosperan las casas de los ladrones
y viven seguros los que provocan a Dios,
que ha puesto en sus manos cuanto tienen.
7 »Pregunta ahora a las bestias y ellas te enseñarán;
a las aves de los cielos, y ellas te lo mostrarán;
8 o habla a la tierra y ella te enseñará;
y los peces del mar te lo declararán también.
9 ¿Cuál entre todos ellos no entiende
que la mano de Jehová lo hizo?
10 En su mano está el alma de todo viviente
y el hálito de todo el género humano.
11 »Ciertamente el oído distingue las palabras
y el paladar saborea las viandas.
12 En los ancianos está la ciencia
y en la mucha edad la inteligencia.
13 Pero con Dios están la sabiduría y el poder:
suyo es el consejo y la inteligencia.
14 Si él derriba, no hay quien edifique;
si encierra al hombre, no hay quien le abra.
15 Si detiene las aguas, todo se seca;
si las suelta, arrasan la tierra.
16 Con él están el poder y la sabiduría;
suyos son el que yerra y el que hace errar.
17 Lleva despojados de consejo a los consejeros
y entontece a los jueces.
18 Rompe las cadenas de los tiranos
y ata una soga a su cintura.
19 Lleva despojados a los sacerdotes
y trastorna a los poderosos.
20 Quita la palabra a los que hablan con seguridad
y priva de discernimiento a los ancianos.
21 Derrama desprecio sobre los príncipes
y desata el cinto de los fuertes.
22 Descubre las profundidades de las tinieblas
y saca a luz la sombra de muerte.
23 Multiplica las naciones y las destruye;
las dispersa y las vuelve a reunir.
24 Quita el entendimiento a los jefes del pueblo de la tierra,
los hace vagar como por un desierto sin camino,
25 y van a tientas, como en tinieblas, sin luz;
y los hace errar como borrachos.

Enero 21
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Enero 21

Job defiende su integridad espiritual

Job 13.1-28 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 »Todas estas cosas han visto mis ojos,
y han oído y entendido mis oídos.
2 Como vosotros lo sabéis, lo sé yo:
no soy menos que vosotros.
3 Mas yo querría hablar con el Todopoderoso,
querría razonar con Dios.
4 Vosotros, ciertamente, sois fraguadores de mentira;
todos vosotros sois médicos inútiles.
5 ¡Ojalá os callarais por completo,
pues así demostraríais sabiduría!
6 Escuchad ahora mi razonamiento;
estad atentos a los argumentos de mis labios.
7 ¿Hablaréis iniquidad por defender a Dios?
¿Hablaréis con engaño por defenderle?
8 ¿Seréis parciales con las personas para favorecerlo?
¿Lucharéis vosotros en defensa de Dios?
9 ¡Bueno sería que él os examinara!
¿Os burlaréis de él como quien se burla de un hombre?
10 Él sin duda os reprochará,
si solapadamente sois parciales con las personas.
11 De cierto su majestad os habría de espantar;
su pavor habría de caer sobre vosotros.
12 ¡Vuestras máximas son refranes de ceniza
y vuestros baluartes son baluartes de lodo!
13 »Escuchadme, yo hablaré,
y que me venga después lo que venga.
14 ¿Por qué he de arrancar yo mi carne con mis dientes
y he de tomar mi vida en mis manos?
15 Aunque él me mate, en él esperaré.
Ciertamente defenderé delante de él mis caminos,
16 y él mismo será mi salvación,
porque el impío no podrá entrar en su presencia.
17 Escuchad con atención mi razonamiento,
y mi declaración penetre en vuestros oídos.
18 Si yo ahora expongo mi causa,
sé que seré justificado.
19 ¿Quién quiere contender conmigo?
Porque si ahora callo, moriré.
20 »Haz conmigo tan solo dos cosas,
y entonces no me esconderé de tu rostro:
21 Aparta de mí tu mano,
y que no me espante tu terror.
22 Llámame luego y yo responderé;
o yo hablaré y tú me responderás.
23 ¿Cuántas son mis iniquidades y pecados?
Hazme entender mi transgresión y mi pecado.
24 ¿Por qué escondes tu rostro
y me tienes por enemigo?
25 ¿Vas a quebrantar la hoja que arrebata el viento
y perseguir una paja seca?
26 ¿Por qué dictas amarguras contra mí
y me cargas con los pecados de mi juventud?
27 Pones además mis pies en el cepo,
vigilas todos mis caminos
y pones cerco a las plantas de mis pies.
28 Así mi cuerpo se va gastando como comido de carcoma,
como un vestido que roe la polilla.

Job discurre sobre la brevedad de la vida

Job 14.1-22 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 »El hombre, nacido de mujer,
corto de días y hastiado de sinsabores,
2 brota como una flor y es cortado,
huye como una sombra y no permanece.
3 ¿Sobre él abres tus ojos
y lo traes a juicio contigo?
4 ¿Quién hará puro lo inmundo?
¡Nadie!
5 Ciertamente sus días están determinados
y tú has fijado el número de sus meses:
le has puesto límites, que no traspasará.
6 Si tú lo abandonas, él dejará de ser;
entre tanto, como el jornalero, disfrutará de su jornada.
7 »El árbol, aunque lo corten,
aún tiene la esperanza de volver a retoñar,
de que no falten sus renuevos.
8 Aunque en la tierra envejezca su raíz
y muera su tronco en el polvo,
9 al percibir el agua reverdecerá
y hará copa como una planta nueva.
10 En cambio el hombre muere y desaparece.
Perece el hombre, ¿y dónde estará?
11 Como se evaporan las aguas en el mar,
y el río se agota y se seca,
12 así el hombre yace y no vuelve a levantarse.
Mientras exista el cielo, no despertará
ni se levantará de su sueño.
13 ¡Ojalá me escondieras en el seol,
me ocultaras hasta apaciguarse tu ira!
¡Ojalá me pusieras plazo para acordarte de mí!
14 El hombre que muere, ¿volverá a vivir?
Todos los días de mi vida esperaré,
hasta que llegue mi liberación.
15 Entonces llamarás y yo te responderé;
tendrás afecto a la obra de tus manos.
16 Pero ahora cuentas mis pasos
y no das tregua a mi pecado;
17 tienes sellada en un saco mi transgresión,
encerrada mi iniquidad.
18 »Ciertamente un monte derrumbado se deshace,
las peñas son removidas de su lugar
19 y las piedras se desgastan con el agua
que el polvo de la tierra arrastra impetuosa.
De igual manera haces tú perecer la esperanza del hombre.
20 Para siempre prevalecerás sobre él, y él se irá;
demudarás su rostro y lo despedirás.
21 Si sus hijos reciben honores, no lo sabrá;
si son humillados, no se enterará.
22 Pero sentirá el dolor de su propia carne,
y se afligirá en él su alma».

Elifaz reprende a Job

Job 15.1-35 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Respondió Elifaz, el temanita, y dijo:
2 «¿Responderá el sabio con vana sabiduría
y llenará su vientre de viento del este?
3 ¿Disputará con palabras inútiles
y con razones sin provecho?
4 Tú también destruyes el temor a Dios,
y menoscabas la oración delante de él.
5 Por cuanto tu boca ha revelado tu iniquidad,
habiendo escogido el hablar con astucia,
6 tu propia boca te condenará, no yo;
y tus labios testificarán contra ti.
7 »¿Acaso naciste tú antes que Adán?
¿Fuiste formado antes que los collados?
8 ¿Oíste tú acaso el secreto de Dios?
¿Está limitada a ti la sabiduría?
9 ¿Qué sabes tú que nosotros no sepamos?
¿Qué entiendes tú que nosotros no entendamos?
10 Cabezas canas y hombres muy ancianos hay entre nosotros,
mucho más avanzados en días que tu padre.
11 ¿En tan poco tienes el consuelo que viene de Dios
y las amables palabras que se te dicen?
12 ¿Por qué tu corazón te arrebata
y por qué guiñan tus ojos,
13 para que contra Dios vuelvas tu espíritu,
y lances tales palabras por tu boca?
14 ¿Qué cosa es el hombre para que sea puro,
para que se justifique el nacido de mujer?
15 Dios en sus santos no confía,
y ni aun los cielos son puros delante de sus ojos;
16 ¿cuánto menos el hombre, este ser abominable y vil
que bebe la iniquidad como agua?
17 »Escúchame, pues yo te voy a mostrar
y a contar lo que he visto,
18 lo que los sabios nos contaron
de sus padres, y no lo ocultaron:
19 que únicamente a ellos fue dada la tierra,
y que ningún extraño pasó por en medio de ellos.
20 Todos sus días, el impío es atormentado de dolor,
y el número de sus años le está escondido al violento.
21 Estruendos espantosos resuenan en sus oídos,
y en la prosperidad el asolador vendrá sobre él.
22 Él no cree que volverá de las tinieblas,
y está descubierto frente a la espada.
23 Vaga errante, tras el pan, diciendo: “¿Dónde está?”.
Sabe que le está preparado el día de tinieblas.
24 Tribulación y angustia lo turban,
y se lanzan contra él como un rey dispuesto para la batalla,
25 por cuanto él extendió su mano contra Dios
y se portó con soberbia contra el Todopoderoso.
26 Corrió contra él con el cuello erguido,
tras la espesa barrera de sus escudos.
27 Aunque la grasa cubra su rostro
y haga pliegues en sus costados,
28 habitará en ciudades asoladas,
en casas desiertas y en ruinas.
29 No prosperará, ni durarán sus riquezas,
ni extenderá sus bienes por la tierra.
30 No escapará de las tinieblas,
la llama secará sus ramas
y con el aliento de la boca de Dios perecerá.
31 No confíe el iluso en la vanidad,
porque ella será su recompensa.
32 Él será cortado antes de tiempo
y sus renuevos no reverdecerán.
33 Como la vid, perderá sus uvas antes de madurar,
y esparcirá su flor como el olivo.
34 Porque la reunión de los impíos será asolada
y el fuego consumirá la casa del que soborna.
35 Concibieron dolor, dieron a luz iniquidad
y en sus entrañas traman engaño»

Enero 22
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Enero 22

Lamentaciones de Job

Job 16.1-17.16 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Respondió Job y dijo:
2 «Muchas veces he oído cosas como estas,
¡Consoladores molestos sois todos vosotros!
3 ¿Tendrán fin las palabras vacías?
¿Qué es lo que te anima a responder?
4 También yo podría hablar como vosotros,
si vuestra alma estuviera en lugar de la mía.
Yo podría hilvanar contra vosotros palabras,
y sobre vosotros mover la cabeza.
5 Pero os alentaría con mis palabras,
y el consuelo de mis labios calmaría vuestro dolor.
6 »Pero en mí, aunque yo hable, el dolor no cesa;
y aunque deje de hablar, no se aparta de mí.
7 Porque ahora él me ha fatigado;
ha asolado toda mi compañía.
8 Me ha llenado de arrugas: testigo es mi delgadez,
la cual se levanta contra mí para testificar en mi rostro.
9 Su furor me ha destrozado, me ha sido contrario;
cruje sus dientes contra mí:
contra mí aguza sus ojos mi enemigo.
10 Ellos han abierto contra mí su boca,
y han herido mis mejillas con afrenta:
¡contra mí se han juntado todos!
11 Dios me ha entregado al mentiroso,
en las manos de los impíos me ha hecho caer.
12 Yo vivía en prosperidad, y me desmenuzó;
me arrebató por la cerviz, me despedazó
y me puso por blanco suyo.
13 Me rodearon sus flecheros,
y él partió mis riñones sin compasión
y derramó mi hiel por tierra.
14 Me quebrantó de quebranto en quebranto;
corrió contra mí como un gigante.
15 Entonces cosí sobre mi piel tejidos ásperos
y puse mi cabeza en el polvo.
16 Mi rostro está hinchado por el llanto
y mis párpados entenebrecidos,
17 a pesar de no haber iniquidad en mis manos
y de ser pura mi oración.
18 »¡Tierra, no cubras mi sangre
ni haya en ti lugar para mi clamor!
19 En los cielos está mi testigo
y mi testimonio en las alturas.
20 Disputadores son mis amigos,
mas ante Dios derramaré mis lágrimas.
21 ¡Ojalá pudiera disputar el hombre con Dios
como con su prójimo!
22 Mas vienen los años, que están contados,
y yo me iré por el camino sin regreso.
1 Mi aliento se agota, se acortan mis días
y me está preparado el sepulcro.
2 No hay conmigo sino burladores;
en su provocación se fijan mis ojos.
3 »Sé tú, Dios, mi fiador, y sea junto a ti mi protección;
porque ¿quién, si no, querría responder por mí?
4 Pues del corazón de estos has escondido la inteligencia
y, por tanto, no los exaltarás.
5 ¡Desfallecerán los ojos de los hijos
del que por recompensa denuncia a sus amigos!
6 »Pero él me ha puesto por refrán de pueblos,
y delante de ellos he sido como un tamboril.
7 Mis ojos se han oscurecido de dolor
y todos mis pensamientos son como sombra.
8 Los rectos se asombrarán de esto
y el inocente se levantará contra el impío.
9 A pesar de todo, proseguirá el justo su camino
y el puro de manos aumentará la fuerza.
10 ¡Volved todos vosotros! ¡Venid ahora,
que no hallaré entre vosotros un solo sabio!
11 Han pasado mis días y han sido arrancados mis pensamientos,
los anhelos de mi corazón.
12 Ellos cambian la noche en día;
dicen que la luz se acerca después de las tinieblas.
13 Por más que yo espere, el seol es mi casa,
y yo haré mi cama en las tinieblas.
14 A la corrupción le digo: “Mi padre eres tú”,
y a los gusanos: “Sois mi madre y mi hermana”.
15 ¿Dónde, pues, estará ahora mi esperanza?
Y mi esperanza, ¿quién la verá?
16 A la profundidad del seol descenderán,
y descansaremos juntos en el polvo».

Bildad describe la suerte de los malos

Job 18.1-21 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Respondió Bildad, el suhita, y dijo:
2 «¿Cuándo pondréis fin a las palabras?
Pensad, y después hablemos.
3 ¿Por qué somos tenidos por bestias
y a vuestros ojos somos viles?
4 Tú, que te destrozas en tu furor,
¿será abandonada la tierra por tu causa,
o serán removidas de su lugar las peñas?
5 »Ciertamente la luz del impío se apaga
y no resplandecerá la llama de su fuego.
6 La luz se oscurece en su casa
y se apaga sobre él su lámpara.
7 Sus pasos vigorosos se acortan
y sus propios planes le hacen tropezar;
8 porque un lazo está puesto a sus pies
y entre redes camina;
9 un cepo atrapa su talón
y una trampa se afirma contra él.
10 La cuerda está escondida en la tierra
y la trampa lo aguarda en la senda.
11 De todas partes lo asaltan temores
y lo hacen huir desconcertado.
12 El hambre desgasta sus fuerzas
y a su lado está dispuesta la ruina.
13 La enfermedad roe su piel
y sus miembros devora el primogénito de la muerte.
14 De la confianza de su hogar es arrancado
y es conducido al rey de los espantos.
15 En su hogar mora como si no fuera suyo;
piedra de azufre es esparcida sobre su morada.
16 Por abajo se secan sus raíces
y por arriba son cortadas sus ramas.
17 Su recuerdo se borra de la tierra
y no tiene nombre en las calles.
18 De la luz es lanzado a las tinieblas
y es arrojado fuera del mundo.
19 No tiene hijo ni nieto en su pueblo,
ni quien le suceda en sus moradas.
20 De su día se espantan los de occidente,
y el pavor caerá sobre los de oriente.
21 Tales son ciertamente las moradas del impío,
y ese es el lugar del que no conoce a Dios».

Job confía en que Dios lo justificará

Job 19.1-29 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Respondió entonces Job y dijo:
2 «¿Hasta cuándo angustiaréis mi alma
y me moleréis con palabras?
3 Ya me habéis insultado diez veces,
¿no os avergonzáis de injuriarme?
4 Aun siendo verdad que yo haya errado,
sobre mí recaería mi error.
5 Pero si vosotros os jactáis contra mí,
y contra mí alegáis mi oprobio,
6 sabed ahora que Dios me ha derribado,
y me ha atrapado en su red.
7 Yo grito: “¡Agravio!”, pero no se me oye;
doy voces, pero no se me hace justicia.
8 Dios ha cercado con valla mi camino y no puedo pasar;
y sobre mis veredas ha tendido tinieblas.
9 Me ha despojado de mi gloria
y ha quitado la corona de mi cabeza.
10 Por todos lados me ha arruinado, y perezco;
ha hecho que pase mi esperanza como un árbol arrancado.
11 Hace arder contra mí su furor
y me tiene por uno de sus enemigos.
12 A una vienen sus ejércitos, se atrincheran contra mí,
y acampan en derredor de mi morada.
13 »Hace que de mí se alejen mis hermanos,
y que mis conocidos, como extraños, se aparten de mí.
14 Mis parientes se detienen;
mis conocidos me olvidan.
15 Los moradores de mi casa y mis criadas me tienen por extraño;
forastero soy yo ante sus ojos.
16 Llamo a mi siervo y no responde,
aun cuando con mi propia boca le suplico.
17 Mi aliento ha venido a ser extraño a mi mujer,
aunque por los hijos de mis entrañas le rogaba.
18 Incluso los muchachos me desprecian,
y al levantarme hablan contra mí.
19 Todos mis íntimos amigos me aborrecen;
los que yo amo se vuelven contra mí.
20 Mi piel y mi carne se han pegado a mis huesos,
y he escapado con solo la piel de mis dientes.
21 ¡Vosotros, mis amigos, tened compasión de mí!
¡Tened compasión de mí,
porque la mano de Dios me ha tocado!
22 ¿Por qué vosotros me perseguís, lo mismo que Dios,
y ni aun de mi carne os saciáis?
23 »¡Quién diera ahora que mis palabras fueran escritas!
¡Quién diera que se escribiesen en un libro,
24 o que con cincel de hierro y con plomo
fueran esculpidas en piedra para siempre!
25 Pero yo sé que mi Redentor vive,
y que al fin se levantará sobre el polvo,
26 y que después de deshecha esta mi piel,
en mi carne he de ver a Dios.
27 Lo veré por mí mismo;
mis ojos lo verán, no los de otro.
Pero ahora mi corazón se consume dentro de mí.
28 »Deberíais decir: “¿Por qué lo perseguimos,
si la raíz de su situación está en él mismo?”.
29 ¡Temed vosotros delante de la espada,
porque sobreviene el furor de la espada a causa de las injusticias!
¡Sabed, pues, que hay un juicio!».

Enero 23
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Enero 23

Zofar describe las calamidades de los malos

Job 20.1-29 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Respondió Zofar, el naamatita, y dijo:
2 «Por cierto mis pensamientos me hacen responder,
y por eso me apresuro.
3 He escuchado una reprensión afrentosa
y mi inteligencia me inspira la respuesta.
4 ¿No sabes que siempre fue así,
que desde el tiempo en que fue puesto el hombre sobre la tierra,
5 la alegría de los malos es breve
y el gozo del impío solo dura un momento?
6 Aunque se enaltezca hasta el cielo
y su cabeza toque las nubes,
7 como su estiércol, perecerá para siempre;
y los que lo hayan visto dirán: “¿Qué es de él?”.
8 Como un sueño volará y no será hallado;
se disipará como una visión nocturna.
9 El ojo que lo veía, nunca más lo verá,
ni su lugar lo conocerá más.
10 Sus hijos solicitarán el favor de los pobres
y sus manos devolverán lo que él robó.
11 Sus huesos, llenos aún de su juventud,
yacerán con él en el polvo.
12 Si el mal era dulce en su boca,
si lo ocultaba debajo de su lengua,
13 si lo saboreaba y no lo dejaba,
sino que lo retenía y paladeaba,
14 su comida se corromperá en sus entrañas
y será veneno de áspides dentro de él.
15 Devoró riquezas, pero las vomitará;
Dios las sacará de su vientre.
16 Veneno de áspides chupará;
lo matará la lengua de la víbora.
17 No verá más los arroyos, los ríos,
los torrentes de miel y de leche.
18 Restituirá sus ganancias y sus bienes
sin haberlos tragado ni gozado de ellos.
19 Por cuanto quebrantó y desamparó a los pobres,
y robó casas no edificadas por él,
20 por eso no tendrá sosiego su vientre
ni salvará nada de lo que codiciaba.
21 Nada quedó que él no devorara,
y por eso su bienestar no será duradero.
22 En la plenitud de su abundancia padecerá estrechez;
la mano de todos los malvados caerá sobre él.
23 Cuando se ponga a llenar su vientre,
Dios enviará sobre él el ardor de su ira,
y la hará llover sobre él y sobre su comida.
24 Huirá de las armas de hierro
y el arco de bronce lo atravesará.
25 La saeta lo traspasará, atravesará su cuerpo;
la punta reluciente saldrá por su hiel.
¡Sobre él vendrán terrores!
26 Una total tiniebla está reservada para sus tesoros;
un fuego no atizado los consumirá
y devorará lo que quede en su morada.
27 Los cielos descubrirán su iniquidad,
y la tierra se levantará contra él.
28 Los renuevos de su casa serán llevados de allí,
serán esparcidos en el día de su furor.
29 Esta es la suerte que Dios prepara al hombre impío,
la herencia que Dios le señala por su palabra».

Prosperidad y miseria de los malos

Job 21.1-34 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Entonces respondió Job y dijo:
2 «Oíd atentamente mi palabra
y, al menos, dadme consuelo.
3 Toleradme, y yo hablaré;
y burlaos después que haya hablado.
4 ¿Acaso me quejo yo de algún hombre?
Y ¿por qué no se ha de angustiar mi espíritu?
5 Miradme, espantaos
y tapaos la boca con la mano.
6 Aun yo mismo me horrorizo al acordarme
y el temblor estremece mi cuerpo.
7 »¿Por qué viven los impíos
y envejecen, y aun crecen sus riquezas?
8 Su linaje se robustece ante su vista
y sus descendientes están delante de sus ojos.
9 Sus casas están libres de temor,
ningún azote de Dios viene sobre ellos.
10 Sus toros engendran sin fallar
y sus vacas paren sin que su cría se malogre.
11 Salen sus pequeñuelos como en manada,
sus hijos andan saltando.
12 Saltan al son del tamboril y de la cítara,
se regocijan al son de la flauta.
13 Pasan sus días en prosperidad
y en paz descienden al seol,
14 pese a que dicen a Dios: “Apártate
porque no queremos conocer tus caminos.
15 ¿Quién es el Todopoderoso para que lo sirvamos?
¿De qué nos aprovechará que oremos a él?”.
16 Pero el bien de ellos no está en sus propias manos.
¡Lejos esté de mí el consejo de los malvados!
17 »¡Cuántas veces la lámpara de los impíos es apagada
y viene sobre ellos su quebranto,
y Dios en su ira les reparte dolores!
18 Son como la paja delante del viento,
como el tamo que arrebata el torbellino.
19 ¡Dios guarda para los hijos de ellos su violencia!
¡Él le dará su merecido, para que aprenda!
20 Verá con sus propios ojos su quebranto
y beberá de la ira del Todopoderoso.
21 ¿Qué deleite tendrá él de su casa después de sí,
cuando se haya cortado la cuenta de sus meses?
22 ¿Enseñará alguien a Dios sabiduría,
cuando es él quien juzga a los que están elevados?
23 Uno muere en la plenitud de su vigor,
del todo próspero y en paz;
24 sus vasijas están llenas de leche
y sus huesos rellenos de tuétano.

25 Otro, en cambio, muere con el ánimo amargado,
sin haber comido jamás con gusto.
26 Pero ambos por igual yacerán en el polvo,
cubiertos de gusanos.

27 »Yo conozco vuestros pensamientos
y lo que en vuestra imaginación forjáis contra mí.
28 Porque decís: “¿Qué hay de la casa del príncipe
y de la morada donde viven los malvados?”
29 ¿No habéis preguntado a los que pasan por el camino?
¿No habéis conocido su respuesta,
30 que el malo es preservado en el día de la destrucción
y que estará a salvo en el día de la ira?
31 ¿Quién le denunciará en su cara su camino?
Por lo que él hizo, ¿quién le dará su merecido?
32 ¡Lo llevarán al cementerio
y velarán sobre su túmulo!
33 Los terrones del valle le serán dulces;
en pos de él desfila todo el mundo,
y antes de él, una muchedumbre incontable.
34 ¡Cuán vano es el consuelo que me dais!
Vuestras respuestas son pura falacia.»

Acusaciones de Elifaz

Job 22.1-30 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Respondió Elifaz, el temanita, y dijo:
2 «¿Podrá el hombre ser de provecho a Dios?
Si acaso, solo para sí mismo es provechoso el hombre sabio.
3 ¿Le satisface al Omnipotente que tú seas justo?
¿Le aprovecha de algo que tú hagas perfectos tus caminos?
4 ¿Acaso por tu piedad te castiga
o entra a juicio contigo?
5 Por cierto, tu maldad es grande
y tus iniquidades no tienen fin.
6 Sin razón tomabas prenda de tus hermanos
y despojabas de sus ropas a los desnudos.
7 No dabas de beber agua al cansado
y negaste el pan al hambriento.
8 ¡Tú, el hombre pudiente que poseía la tierra,
el distinguido que habitaba en ella,
9 a las viudas enviabas vacías
y quebrabas los brazos de los huérfanos!
10 Por eso estás rodeado de lazos
y te turba un espanto repentino;
11 estás en tinieblas, de modo que no ves,
y te cubre un torrente de agua.
12 »¿No está Dios en lo alto de los cielos?
¡Mira lo encumbrado de las estrellas, cuán elevadas están!
13 Y tú has dicho: “¿Qué sabe Dios?
¿Cómo juzgará a través de la oscuridad?
14 Rodeado de nubes, no puede ver
mientras pasea por los bordes del cielo”.
15 ¿Quieres tú acaso seguir la senda antigua,
la que siguieron los hombres perversos
16 que fueron cortados antes de tiempo,
cuyos cimientos se derramaron como un río?
17 Ellos decían a Dios: “¡Apártate de nosotros!”.
¿Y qué les había hecho el Omnipotente?
18 Había colmado de bienes sus casas.
¡Lejos de mí sea el consejo de ellos!
19 Lo verán los justos y se gozarán,
y el inocente se burlará de ellos diciendo:
20 “¡Nuestros adversarios fueron destruidos
y el fuego consumió lo que de ellos había quedado!”.
21 »Vuelve ahora en amistad con Dios y tendrás paz;
y la prosperidad vendrá a ti.
22 Toma ahora la Ley de su boca
y pon sus palabras en tu corazón.
23 Si te vuelves al Omnipotente, serás edificado
y alejarás de tu morada la aflicción.
24 Tendrás más oro que tierra:
como piedras de arroyo, oro de Ofir.
25 ¡El Todopoderoso será tu oro
y tendrás plata en abundancia!
26 Entonces te deleitarás en el Omnipotente
y alzarás a Dios tu rostro.
27 Orarás a él y él te oirá;
y tú cumplirás tus votos.
28 Asimismo lo que tú determines se realizará,
y sobre tus caminos resplandecerá la luz.
29 Cuando ellos estén abatidos, dirás tú: “¡Sean enaltecidos!”.
Entonces Dios salvará al de mirada humilde.
30 Él libertará al inocente;
por la pureza de tus manos será liberado».

Enero 24
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Enero 24

Job defiende su causa delante de Dios

Job 23.1-24.25 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Respondió Job y dijo:
2 «Hoy también hablaré con amargura,
porque es más grave mi llaga que mi gemido.
3 ¡Quién me diera el saber dónde hallar a Dios!
Yo iría hasta su morada,
4 expondría mi causa delante de él
y llenaría mi boca de argumentos.
5 Yo sabría lo que él me respondiese
y entendería lo que me dijera.
6 ¿Contendería conmigo con la grandeza de fuerza?
¡No, sino que él me atendería!
7 Allí el justo razonaría con él
y yo escaparía para siempre de mi juez.
8 »Si me dirijo al oriente, no lo encuentro;
si al occidente, no lo descubro.
9 Si él muestra su poder en el norte, yo no lo veo;
ni tampoco lo veo si se oculta en el sur.
10 Mas él conoce mi camino:
si me prueba, saldré como el oro.
11 Mis pies han seguido sus pisadas;
permanecí en su camino, sin apartarme de él.
12 Nunca me separé del mandamiento de sus labios,
sino que guardé las palabras de su boca más que mi comida.
13 »Pero si él decide una cosa, ¿quién lo hará cambiar?
Lo que desea, lo realiza.
14 Él, pues, llevará a término lo que ha decidido en cuanto a mí,
y muchas cosas semejantes que tiene en su propósito.
15 Por eso, me espanto en su presencia;
cuando lo considero, tiemblo a causa de él.
16 Dios ha enervado mi corazón;
me ha aterrado el Omnipotente.
17 ¿Por qué no fui aniquilado por las tinieblas?
¿Por qué no fue cubierto por la oscuridad mi rostro?
1 »Puesto que no son ocultos los tiempos al Todopoderoso,
¿por qué los que lo conocen no ven sus días?
2 Los malvados violan los linderos,
roban los ganados y los apacientan.
3 Se llevan el asno de los huérfanos
y toman en prenda el buey de la viuda.
4 Hacen apartar del camino a los necesitados
y todos los pobres de la tierra tienen que esconderse.
5 Como asnos monteses en el desierto,
salen los pobres, madrugando en busca de presa.
¡El desierto les da el sustento de sus hijos!
6 En el campo recogen sus espigas,
pero los malvados vendimian la viña ajena.
7 Al desnudo fuerzan a dormir sin ropa,
sin cobertura contra el frío.
8 En los montes se empapan con la lluvia
y se abrazan a las peñas faltos de refugio.
9 Quitan del pecho a los huérfanos,
y del pobre toman en prenda.
10 Al desnudo hacen caminar sin ropas
y a los hambrientos quitan las gavillas.
11 Dentro de sus muros exprimen el aceite;
pisan los lagares, pero mueren de sed.
12 En la ciudad gimen los moribundos
y clama el alma de los heridos de muerte,
pero Dios no atiende su oración.
13 »Ellos son los que, rebeldes a la luz,
no conocen sus caminos,
ni permanecen en sus sendas.
14 Al amanecer se levanta el asesino,
el que mata al pobre y al necesitado
y de noche es como un ladrón.
15 La noche está aguardando el ojo del adúltero,
del que dice: “No me verá nadie”,
y esconde su rostro.
16 En las tinieblas minan las casas
que de día para sí señalaron.
No conocen la luz.
17 La mañana es para todos ellos como sombra de muerte;
pues, si son reconocidos, terrores de sombra de muerte los asaltan.
18 »Huyen ligeros como corriente de aguas,
su porción es maldita en la tierra
y no andarán por el camino de las viñas.
19 Como la sequía y el calor arrebatan las aguas de la nieve,
así también el seol a los pecadores.
20 De ellos se olvidará el seno materno;
de su dulzor gustarán los gusanos;
nunca más habrá de ellos memoria:
¡Como un árbol serán talados los impíos!
21 »Afligió a la mujer estéril, la que no concebía,
y nunca se portó bien con la viuda.
22 En cambio, aventaja en poder a los fuertes.
¡Cuando se levanta, nadie está seguro de su vida!
23 »Dios les da seguridad y confianza,
pero sus ojos vigilan los caminos de ellos.
24 Por un momento son exaltados, pero pronto desaparecen
y son abatidos como todos los demás:
encerrados son y cortados como cabezas de espiga.
25 ¿O no es esto así? ¿Quién me desmentirá ahora
o reducirá a nada mis palabras?».

Bildad niega que el hombre pueda ser justificado delante de Dios

Job 25.1-6 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Respondió Bildad, el suhita, y dijo:
2 «El señorío y el temor están con él,
que hace la paz en las alturas.
3 ¿No son incontables sus ejércitos?
¿Sobre quién no está su luz?
4 ¿Cómo, pues, se justificará el hombre delante de Dios?
¿Cómo será puro el que nace de mujer?
5 Si ni aun la misma luna es resplandeciente
ni las estrellas son puras delante de sus ojos,
6 ¿cuánto menos el hombre, ese gusano,
ese gusano que es el hijo de hombre?».

Job proclama la soberanía de Dios

Job 26.1-14 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Respondió Job y dijo:
2 «¿En qué has ayudado al que no tiene fuerzas?
¿Cómo has protegido al brazo débil?
3 ¿Qué has aconsejado al que está falto de ciencia?
¿Qué plenitud de inteligencia has manifestado?
4 ¿A quién has dirigido tus palabras?
¿De quién es el espíritu que te inspira?
5 »Las sombras tiemblan en lo profundo,
los mares y cuanto en ellos mora.
6 El seol está descubierto delante de él
y el Abadón no tiene cobertura.
7 Él extiende el Norte sobre el vacío,
cuelga la tierra sobre la nada.
8 Encierra las aguas en sus nubes,
y las nubes no se rompen debajo de ellas.
9 Él encubre la faz de su trono
y sobre él extiende su nube.
10 Ha puesto límite a la superficie de las aguas,
hasta el confín de la luz y las tinieblas.
11 A su reprensión, las columnas del cielo
tiemblan y se espantan.
12 Él agita el mar con su poder
y con su entendimiento lo hiere en su arrogancia.
13 Su espíritu adorna los cielos;
su mano traspasó a la serpiente tortuosa.
14 ¡Y estas cosas no son más que los bordes del camino,
apenas el leve susurro que oímos de él!
Pero el trueno de su poder, ¿quién podrá comprenderlo?».

Job describe el castigo de los malos

Job 27.1-23 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Continuó Job su discurso y dijo:
2 «¡Vive Dios, que ha quitado mi derecho,
el Omnipotente, que ha amargado mi alma,
3 que todo el tiempo que mi alma esté en mí
y que haya hálito de Dios en mis narices,
4 mis labios no hablarán iniquidad
ni mi lengua pronunciará mentira!
5 ¡Nunca acontezca que yo os dé la razón!
¡Hasta la muerte mantendré mi integridad!
6 Aferrado estoy a mi justicia, y no cederé;
mientras viva, no me reprochará mi corazón.
7 »¡Sea como el malvado mi enemigo,
y como el inicuo mi adversario!
8 Porque ¿cuál es la esperanza del malvado, por mucho que haya robado,
cuando Dios le quite la vida?
9 ¿Escuchará Dios su clamor
cuando la tribulación venga sobre él?
10 ¿Acaso él se deleita en el Omnipotente?
¿Acaso invoca a Dios en todo tiempo?
11 Yo os instruiré acerca del poder de Dios;
no esconderé lo que se refiere al Omnipotente.
12 Todos vosotros lo habéis visto,
¿por qué, pues, os habéis hecho tan completamente vanos?
13 »Esta es delante de Dios la suerte del hombre malvado,
y la herencia que los violentos han de recibir del Omnipotente:
14 Aunque sus hijos se multipliquen, serán entregados a la espada,
y sus pequeños no se saciarán de pan.
15 Los que de él queden, la muerte los llevará al sepulcro
y no los llorarán sus viudas.
16 Aunque amontone plata como polvo
y acumule ropa como barro,
17 él la habrá acumulado, mas el justo se vestirá con ella
y el inocente disfrutará de la plata.
18 Construye su casa como la polilla,
como la enramada hecha por el guarda.
19 Rico se acuesta, pero es por última vez:
cuando abra los ojos, nada tendrá.
20 Se apoderan de él terrores como aguas,
y un torbellino lo arrebata de noche.
21 El viento del este lo levanta y se lo lleva,
y la tempestad lo arrastra de su lugar.
22 Dios, pues, descarga contra él sin compasión,
aunque él intenta huir de sus manos.
23 Sobre él baten muchos las manos
y por todos lados le silban.

Enero 25
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Enero 25

Elogio de la sabiduría

Job 28.1-28 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 »Ciertamente la plata tiene sus criaderos,
y el oro, lugar donde se refina.
2 El hierro se saca del polvo
y de la piedra se funde el cobre.
3 Los hombres ponen término a las tinieblas,
lo examinan todo perfectamente,
hasta las piedras que hay en oscuridad y en sombra de muerte.
4 Abren minas lejos de lo habitado,
en lugares olvidados donde nadie pone el pie.
Allí están suspendidos, balanceándose lejos de los demás hombres.
5 De la tierra proviene el pan,
pero en su interior está como convertida en fuego,
6 y en ella hay lugar donde las piedras son zafiro
y el polvo es de oro.
7 Es una senda que nunca la conoció ave
ni ojo de buitre la vio;
8 que nunca la pisaron animales fieros
ni león pasó por ella.
9 El hombre pone su mano en el pedernal
y trastorna de raíz los montes.
10 En los peñascos abre corrientes de aguas,
y sus ojos ven todo lo preciado.
11 Detiene los ríos en su nacimiento
y saca a la luz lo escondido.
12 »Mas, ¿dónde se halla la sabiduría?
¿Dónde se encuentra el lugar de la inteligencia?
13 No conoce su valor el hombre,
ni se halla en la tierra de los seres vivientes.
14 El abismo dice: “No está en mí”,
y dice el mar: “Tampoco está conmigo”.
15 No se dará a cambio de oro
ni su precio será a peso de plata.
16 No puede ser pagada con oro de Ofir,
con ónice precioso ni con zafiro.
17 No se le pueden comparar el oro ni el diamante,
ni se la cambiará por alhajas de oro fino.
18 ¿Y qué decir del coral o de las perlas?
¡La sabiduría vale más que las piedras preciosas!
19 No se iguala con ella el topacio de Etiopía,
ni puede pagarse con oro fino.
20 »¿De dónde, pues, procede la sabiduría
y dónde se encuentra el lugar de la inteligencia?
21 ¡Encubierta está a los ojos de todo viviente,
y a toda ave del cielo le es oculta!
22 El Abadón y la muerte dicen:
“Su fama ha llegado hasta nuestros oídos”.
23 »Dios es quien conoce el camino de ella
y sabe dónde está su lugar,
24 porque él observa hasta los confines de la tierra
y ve cuanto hay bajo los cielos.
25 Al darle peso al viento
y fijar la medida de las aguas;
26 al darle ley a la lluvia
y camino al relámpago de los truenos,
27 ya entonces la vio él y la puso de manifiesto,
la preparó y también la escudriñó.
28 Y dijo al hombre:
“El temor del Señor es la sabiduría,
y el apartarse del mal, la inteligencia”».

Job evoca su dicha anterior y el respeto que merecía

Job 29.1-25 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Volvió Job a reanudar su discurso y dijo:
2 «¡Quién me volviera como en los meses pasados,
como en los días en que Dios me guardaba,
3 cuando hacía resplandecer su lámpara sobre mi cabeza
y a su luz caminaba yo en la oscuridad!
4 ¡Así fue en los días de mi juventud,
cuando el favor de Dios protegía mi morada;
5 cuando aún estaba conmigo el Omnipotente
y mis hijos me rodeaban;
6 cuando yo lavaba mis pies con leche
y la piedra me derramaba ríos de aceite!
7 Entonces yo salía a la puerta, a juicio,
y en la plaza hacía preparar mi asiento.
8 Al verme, los jóvenes se escondían,
los ancianos se levantaban y permanecían en pie,
9 los príncipes dejaban de hablar
y se tapaban la boca con la mano,
10 y la voz de los principales se apagaba
y se les pegaba la lengua al paladar.
11 Entonces los que me oían me llamaban bienaventurado,
y los que me veían testimoniaban a favor mío,
12 porque yo libraba al pobre que clamaba
y al huérfano que carecía de ayudador.
13 La bendición del que estaba a punto de perderse venía sobre mí,
y al corazón de la viuda yo procuraba alegría.
14 Iba yo vestido de justicia, cubierto con ella;
como manto y diadema era mi rectitud.
15 Yo era ojos para el ciego,
pies para el cojo
16 y padre para los necesitados.
De la causa que no entendía, me informaba con diligencia;
17 y quebrantaba los colmillos del inicuo;
de sus dientes le hacía soltar la presa.
18 Decía yo: “En mi nido moriré.
Como arena multiplicaré mis días”.
19 Mi raíz estaba abierta junto a las aguas,
en mis ramas permanecía el rocío,
20 mi honra se renovaba en mí
y mi arco se fortalecía en mi mano.
21 »Los que me escuchaban,
esperaban callados mi consejo;
22 tras mi palabra no replicaban,
pues mi razón destilaba sobre ellos.
23 Me esperaban como a la lluvia;
abrían su boca como a la lluvia tardía.
24 Si me reía con ellos, no se lo creían;
pero no dejaban apagar la luz de mi rostro.
25 Yo les indicaba su camino y me sentaba entre ellos como el jefe.
Vivía como un rey en medio de su ejército,
o como el que consuela a los que lloran.

Job lamenta su desdicha presente

Job 30.1-31 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 »Pero ahora se ríen de mí los más jóvenes que yo,
a cuyos padres yo desdeñaba poner junto a los perros de mi ganado,
2 pues ¿de qué me hubiera servido ni aun la fuerza de sus manos,
si no tienen fuerza alguna?
3 A causa de la pobreza y del hambre andaban solitarios,
huían a la soledad, a lugares tenebrosos, desolados y desiertos.
4 Recogían malvas entre los arbustos
y raíces de enebro para calentarse.
5 Los echaban de en medio de la gente
y todos les gritaban como a ladrones.
6 Vivían en las barrancas de los arroyos,
en las cavernas de la tierra y entre las rocas.
7 Bramaban entre las matas
y se reunían debajo de los espinos.
8 Hijos de gente vil, hombres sin nombre,
más bajos que la misma tierra.
9 »¡Y ahora yo soy objeto de su burla
y les sirvo de refrán!
10 Me abominan, se alejan de mí
y no dejan de escupirme en el rostro.
11 Porque Dios ha desatado la cuerda y me ha afligido,
por eso se han desenfrenado en mi propio rostro.
12 A mi derecha se levanta el populacho,
empujan mis pies
y preparan caminos para mi ruina.
13 Desbaratan mi senda,
se aprovechan de mi quebrantamiento,
y no tengo quien me auxilie contra ellos.
14 Vienen como por un ancho portillo,
revolviéndose sobre mi calamidad.
15 Terrores se han vuelto contra mí;
como viento es arrasado mi honor,
y mi prosperidad ha pasado como una nube.
16 »Ahora mi alma está derramada en mí,
pues se apoderan de mí días de aflicción.
17 La noche taladra mis huesos
y los dolores que me roen no reposan.
18 La violencia deforma mi vestidura:
me oprime como el cuello de mi túnica.
19 Dios me ha derribado en el lodo
y ahora soy semejante al polvo y a la ceniza.
20 ¡Clamo a ti, pero no me escuchas!
¡Me presento, pero no me atiendes!
21 Te has vuelto cruel conmigo;
con el poder de tu mano me persigues.
22 Me has alzado sobre el viento, me haces cabalgar en él
y destruyes mi sustancia.
23 Yo sé que me conduces a la muerte,
y a la casa a donde va todo ser viviente.
24 »Mas él, ¿no extenderá la mano contra el sepulcro?
¿O no clamarán los sepultados cuando él los quebrante?
25 Y yo, ¿no he llorado por el que sufre?
¿No me he entristecido a causa del necesitado?
26 Sin embargo, cuando yo esperaba el bien, entonces vino el mal;
cuando esperaba la luz, vino la oscuridad.
27 Mis entrañas se agitan sin reposo,
por los días de aflicción que me han sobrecogido.
28 Ando ennegrecido, y no por el sol;
me he levantado en la congregación, y he clamado.
29 He venido a ser hermano de chacales
y compañero de avestruces.
30 Mi piel, ennegrecida, se me cae,
mis huesos arden de calor.
31 Mi arpa se ha cambiado por luto,
y mi flauta por voz de lamentadores.

Enero 26
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Enero 26

Job afirma su integridad

Job 31.1-40 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 »Hice pacto con mis ojos,
¿cómo, pues, había yo de mirar a una virgen?
2 Porque ¿qué galardón me daría Dios desde arriba?
¿Qué heredad el Omnipotente desde las alturas?
3 ¿Es que no hay desgracia para el malvado,
infortunio para los que hacen iniquidad?
4 ¿Acaso él no ve mis caminos
y cuenta todos mis pasos?
5 »¿Es que yo anduve con mentiras,
o corrieron mis pies al engaño?
6 ¡Que Dios me pese en la balanza de la justicia
y reconocerá mi integridad!
7 Si mis pasos se apartaron del camino,
si mi corazón se fue tras mis ojos,
si algo se pegó a mis manos,
8 ¡siembre yo y otro coma!
¡Sea arrancada mi siembra!
9 »Si fue engañado mi corazón por alguna mujer,
si estuve acechando a la puerta de mi prójimo,
10 ¡muela para otro mi mujer
y sobre ella otros se encorven!
11 Porque eso es maldad e iniquidad
que han de castigar los jueces.
12 Porque eso es un fuego que devoraría hasta el Abadón
y consumiría toda mi hacienda.
13 »Si hubiera yo menospreciado el derecho de mi siervo y de mi sierva
cuando ellos pleiteaban conmigo,
14 ¿qué haría cuando Dios se levantara?
Y cuando él me preguntara, ¿qué le respondería?
15 El que en el vientre me hizo a mí, ¿no lo hizo a él?
¿Y no fue uno y el mismo quien nos formó en la matriz?
16 »Si he impedido a los pobres quedar satisfechos,
si he hecho decaer los ojos de la viuda,
17 si he comido yo solo mi bocado
y no comió de él el huérfano
18 (porque desde mi juventud creció conmigo como con un padre,
y desde el vientre de mi madre fui guía de la viuda);
19 si he visto a alguno perecer por falta de vestido,
por carecer de abrigo el necesitado;
20 si no me bendijeron sus espaldas
al calentarse con el vellón de mis ovejas;
21 si alcé contra el huérfano mi mano,
aun viendo que en la puerta estaban de mi parte,
22 ¡que mi espalda se caiga de mi hombro
y se quiebre el hueso de mi brazo!
23 Porque he temido el castigo de Dios,
contra cuya majestad yo no tendría poder.
24 »Si puse en el oro mi esperanza,
y le dije al oro: “Mi confianza está en ti”;
25 si me alegré de que mis riquezas se multiplicaran
y de tener mucho en mi mano;
26 si he mirado al sol cuando resplandecía
o a la luna en su esplendor,
27 y mi corazón fue engañado en secreto,
y mi boca besó mi mano,
28 eso también sería una maldad digna de juicio,
porque habría negado al Dios soberano.
29 »Si me alegré con el quebrantamiento del que me aborrecía
y me regocijé cuando le sobrevino el mal
30 (aun cuando no entregué al pecado mi lengua
para pedir la maldición para su alma);
31 si mis siervos no decían:
“¿Quién hay que no se haya saciado con su carne?”
32 (porque ningún forastero pasaba fuera la noche,
sino que yo abría mis puertas al caminante);
33 si como humano que soy encubrí mis transgresiones,
escondiendo en mi seno mi iniquidad,
34 porque temía a la multitud, que era grande,
y me atemorizaba el menosprecio de las familias,
y entonces callaba y no salía de mi puerta…
35 ¡Quién me diera ser escuchado!…
Pero mi confianza es que el Omnipotente será mi testigo,
aunque mi adversario me lleve a juicio.
36 Ciertamente yo lo cargaría sobre mi hombro,
me lo ceñiría como una corona.
37 Yo le daría cuenta de todos mis pasos;
como un príncipe me presentaría delante de él.
38 »Si mi tierra clama contra mí
y lloran todos sus surcos;
39 si he comido su sustancia sin pagar
o he afligido el alma de sus dueños,
40 ¡que en lugar de trigo me nazcan abrojos,
y espinos en lugar de cebada!».
Aquí terminan las palabras de Job.

Eliú era buzita

Gn. 22.20,21 DHH NIV NBD NVI LBLA
20 Después de estas cosas se anunció a Abraham: «Milca ha dado a luz hijos a tu hermano Nacor:21 Uz, el primogénito; Buz, su hermano; Kemuel, padre de Aram;
Jr. 25.23 DHH NIV NBD NVI LBLA
23 Dedán, Tema y Buz, y todos los que se rapan las sienes

Intervención de Eliú

Job 32.1-22 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Cesaron estos tres varones de responder a Job, por cuanto él era justo a sus propios ojos.2 Entonces Eliú hijo de Baraquel, el buzita, de la familia de Ram, se encendió en ira contra Job. Se encendió en ira por cuanto él se hacía justo a sí mismo más que a Dios.3 Igualmente se encendió en ira contra sus tres amigos, porque aunque habían condenado a Job, no sabían responderle.4 Eliú había esperado a Job en la disputa, porque los otros eran más viejos que él;5 pero viendo Eliú que no había respuesta en la boca de aquellos tres varones, se encendió en ira.
6 Respondió Eliú hijo de Baraquel, el buzita, y dijo:
«Yo soy joven y vosotros ancianos:
por eso he tenido miedo. He temido declararos mi opinión.
7 Yo decía: “Los días hablarán,
los muchos años declararán sabiduría”.
8 Ciertamente espíritu hay en el hombre,
y el soplo del Omnipotente lo hace que entienda.
9 Pero no son los más sabios los que tienen mucha edad,
ni los ancianos los que entienden el derecho.
10 Por tanto, yo dije: “Escuchadme,
declararé yo también mi sabiduría”.
11 »Yo he esperado a vuestras razones,
he escuchado vuestros argumentos,
en tanto que buscabais palabras.
12 Os he prestado atención,
y no hay entre vosotros quien redarguya a Job
y responda a sus razones.
13 Para que no digáis: “Nosotros hemos hallado sabiduría.
Es Dios quien lo vence, no el hombre”.
14 Ahora bien, Job no dirigió contra mí sus palabras,
ni yo le responderé con vuestras razones.
15 »Se espantaron y ya no respondieron;
se les acabaron los razonamientos.
16 Yo, pues, he esperado, pero ellos no hablaban;
antes bien, callaron y no volvieron a responder.
17 Por eso yo también responderé mi parte;
también yo declararé mi juicio.
18 Porque estoy repleto de palabras
y por dentro me apremia el espíritu.
19 De cierto mi corazón está como el vino que no tiene respiradero
y que hace reventar los odres nuevos.
20 Hablaré, pues, y respiraré;
abriré mis labios y responderé.
21 Y no haré ahora distinción de personas
ni usaré con nadie de títulos lisonjeros.
22 Porque no sé decir lisonjas,
y si lo hiciera, pronto mi Hacedor me consumiría.

Eliú censura a Job

Job 33.1-33 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 »Por tanto, Job, oye ahora mis razones,
escucha todas mis palabras.
2 Yo abriré ahora mi boca
y mi lengua hablará en mi garganta.
3 Mis razones declararán la rectitud de mi corazón,
y lo que saben mis labios, lo dirán con sinceridad.
4 El espíritu de Dios me hizo
y el soplo del Omnipotente me dio vida.
5 Respóndeme, si puedes;
ordena tus palabras, ponte en pie.
6 Heme aquí a mí, en presencia de Dios, lo mismo que tú:
del barro fui yo también formado.
7 Por eso, mi terror no te espantará
ni mi mano pesará sobre ti.
8 »De cierto tú has dicho a oídos míos
y yo oí la voz de tus palabras que decían:
9 “Yo soy puro y sin defecto;
soy inocente y no hay maldad en mí.
10 Dios ha buscado reproches contra mí
y me tiene por su enemigo.
11 Ha puesto mis pies en el cepo
y vigila todas mis sendas”.
12 »Pues bien, en esto no has hablado con razón,
y yo te respondo que Dios es mayor que el hombre.
13 ¿Por qué contiendes contra él,
si él no da cuenta de ninguna de sus razones?
14 Aunque lo cierto es que de una u otra manera habla Dios,
pero el hombre no lo entiende.
15 Por sueños, en visión nocturna,
cuando el sueño cae sobre los hombres,
cuando se duermen en el lecho,
16 entonces se revela él al oído del hombre
y le confirma su instrucción,
17 para separar al hombre de su obra
y apartar del varón la soberbia,
18 para librar su alma del sepulcro
y su vida de perecer a espada.
19 »También en su cama es castigado el hombre
con fuerte dolor en sus huesos.
20 Entonces su vida aborrece el pan
y su alma la comida suave.
21 Su carne desfallece y desaparece a la vista,
y sus huesos, que antes no se veían, aparecen.
22 Su alma se acerca al sepulcro
y su vida a los que causan la muerte.
23 »Pero si el hombre tiene a su lado
algún elocuente mediador, muy escogido,
para anunciarle su deber
24 y decirle que Dios tiene de él misericordia,
que lo libra de descender al sepulcro,
que hay redención para él,
25 entonces su carne será más tierna que la de un niño
y volverá a los días de su juventud.
26 Entonces orará a Dios y obtendrá su favor.
Verá su faz con júbilo,
y él restaurará al hombre su justicia.
27 Porque él mira sobre los hombres, y si uno dice:
“He pecado y he pervertido lo recto,
pero de nada me ha aprovechado”,
28 Dios redimirá su alma para que no pase al sepulcro,
y su vida se verá en luz.
29 »Todas estas cosas hace Dios
dos y tres veces con el hombre,
30 para apartar su alma del sepulcro
y para iluminarlo con la luz de los vivientes.
31 Escucha, Job, óyeme;
calla, y yo hablaré.
32 Si tienes razones, respóndeme;
habla, porque yo te quiero justificar.
33 Y si no, escúchame tú a mí;
calla, y te enseñaré sabiduría».

Enero 27
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Enero 27

Eliú justifica a Dios

Job 34.1-35.16 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Además Eliú dijo:
2 «Escuchad, sabios, mis palabras;
y vosotros, doctos, prestadme atención.
3 Porque el oído prueba las palabras,
como el paladar saborea lo que uno come.
4 Escojamos para nosotros lo que es justo;
conozcamos entre nosotros lo que es bueno,
5 porque Job ha dicho: “Yo soy justo,
pero Dios me ha quitado mi derecho.
6 Y ahora ¿habré de mentir contra mi razón?
¡Dolorosa es mi herida, sin haber cometido transgresión!”.
7 Pues bien, ¿qué hombre hay como Job,
que bebe el escarnio como agua,
8 que va en compañía de los inicuos
y anda con los hombres malos?
9 Porque ha dicho: “De nada le sirve al hombre
conformar su voluntad a Dios”.
10 »Por tanto, vosotros que sois varones inteligentes, oídme:
¡Lejos esté de Dios la impiedad,
del Omnipotente la iniquidad!
11 Porque él pagará al hombre según su obra,
y le retribuirá conforme a su conducta.
12 Sí, por cierto, Dios no hará injusticia;
el Omnipotente no pervertirá el derecho.
13 ¿Quién visitó por él la tierra?
¿Quién puso en orden el mundo entero?
14 Si él pusiera sobre el hombre su corazón
y retirara su espíritu y su aliento,
15 todo ser humano perecería a un tiempo
y el hombre volvería al polvo.
16 »Si, pues, hay en ti entendimiento, oye esto;
escucha la voz de mis palabras.
17 ¿Gobernará acaso el que aborrece juicio?
¿Condenarás tú al que es tan justo?
18 ¿Se llamará “Perverso” al rey,
o “Impíos” a los príncipes?
19 Pues, ¿cuánto menos a aquel que no hace diferencia entre príncipes,
ni respeta más al rico que al pobre,
porque todos son obra de sus manos?
20 ¡En un momento mueren, a medianoche!
Los pueblos se alborotan, y ellos pasan,
y sin mano de hombre es quitado el poderoso.
21 Porque los ojos de Dios están sobre los caminos del hombre,
y ve todos sus pasos.
22 No hay tinieblas ni sombra de muerte
donde se puedan esconder los que hacen el mal.
23 No carga, pues, él al hombre más de lo justo,
para que comparezca con Dios a juicio.
24 Él, sin indagación, quebranta a los fuertes
y pone a otros en su lugar.
25 Así hace notorias las obras de ellos;
los trastorna en la noche y son quebrantados.
26 Como a malos que son, los hiere
en lugar donde sean vistos,
27 por cuanto se han apartado de él
y no consideran ninguno de sus caminos,
28 sino que hacen venir delante de él el clamor del pobre,
y que oiga el clamor de los necesitados.
29 Si él da reposo, ¿quién inquietará?
Si esconde el rostro, ¿quién lo mirará?
Y esto es igual para una nación que para un hombre,
30 a fin de que no reine el hombre impío
para vejación del pueblo.
31 »De seguro conviene decirle a Dios:
“Ya he llevado el castigo; no volveré a ofender.
32 Enséñame tú lo que yo no veo;
y si hice mal, no lo haré más”.
33 Pero, ¿habrá de ser esto según tu parecer?
Él te retribuirá, no yo, tanto si rehúsas como si aceptas.
Si no es así, di tú lo que sepas.
34 Los hombres inteligentes dirán conmigo,
y también todo hombre sabio que me oiga:
35 “Job no habla con sabiduría;
sus palabras no tienen sentido”.
36 ¡Yo deseo que Job sea ampliamente examinado,
a causa de sus respuestas semejantes a las de los hombres inicuos!
37 Porque a su pecado ha añadido rebeldía,
y bate palmas contra nosotros,
y contra Dios multiplica sus palabras».
1 Prosiguió Eliú su razonamiento y dijo:
2 «¿Piensas que ha sido correcto decir:
“Más justo soy yo que Dios”?
3 Porque tú dices: “¿Qué ventaja sacaré de ello?
¿O qué provecho tendré de no haber pecado?”.
4 Pues yo te responderé con razones,
y a tus compañeros contigo.
5 Mira a los cielos. Contémplalos
y considera que las nubes están más altas que tú.
6 Si pecas, ¿qué habrás logrado contra él?
Si tus rebeliones se multiplican, ¿qué le harás tú?
7 Y si eres justo, ¿qué le darás a él?
¿O qué recibirá de tu mano?
8 A un hombre como tú lo daña tu impiedad;
y a un hijo de hombre le es provechosa tu justicia.
9 »Claman a causa de las muchas violencias
y se lamentan por el poder de los grandes.
10 Pero nadie dice: “¿Dónde está Dios, mi Hacedor,
que llena de cánticos la noche,
11 que nos enseña más que a las bestias de la tierra
y nos hace sabios más que a las aves del cielo?”.
12 Allí claman, pero él no escucha,
a causa de la soberbia de los malos.
13 Ciertamente Dios no escucha lo que es vanidad;
ni siquiera lo mira el Omnipotente.
14 ¿Cuánto menos, pues, cuando dices que no haces caso de él?
Tu causa está delante de él. Por tanto, aguárdalo.
15 Mas ahora, porque en su ira no castiga
ni inquiere con rigor,
16 por eso abre Job su boca en vano
y multiplica palabras sin sabiduría».

Eliú exalta la grandeza de Dios

Job 36.1-37.24 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Eliú siguió diciendo:
2 «Espérame un poco y yo te instruiré,
porque todavía tengo razones en defensa de Dios.
3 Traeré mi saber desde lejos
para atribuir justicia a mi Hacedor.
4 Porque de cierto no son mentira mis palabras:
¡Contigo está uno que es íntegro en sus conceptos!
5 »Dios es grande, pero no desestima a nadie.
Es poderosa la fuerza de su sabiduría.
6 No concede vida al impío,
pero a los afligidos otorga sus derechos.
7 No aparta sus ojos de los justos;
antes bien, con los reyes los sienta en trono y los exalta para siempre.
8 Aun si estuvieran sujetos con grillos,
aprisionados con cuerdas de aflicción,
9 él les daría a conocer las obras que hicieron
y cómo prevalecieron sus rebeliones.
10 Les despierta además los oídos a la corrección
y los exhorta a convertirse de la iniquidad.
11 Si ellos escuchan y le sirven,
acabarán sus días con bienestar
y sus años con dicha.
12 Pero si no escuchan, serán pasados a espada
y perecerán en su falta de sabiduría.
13 »Los hipócritas de corazón atesoran para sí la ira
y no clamarán cuando él los ate.
14 Fallecerá el alma de ellos en su juventud
y su vida entre los sodomitas.
15 Al pobre librará él de su pobreza;
en la aflicción despertará su oído.
16 Y también a ti te apartará de la boca de la angustia
a un lugar espacioso, libre de todo agobio,
y te preparará una mesa llena de manjares.
17 Mas tú te has llenado del juicio del impío,
en vez de sustentar el derecho y la justicia.
18 Por eso teme, no sea que él, en su ira, te quite con un golpe
que no puedas evitar ni aun pagando un gran rescate.
19 ¿Acaso hará él aprecio de tus riquezas, del oro
o de todo gran poderío?
20 No anheles la noche,
cuando los pueblos desaparecen de su lugar.
21 Guárdate de volver a la iniquidad,
la cual escogiste más bien que la aflicción.
22 Dios es excelso en su poder;
¿Qué maestro es semejante a él?
23 ¿Quién le ha trazado su camino?
¿Quién le dirá: “Eso lo has hecho mal”?
24 »Acuérdate de enaltecer su obra,
la cual los hombres contemplan.
25 Todos ellos la ven;
la mira el hombre desde lejos.
26 Dios es grande y nosotros no lo conocemos,
ni es posible seguir el curso de sus años.
27 Él atrae las gotas de agua
cuando el vapor se transforma en lluvia,
28 la que destilan las nubes,
y se vierte en raudales sobre los hombres.
29 ¿Quién podrá comprender cómo se expanden las nubes
y el sonido atronador de su morada?
30 Sobre él extiende su luz
y cubre con ella las profundidades del mar.
31 Bien que por tales medios castiga a los pueblos,
también los sustenta con abundancia.
32 Con las nubes encubre la luz;
las interpone y le manda que no brille.
33 Con el trueno declara su indignación
y la tempestad proclama su ira contra la iniquidad.
1 »Por eso también se estremece mi corazón
y salta de su sitio.
2 Oíd atentamente el fragor de su voz,
el estruendo que sale de su boca.
3 Por debajo de todos los cielos lo dirige,
y su luz alcanza los confines de la tierra.
4 Después de ella suena un bramido:
truena él con voz majestuosa.
Se oye el trueno, y no lo detiene.
5 Truena Dios maravillosamente con su voz.
Hace grandes cosas, que nosotros no entendemos.
6 Porque le dice a la nieve: “¡Cae sobre la tierra!”,
y también a la llovizna y a los aguaceros torrenciales.
7 Así hace que el hombre se retire,
para que todos los mortales reconozcan su obra.
8 Las fieras entran en sus guaridas
y permanecen en sus moradas.
9 Del sur viene el torbellino,
y el frío, de los vientos del norte.
10 Por el soplo de Dios llega el hielo
y la extensión de las aguas se congela.
11 Él llena de humedad la densa nube;
y con la luz desvanece la niebla.
12 Asimismo, conforme a sus designios, las nubes giran en derredor,
para hacer sobre la faz del mundo,
en la tierra, lo que él les mande.
13 Él las hará venir, unas veces como castigo,
otras a causa de la tierra
y otras por misericordia.
14 »Escucha esto, Job;
detente y considera las maravillas de Dios.
15 ¿Sabes tú cómo Dios las pone en concierto
y hace resplandecer la luz de su nube?
16 ¿Has conocido tú las diferencias de las nubes,
las maravillas del que es perfecto en sabiduría?
17 ¿Por qué están calientes tus vestidos
cuando él sosiega la tierra con el viento del sur?
18 ¿Extendiste tú con él los cielos,
firmes como un espejo fundido?
19 Muéstranos qué le hemos de decir,
porque nosotros no podemos ordenar las ideas a causa de la oscuridad.
20 ¿Precisa él que le cuenten lo que yo digo,
o que le informen de lo que dice el hombre?
21 »Ahora no se puede mirar la luz resplandeciente de los cielos,
pero luego que pasa el viento y los limpia,
22 llega de la parte del norte la dorada claridad:
¡la terrible majestad que hay en Dios!
23 Él es el Todopoderoso, al cual no alcanzamos, grande en poder,
que a nadie oprime en juicio y en su gran justicia.
24 Lo temen por tanto los hombres,
pero él no estima a ninguno que en su propio corazón se cree sabio».

Enero 28
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Enero 28

Jehová responde a todos los discursos

Job 38.1-40.5 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Entonces respondió Jehová a Job desde un torbellino y dijo:
2 «¿Quién es ese que oscurece el consejo
con palabras sin sabiduría?
3 Ahora cíñete la cintura como un hombre:
yo te preguntaré y tú me contestarás.
4 »¿Dónde estabas tú cuando yo fundaba la tierra?
¡Házmelo saber, si tienes inteligencia!
5 ¿Quién dispuso sus medidas, si es que lo sabes?
¿O quién tendió sobre ella la cuerda de medir?
6 ¿Sobre qué están fundadas sus bases?
¿O quién puso su piedra angular,
7 cuando alababan juntas todas las estrellas del alba
y se regocijaban todos los hijos de Dios?
8 »¿Quién encerró con puertas el mar,
cuando se derramaba saliéndose de su seno,
9 cuando yo le puse nubes por vestidura
y oscuridad por faja?
10 Yo establecí para él los límites;
le puse puertas y cerrojo,
11 y dije: “Hasta aquí llegarás y no pasarás adelante;
ahí parará el orgullo de tus olas”.
12 ¿Has dado órdenes a la mañana alguna vez en tu vida?
¿Le has mostrado al alba su lugar,
13 para que ocupe los confines de la tierra
y sean sacudidos de ella los malvados?
14 Ella cambia luego de aspecto como el barro bajo el sello,
y toma el aspecto de una vestidura;
15 mas la luz les es quitada a los malvados
y el brazo enaltecido es quebrantado.
16 »¿Has penetrado tú hasta las fuentes del mar
y has caminado escudriñando el abismo?
17 ¿Te han sido descubiertas las puertas de la muerte
y has visto las puertas de la sombra de muerte?
18 ¿Has considerado tú la extensión de la tierra?
¡Declara si sabes todo esto!
19 »¿Dónde está el camino que conduce a la morada de la luz?
¿Y dónde está el lugar de las tinieblas,
20 para que las lleves a sus límites
y conozcas las sendas de su casa?
21 ¡Quizá tú lo sabes, puesto que entonces ya habías nacido
y es grande el número de tus días!
22 »¿Has penetrado tú hasta los depósitos de la nieve?
¿Has visto los depósitos del granizo,
23 que tengo reservados para el tiempo de angustia,
para el día de la guerra y de la batalla?
24 ¿Por qué camino se difunde la luz
y se esparce el viento del este sobre la tierra?
25 »¿Quién le abrió un cauce al turbión
y un camino a los relámpagos y los truenos,
26 haciendo llover sobre la tierra deshabitada,
sobre el desierto, donde no vive ningún ser humano,
27 para saciar la tierra desierta y sin cultivo
y para hacer que brote la tierna hierba?
28 »¿Tiene padre la lluvia?
¿Quién engendró las gotas del rocío?
29 ¿De qué vientre salió el hielo?
Y la escarcha del cielo, ¿quién la dio a luz?
30 Las aguas se endurecen como piedra
y se congela la faz del abismo.
31 »¿Podrás tú anudar los lazos de las Pléyades?
¿Desatarás las ligaduras de Orión?
32 ¿Haces salir a su tiempo las constelaciones de los cielos?
¿Guías a la Osa Mayor con sus hijos?
33 ¿Conoces las leyes de los cielos?
¿Dispones tú su dominio en la tierra?
34 »¿Puedes alzar tu voz a las nubes
para que te cubra gran cantidad de agua?
35 ¿Envías tú los relámpagos, para que ellos vayan,
o para que te digan: “Aquí estamos”?
36 ¿Quién puso la sabiduría en el corazón?
¿Quién dio inteligencia al espíritu?
37 ¿Quién cuenta con sabiduría lo que hay en los cielos?
Y los odres de los cielos, ¿quién hace que se inclinen,
38 cuando el polvo se ha endurecido
y los terrones se han pegado unos con otros?
39 »¿Cazarás tú la presa para el león?
¿Saciarás el hambre de sus cachorros,
40 cuando están echados en sus guaridas
o se ponen al acecho en la espesura?
41 ¿Quién le prepara al cuervo su alimento,
cuando sus polluelos claman a Dios
y andan errantes por falta de comida?
1 ¿Sabes tú el tiempo en que paren las cabras monteses?
¿Has mirado tú cuando las ciervas están pariendo?
2 ¿Has contado tú los meses de su preñez
y sabes el tiempo cuando han de parir?
3 Se encorvan, hacen salir a sus hijos
y pasan sus dolores.
4 Sus hijos se robustecen y crecen con el pasto;
luego se van y ya no regresan.
5 »¿Quién dio libertad al asno montés?
¿Quién soltó sus ataduras?
6 Yo le di por casa el desierto,
puse su morada en lugares estériles.
7 Él se burla del bullicio de la ciudad
y no oye las voces del arriero.
8 En lo escondido de los montes está su pasto
y anda buscando toda cosa verde.
9 »¿Querrá el búfalo servirte a ti
o quedarse en tu pesebre?
10 ¿Atarás tú al búfalo con coyunda para abrir el surco?
¿Irá en pos de ti labrando los valles?
11 ¿Confiarás en él porque es grande su fuerza?
¿Le encomendarías tu labor?
12 ¿Lo dejarías recoger el grano
y juntarlo en tu era?
13 »¿Le has dado tú sus hermosas alas al pavo real,
o sus alas y plumas al avestruz?
14 Este desampara en la tierra sus huevos,
los calienta sobre el polvo
15 y olvida que el pie los puede pisar
y que una fiera del campo puede aplastarlos.
16 Es duro para con sus crías, como si no fueran suyas,
y no teme que su trabajo haya sido en vano,
17 porque Dios lo privó de sabiduría
y no le dio inteligencia.
18 Sin embargo, en cuanto se levanta para correr,
se burla del caballo y de su jinete.
19 »¿Le das tú su fuerza al caballo?
¿Cubres tú su cuello de crines ondulantes?
20 ¿Lo harás temblar tú como a una langosta?
El resoplido de su nariz es formidable.
21 Escarba la tierra, se alegra en su fuerza
y sale al encuentro de las armas.
22 Hace burla del miedo; no teme
ni vuelve el rostro delante de la espada.
23 Sobre él resuenan la aljaba,
el hierro de la lanza y de la jabalina;
24 pero él, con ímpetu y furor, escarba la tierra
y no lo detiene ni el sonar de la trompeta;
25 más bien parece decir en medio de los clarines: “¡Ea!”.
Desde lejos huele la batalla,
el grito de los capitanes y el vocerío.
26 »¿Acaso por tu sabiduría vuela el gavilán
y extiende hacia el sur sus alas?
27 ¿Se remonta el águila por tu mandato
y pone en alto su nido?
28 Ella habita y mora en la peña,
en la cumbre del peñasco y de la roca.
29 Desde allí acecha la presa
que sus ojos observan desde muy lejos.
30 Sus polluelos chupan la sangre;
donde haya cadáveres, allí está ella».
1 Además respondió Jehová a Job y dijo:
2 «¿Es sabiduría contender con el Omnipotente?
¡Responda a esto el que disputa con Dios!».
3 Entonces respondió Job a Jehová y dijo:
4 «Yo soy vil, ¿qué te responderé?
¡Me tapo la boca con la mano!
5 Una vez hablé, mas no replicaré más;
aun dos veces, mas no volveré a hablar».

Enero 29
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Enero 29

Manifestaciones del poder de Dios

Job 40.6-41.34 DHH NIV NBD NVI LBLA
6 Respondió Jehová a Job desde el torbellino y dijo:
7 «Ahora cíñete la cintura como un hombre:
yo te preguntaré y tú me contestarás.
8 ¿Invalidarás tú también mi juicio?
¿Me condenarás a mí, para justificarte tú?
9 ¿Tienes tú un brazo como el de Dios?
¿Truena tu voz como la suya?
10 »Adórnate ahora de majestad y alteza,
vístete de honra y hermosura.
11 Derrama el ardor de tu ira;
mira a todo altivo y abátelo.
12 Mira a todo soberbio y humíllalo,
y destruye a los impíos dondequiera que estén.
13 Entiérralos a todos en el polvo,
encierra sus rostros en la oscuridad.
14 Entonces yo también declararé
que tu diestra puede salvarte.
15 »Ahí está el behemot: yo lo creé, lo mismo que a ti.
Come hierba, como el buey.
16 Su fuerza está en sus lomos;
su vigor, en los músculos de su vientre.
17 Mueve su cola semejante al cedro,
y los nervios de sus muslos están entretejidos.
18 Sus huesos son fuertes como el bronce
y sus miembros como barras de hierro.
19 ȃl es el primero entre las obras de Dios,
y solo el que lo hizo puede acercar a él la espada.
20 Ciertamente para él producen hierba los montes,
donde retozan las bestias del campo.
21 Se acuesta a la sombra
en lo oculto de las cañas y de los lugares húmedos.
22 Los árboles lo cubren con su sombra;
los sauces del arroyo lo rodean.
23 Aun cuando el río se salga de madre, él no se inmuta;
permanece tranquilo aunque todo un Jordán se estrelle contra su boca.
24 ¿Quién podrá atraparlo mientras él vigila?
¿Quién le perforará la nariz?
1 ¿Pescarás tú al leviatán con un anzuelo
o sujetándole la lengua con una cuerda?
2 ¿Le pondrías una soga en las narices?
¿Perforarías con un garfio su quijada?
3 ¿Multiplicará ruegos él delante de ti?
¿Te hablará con palabras lisonjeras?
4 ¿Hará un pacto contigo
para que lo tomes por esclavo para siempre?
5 ¿Jugarás con él como con un pájaro?
¿Lo atarás para tus niñas?
6 ¿Harán banquete con él los compañeros?
¿Lo repartirán entre los mercaderes?
7 ¿Cortarás tú con cuchillo su piel,
o con arpón de pescadores su cabeza?
8 Pon tu mano sobre él:
recordarás luego la lucha y no volverás a hacerlo.
9 En cuanto a él, toda esperanza queda burlada,
porque aun a su sola vista la gente se desmaya.
10 Y nadie hay tan osado que lo despierte;
¿quién podrá permanecer delante de mí?
11 Porque ¿quién me ha dado a mí primero, para que yo restituya?
¡Todo lo que hay debajo del cielo es mío!
12 »No guardaré silencio sobre sus miembros,
ni sobre sus fuerzas y la gracia de su disposición.
13 ¿Quién levantará la cubierta que lo reviste?
¿Quién se acercará a su doble coraza?
14 ¿Quién abrirá la puerta de sus fauces?
¡Las hileras de sus dientes espantan!
15 Su espalda está cubierta de fuertes escudos,
soldados estrechamente entre sí.
16 El uno se junta con el otro
de modo que el viento no pasa entre ellos.
17 Unido está el uno con el otro,
trabados entre sí, no se pueden separar.
18 Cuando estornuda, lanza relámpagos;
sus ojos son como los párpados del alba.
19 De su boca salen llamaradas;
centellas de fuego brotan de ella.
20 De sus narices sale humo,
como de una olla o caldero que hierve.
21 Su aliento enciende los carbones;
de su boca salen llamas.
22 En su cerviz está su fuerza,
y delante de él cunde el desaliento.
23 Aun las partes más tiernas de su carne están endurecidas,
son firmes en él, no se mueven.
24 Firme es como una piedra su corazón,
fuerte como la piedra de un molino.
25 Cuando se levanta, los fuertes tienen temor
y retroceden a causa de su desfallecimiento.
26 Aunque la espada lo alcance, no se le clavará;
ni tampoco la lanza, el dardo o la jabalina.
27 Para él, el hierro es como paja
y el bronce como madera podrida.
28 La saeta no lo hace huir
y las piedras de honda le son como paja.
29 Toda arma le es como hojarasca
y se burla del silbido de la jabalina.
30 Por debajo tiene escamas puntiagudas
que imprimen su huella en el barro.
31 Hace hervir como una olla las aguas profundas
y las vuelve como una olla de ungüento.
32 En pos de sí resplandece su estela,
hasta parecer cano el abismo.
33 No hay en la tierra quien se le asemeje;
es un animal hecho exento de temor.
34 Menosprecia toda arrogancia
y es rey sobre toda otra fiera».

Job reconoce la sabiduría de Dios

Job 42.1-6 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Respondió Job a Jehová y dijo:
2 «Yo reconozco que todo lo puedes
y que no hay pensamiento que te sea oculto.
3 “¿Quién es el que, falto de entendimiento, oscurece el consejo?”.
Así hablaba yo, y nada entendía;
eran cosas demasiado maravillosas para mí, que yo no comprendía.
4 Escucha, te ruego, y hablaré.
Te preguntaré y tú me enseñarás.
5 De oídas te conocía,
mas ahora mis ojos te ven.
6 Por eso me aborrezco
y me arrepiento en polvo y ceniza».

Dios reprende a los amigos de Job

Job 42.7-9 DHH NIV NBD NVI LBLA
7 Aconteció que después que habló Jehová estas palabras a Job, Jehová dijo a Elifaz, el temanita: «Mi ira se ha encendido contra ti y tus dos compañeros, porque no habéis hablado de mí lo recto, como mi siervo Job.8 Ahora, pues, tomad siete becerros y siete carneros, id a mi siervo Job y ofreced holocausto por vosotros. Mi siervo Job orará por vosotros y yo de cierto lo atenderé para no trataros con afrenta por no haber hablado de mí con rectitud, como mi siervo Job».
9 Fueron, pues, Elifaz, el temanita, Bildad, el suhita, y Zofar, el naamatita, e hicieron como Jehová les había dicho. Y Jehová aceptó la oración de Job.

Nueva prosperidad de Job

Job 42.10-17 DHH NIV NBD NVI LBLA
10 Cuando Job hubo orado por sus amigos, Jehová le quitó la aflicción; y aumentó al doble todas las cosas que habían sido de Job.11 Todos sus hermanos, todas sus hermanas y todos los que antes lo habían conocido vinieron a él y comieron pan con él en su casa. Se condolieron de él, lo consolaron de todo aquel mal que Jehová había traído sobre él y cada uno le dio una moneda de plata y un anillo de oro.
12 Jehová bendijo el postrer estado de Job más que el primero, porque tuvo catorce mil ovejas, seis mil camellos, mil yuntas de bueyes y mil asnas.13 También tuvo siete hijos y tres hijas.14 A la primera le puso por nombre Jemima; a la segunda, Cesia, y a la tercera, Keren-hapuc.15 Y no había en toda la tierra mujeres tan hermosas como las hijas de Job, a las que su padre dio herencia entre sus hermanos.
16 Después de esto vivió Job ciento cuarenta años, y vio a sus hijos y a los hijos de sus hijos, hasta la cuarta generación.17 Job murió muy anciano, colmado de días.

Enero 30
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Enero 30

Judá y Tamar

Gn. 38.1-30 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Aconteció en aquel tiempo que Judá se apartó de sus hermanos, y se fue a casa de un adulamita que se llamaba Hira.2 Allí conoció Judá a la hija de un cananeo, el cual se llamaba Súa; la tomó y se llegó a ella.3 Ella concibió y dio a luz un hijo, al que llamó Er.4 Concibió otra vez y dio a luz un hijo, al que llamó Onán.5 Volvió a concebir y dio a luz un hijo, al que llamó Sela. Ella se hallaba en Quezib cuando lo dio a luz.
6 Después Judá tomó para su primogénito Er a una mujer llamada Tamar.7 Pero Er, el primogénito de Judá, fue malo ante los ojos de Jehová, y Jehová le quitó la vida.8 Entonces Judá dijo a Onán:
—Llégate a la mujer de tu hermano, despósate con ella y levanta descendencia a tu hermano.
9 Sabiendo Onán que la descendencia no sería suya, cuando se llegaba a la mujer de su hermano vertía en tierra, para no dar descendencia a su hermano.10 Como desagradó a Jehová lo que hacía, a él también le quitó la vida.11 Entonces Judá dijo a su nuera Tamar:
—Permanece viuda en casa de tu padre, hasta que crezca mi hijo Sela.
(Esto dijo pues pensaba: «No sea que muera él también, como sus hermanos».)
Tamar se fue y se quedó en casa de su padre.
12 Pasaron muchos días y murió la hija de Súa, la mujer de Judá. Cuando Judá se consoló, subió a Timnat (donde estaban los trasquiladores de sus ovejas) junto a su amigo Hira, el adulamita.13 Y avisaron a Tamar, diciéndole: «Tu suegro sube a Timnat a trasquilar sus ovejas».14 Entonces se quitó ella los vestidos de su viudez, se cubrió con un velo para no ser reconocida y se puso a la entrada de Enaim, junto al camino de Timnat, pues veía que Sela había crecido y que ella no le era dada por mujer.
15 Cuando Judá la vio, la tuvo por una ramera, pues ella había cubierto su rostro.16 Entonces se apartó del camino para acercarse a ella y, sin saber que era su nuera, le dijo:
—Déjame ahora llegarme a ti.
—¿Qué me darás por llegarte a mí?—dijo ella.
17 —Te enviaré un cabrito de mi rebaño—respondió él.
—Dame una prenda, hasta que lo envíes—dijo ella.
18 —¿Qué prenda te daré?—preguntó Judá.
Ella respondió:
—Tu sello, tu cordón y el bastón que tienes en tu mano.
Judá se los dio, se llegó a ella y ella concibió de él.19 Luego se levantó y se fue; se quitó el velo que la cubría y se vistió las ropas de su viudez.
20 Judá envió el cabrito del rebaño por medio de su amigo, el adulamita, para que este rescatara la prenda de la mujer; pero no la halló.21 Entonces preguntó a los hombres de aquel lugar, diciendo:
—¿Dónde está la ramera que había en Enaim, junto al camino?
—No ha estado aquí ramera alguna—dijeron ellos.
22 Entonces él se volvió a Judá y le dijo:
—No la he hallado. Además, los hombres del lugar me dijeron: “Aquí no ha estado ninguna ramera”.
23 Judá respondió:
—Pues que se quede con todo, para que no seamos objetos de burla. Yo le he enviado este cabrito, pero tú no la hallaste.
24 Sucedió que al cabo de unos tres meses fue dado aviso a Judá, diciendo:
—Tamar, tu nuera, ha fornicado, y ciertamente está encinta a causa de las fornicaciones.
Entonces dijo Judá:
—¡Sacadla y quemadla!
25 Pero ella, cuando la sacaban, envió a decir a su suegro: «Del dueño de estas cosas estoy encinta». También dijo: «Mira ahora de quién son estas cosas: el sello, el cordón y el bastón».26 Cuando Judá los reconoció, dijo: «Más justa es ella que yo, por cuanto no la he dado a mi hijo Sela». Y nunca más la conoció.
27 Aconteció que, al tiempo de dar a luz, había gemelos en su seno.28 Y sucedió durante el parto que uno de ellos sacó la mano, y la partera tomó y ató a su mano un hilo de grana, diciendo: «Este salió primero».29 Pero volviendo él a meter la mano, salió su hermano; y ella dijo: «¡Cómo te has abierto paso!». Por eso lo llamó Fares.30 Después salió su hermano, el que tenía en su mano el hilo de grana, y lo llamó Zara.

José, vendido por sus hermanos

Gn. 37.1-36 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Jacob habitó en la tierra donde había vivido su padre, en la tierra de Canaán.2 Esta es la historia de la familia de Jacob: José tenía diecisiete años y apacentaba las ovejas con sus hermanos; el joven estaba con los hijos de Bilha y con los hijos de Zilpa, mujeres de su padre; e informaba José a su padre de la mala fama de ellos.
3 Israel amaba a José más que a todos sus hijos, porque lo había tenido en su vejez; y le hizo una túnica de diversos colores.4 Al ver sus hermanos que su padre lo amaba más que a todos ellos, lo aborrecían y no podían hablarle pacíficamente.
5 Tuvo José un sueño y lo contó a sus hermanos, y ellos llegaron a aborrecerlo más todavía.6 Él les dijo:
—Oíd ahora este sueño que he tenido:7 estábamos atando manojos en medio del campo, y mi manojo se levantaba y se quedaba derecho, y vuestros manojos estaban alrededor y se inclinaban ante el mío.
8 Entonces le respondieron sus hermanos:
—¿Reinarás tú sobre nosotros, o dominarás sobre nosotros?
Y lo aborrecieron aún más a causa de sus sueños y sus palabras.
9 Después tuvo otro sueño y lo contó a sus hermanos. Les dijo:
—He tenido otro sueño. Soñé que el sol, la luna y once estrellas se inclinaban hacia mí.
10 Y lo contó a su padre y a sus hermanos; su padre le reprendió, y le dijo:
—¿Qué sueño es este que tuviste? ¿Acaso vendremos yo, tu madre y tus hermanos a postrarnos en tierra ante ti?
11 Sus hermanos le tenían envidia, pero su padre meditaba en esto.
12 Un día, sus hermanos fueron a apacentar las ovejas de su padre en Siquem.13 Entonces Israel dijo a José:
—Tus hermanos apacientan las ovejas en Siquem. Ven, y te enviaré a ellos.
—Aquí estoy—respondió él.
14 —Ve ahora, mira cómo están tus hermanos y cómo están las ovejas, y tráeme la noticia—dijo Israel.
Lo envió, pues, desde el valle del Hebrón, y José llegó a Siquem.15 Lo halló un hombre, andando él errante por el campo; y aquel hombre le preguntó:
—¿Qué buscas?
16 —Busco a mis hermanos; te ruego que me muestres dónde están apacentando—respondió José.
17 —Ya se han ido de aquí; pero yo les oí decir: “Vamos a Dotán”—dijo el hombre.
Entonces José fue tras sus hermanos y los halló en Dotán.
18 Cuando ellos lo vieron de lejos, antes que llegara cerca de ellos conspiraron contra él para matarlo.19 Se dijeron el uno al otro:
—¡Ahí viene el soñador!20 Ahora pues, venid, matémoslo y echémoslo en una cisterna, y diremos: “Alguna mala bestia lo devoró”. Veremos entonces qué será de sus sueños.
21 Cuando Rubén oyó esto, lo libró de sus manos. Dijo:
—No lo matemos.
22 Y añadió:
—No derraméis sangre; echadlo en esta cisterna que está en el desierto, pero no le pongáis las manos encima.
Quiso librarlo así de sus manos y hacerlo volver a su padre.23 Sucedió, pues, que cuando llegó José junto a sus hermanos, ellos quitaron a José su túnica—la túnica de colores que llevaba puesta—,24 lo agarraron y lo echaron en la cisterna; pero la cisterna estaba vacía, no había en ella agua.25 Luego se sentaron a comer. En esto, al alzar la vista, vieron una compañía de ismaelitas que venía de Galaad, con camellos cargados de aromas, bálsamo y mirra, que llevaban a Egipto.26 Entonces Judá dijo a sus hermanos:
—¿Qué vamos a ganar con matar a nuestro hermano y ocultar su muerte?27 Venid y vendámoslo a los ismaelitas; pero no le pongamos las manos encima, porque es nuestro hermano, nuestra propia carne.
Y sus hermanos convinieron con él.
28 Cuando pasaban los mercaderes madianitas, sacaron ellos a José de la cisterna, lo trajeron arriba y lo vendieron a los ismaelitas por veinte piezas de plata. Y estos se llevaron a José a Egipto.
29 Después Rubén volvió a la cisterna y, al no hallar dentro a José, rasgó sus vestidos.30 Luego volvió a sus hermanos y dijo:
—El joven no aparece; y yo, ¿adónde iré yo?
31 Entonces tomaron ellos la túnica de José, degollaron un cabrito del rebaño y tiñeron la túnica con la sangre.32 Enviaron la túnica de colores a su padre, con este mensaje: «Esto hemos hallado; reconoce ahora si es o no la túnica de tu hijo».
33 Cuando él la reconoció, dijo: «Es la túnica de mi hijo; alguna mala bestia lo devoró; José ha sido despedazado».34 Entonces Jacob rasgó sus vestidos, se puso ropa áspera sobre su cintura y guardó luto por su hijo durante muchos días.35 Se levantaron todos sus hijos y todas sus hijas para consolarlo, pero él no quiso recibir consuelo, diciendo: «¡Descenderé enlutado junto a mi hijo hasta el seol!». Y lo lloró su padre.
36 En Egipto, los madianitas lo vendieron a Potifar, oficial del faraón y capitán de la guardia.

José y la esposa de Potifar

Gn. 39.1-23 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Llevado, pues, José a Egipto, Potifar, un egipcio oficial del faraón, capitán de la guardia, lo compró de los ismaelitas que lo habían llevado allá.2 Pero Jehová estaba con José, quien llegó a ser un hombre próspero, y vivía en la casa del egipcio, su amo.3 Vio su amo que Jehová estaba con él, que Jehová lo hacía prosperar en todas sus empresas.4 Así halló José gracia a sus ojos, y lo servía; lo hizo mayordomo de su casa y entregó en su poder todo lo que tenía.5 Desde el momento en que le dio el encargo de su casa y de todo lo que tenía, Jehová bendijo la casa del egipcio a causa de José, y la bendición de Jehová estaba sobre todo lo que tenía, tanto en la casa como en el campo.6 Él mismo dejó todo lo que tenía en manos de José, y con él no se preocupaba de cosa alguna sino del pan que comía.
José era de hermoso semblante y bella presencia,7 y aconteció después de esto, que la mujer de su amo puso sus ojos en José, y le dijo:
—Duerme conmigo.
8 Pero él no quiso, y dijo a la mujer de su amo:
—Mi señor no se preocupa conmigo de lo que hay en casa, y ha puesto en mis manos todo lo que tiene.9 No hay otro mayor que yo en esta casa, y ninguna cosa me ha reservado sino a ti, por cuanto tú eres su mujer. ¿Cómo, pues, haría yo este gran mal, y pecaría contra Dios?
10 Hablaba ella a José cada día, pero él no la escuchaba para acostarse al lado de ella, para estar con ella,11 Pero aconteció un día, cuando entró él en casa a hacer su oficio, que no había nadie de los de casa allí.12 Entonces ella lo asió por la ropa, diciendo:
—Duerme conmigo.
Pero él, dejando su ropa en las manos de ella, huyó y salió.13 Cuando ella vio que le había dejado la ropa en sus manos y había huido fuera,14 llamó a los de casa, y les dijo:
—Mirad, nos ha traído un hebreo para que hiciera burla de nosotros. Ha venido a mí para dormir conmigo, y yo di grandes voces.15 Al ver que yo alzaba la voz y gritaba, dejó junto a mí su ropa, y salió huyendo.
16 Puso ella junto a sí la ropa de José, hasta que llegó su señor a la casa.17 Entonces le repitió las mismas palabras, diciendo:
—El siervo hebreo que nos trajiste, vino a mí para deshonrarme.18 Y cuando yo alcé mi voz y grité, él dejó su ropa junto a mí y huyó fuera.
19 Al oir el amo de José las palabras de su mujer, que decía: «Así me ha tratado tu siervo», se encendió su furor.20 Tomó su amo a José y lo puso en la cárcel, donde estaban los presos del rey; y allí lo mantuvo.21 Pero Jehová estaba con José y extendió a él su misericordia, pues hizo que se ganara el favor del jefe de la cárcel.22 El jefe de la cárcel puso en manos de José el cuidado de todos los presos que había en aquella prisión; todo lo que se hacía allí, él lo hacía.23 No necesitaba atender el jefe de la cárcel cosa alguna de las que estaban al cuidado de José, porque Jehová estaba con José, y lo que él hacía, Jehová lo prosperaba.

Enero 31
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Enero 31

1730-1550 a.C. Egipto: Ocupación de los hicsos

Los hicsos fueron reyes que gobernaron a Egipto, pero no pertenecían a las dinastías de los faraones naturales del país, sino fueron tribus invasoras que usurparon el poder durante casi siglo y medio. Flavio Josefo, un historiador judío, les da el nombre de «reyes pastores». Bajo el gobierno de estos faraones extranjeros fue que José ocupó el cargo de gobernador.

José, intérprete de sueños

Gn. 40.1-23 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Aconteció después de estas cosas, que el copero y el panadero del rey de Egipto delinquieron contra su señor, el rey de Egipto.2 Y se enojó el faraón contra sus dos oficiales, el jefe de los coperos y el jefe de los panaderos,3 y los puso en prisión en la casa del capitán de la guardia, en la cárcel donde José estaba preso.4 El capitán de la guardia encargó de ellos a José, para que los sirviera; y estuvieron durante un tiempo en la prisión.
5 Sucedió que ambos, el copero y el panadero del rey de Egipto, que estaban arrestados en la prisión, tuvieron un sueño en la misma noche, cada uno su propio sueño, cada uno con su propio significado.6 Vino a ellos José por la mañana y vio que estaban tristes.7 Entonces preguntó a aquellos oficiales del faraón que estaban con él en la prisión de la casa de su señor:
—¿Por qué tienen hoy mal aspecto vuestros semblantes?
8 Ellos le dijeron:
—Hemos tenido un sueño y no hay quien lo interprete.
José les dijo:
—¿No son de Dios las interpretaciones? Contádmelo ahora.
9 Entonces el jefe de los coperos contó su sueño a José, y le dijo:
—Yo soñaba que veía una vid delante de mí10 y en la vid, tres sarmientos; y ella echaba brotes, florecía y maduraban sus racimos de uvas.11 Y que la copa del faraón estaba en mi mano, y tomando yo las uvas las exprimía en la copa del faraón, y ponía la copa en la mano del faraón.
12 José le dijo:
—Esta es su interpretación: los tres sarmientos son tres días.13 Al cabo de tres días levantará el faraón tu cabeza, te restituirá a tu puesto y darás la copa al faraón en su mano, como solías hacer cuando eras su copero.14 Acuérdate, pues, de mí cuando te vaya bien; te ruego que tengas misericordia y hagas mención de mí al faraón, y que me saques de esta casa,15 porque fui raptado de la tierra de los hebreos y nada he hecho aquí para que me pusieran en la cárcel.
16 Viendo el jefe de los panaderos que aquella interpretación había sido para bien, dijo a José:
—También yo soñé que veía tres canastillos blancos sobre mi cabeza.17 En el canastillo más alto había toda clase de manjares de pastelería para el faraón, y las aves los comían del canastillo de sobre mi cabeza.
18 Entonces respondió José, y dijo:
—Esta es su interpretación: Los tres canastillos son tres días.19 Al cabo de tres días quitará el faraón tu cabeza de sobre ti. Te hará colgar en la horca, y las aves comerán la carne que te cubre.
20 Al tercer día, que era el día del cumpleaños del faraón, el rey ofreció un banquete a todos sus sirvientes; y alzó la cabeza del jefe de los coperos y la cabeza del jefe de los panaderos en presencia de sus servidores.21 Hizo volver a su oficio al jefe de los coperos, y volvió este a poner la copa en la mano del faraón.22 Pero hizo ahorcar al jefe de los panaderos, como José lo había interpretado.23 Sin embargo, el jefe de los coperos no se acordó de José, sino que lo olvidó.

José y el sueño del faraón

Gn. 41.1-36 DHH NIV NBD NVI LBLA
1 Aconteció, pasados dos años, que el faraón tuvo un sueño. Le parecía que estaba junto al río,2 y que del río subían siete vacas hermosas a la vista, muy gordas, y que pacían en el prado.3 Tras ellas subían del río otras siete vacas de feo aspecto y enjutas de carne, que se pararon cerca de las vacas hermosas a la orilla del río;4 y las vacas de feo aspecto y enjutas de carne devoraban a las siete vacas hermosas y muy gordas.
El faraón se despertó,5 pero se durmió de nuevo, y soñó la segunda vez: Siete espigas llenas y hermosas crecían de una sola caña,6 y después de ellas salían otras siete espigas menudas y quemadas por el viento del este;7 y las siete espigas menudas devoraban a las siete espigas gruesas y llenas.
El faraón se despertó y vio que era un sueño.8 Sucedió que por la mañana estaba agitado su espíritu, y envió llamar a todos los magos de Egipto y a todos sus sabios. Les contó sus sueños, pero no había quien se los pudiera interpretar al faraón.9 Entonces el jefe de los coperos dijo al faraón:
—Me acuerdo hoy de mis faltas.10 Cuando el faraón se enojó contra sus siervos, nos echó a la prisión de la casa del capitán de la guardia a mí y al jefe de los panaderos.11 Él y yo tuvimos un sueño en la misma noche, y cada sueño tenía su propio significado.12 Estaba allí con nosotros un joven hebreo, siervo del capitán de la guardia. Se lo contamos, y él nos interpretó nuestros sueños y declaró a cada uno conforme a su sueño.13 Y aconteció que como él nos los interpretó, así ocurrió: yo fui restablecido en mi puesto y el otro fue colgado.
14 Entonces el faraón envió a llamar a José; lo sacaron apresuradamente de la cárcel, se afeitó, mudó sus vestidos y vino ante el faraón.15 El faraón dijo a José:
—Yo he tenido un sueño, y no hay quien lo interprete; pero he oído decir de ti que oyes sueños para interpretarlos.
16 Respondió José al faraón:
—No está en mí; Dios será el que dé respuesta propicia al faraón.
17 Entonces el faraón dijo a José:
—En mi sueño me parecía que estaba a la orilla del río,18 y que del río subían siete vacas de gruesas carnes y hermosa apariencia, que pacían en el prado.19 Y que otras siete vacas subían después de ellas, flacas y de muy feo aspecto; tan extenuadas, que no he visto otras semejantes en fealdad en toda la tierra de Egipto.20 Las vacas flacas y feas devoraban a las siete primeras vacas gordas;21 pero, aunque las tenían en sus entrañas, no se conocía que hubieran entrado, pues la apariencia de las flacas seguía tan mala como al principio. Entonces me desperté.
22 »Luego, de nuevo en sueños, vi que siete espigas crecían en una misma caña, llenas y hermosas.23 Y que otras siete espigas, menudas, marchitas y quemadas por el viento solano, crecían después de ellas;24 y las espigas menudas devoraban a las siete espigas hermosas. Esto lo he contado a los magos, pero no hay quien me lo interprete.
25 Entonces respondió José al faraón:
—El sueño del faraón es uno y el mismo. Dios ha mostrado al faraón lo que va a hacer.26 Las siete vacas hermosas siete años son, y las espigas hermosas son siete años: el sueño es uno y el mismo.27 También las siete vacas flacas y feas que subían tras ellas son siete años, y las siete espigas menudas y quemadas por el viento solano siete años serán de hambre.28 Esto es lo que respondo al faraón. Lo que Dios va a hacer, lo ha mostrado al faraón.29 Vienen siete años de gran abundancia en toda la tierra de Egipto.30 Tras ellos seguirán siete años de hambre: toda la abundancia será olvidada en la tierra de Egipto, y el hambre consumirá la tierra.31 Y aquella abundancia no se echará de ver, a causa del hambre que la seguirá, la cual será gravísima.32 Y que el faraón haya tenido el sueño dos veces significa que la cosa es firme de parte de Dios, y que Dios se apresura a hacerla.
33 »Por tanto, es necesario que el faraón se provea de un hombre prudente y sabio, y que lo ponga sobre la tierra de Egipto.34 Haga esto el faraón: ponga gobernadores sobre el país, que recojan la quinta parte de las cosechas de Egipto en los siete años de la abundancia.35 Junten toda la provisión de estos buenos años que vienen, recojan el trigo bajo la mano del faraón para mantenimiento de las ciudades y guárdenlo.36 Y esté aquella provisión en depósito para el país, para los siete años de hambre que habrá en la tierra de Egipto; y el país no perecerá de hambre.

José, gobernador de Egipto

Gn. 41.37-57 DHH NIV NBD NVI LBLA
37 El asunto pareció bien al faraón y a sus siervos,38 y dijo el faraón a sus siervos:
—¿Acaso hallaremos a otro hombre como este, en quien esté el espíritu de Dios?
39 Y dijo el faraón a José:
—Después de haberte dado a conocer Dios todo esto, no hay entendido ni sabio como tú.40 Tú estarás sobre mi casa y por tu palabra se gobernará todo mi pueblo; solamente en el trono seré yo mayor que tú.
41 Dijo además el faraón a José:
—Yo te he puesto sobre toda la tierra de Egipto.
42 Entonces el faraón se quitó el anillo de su mano y lo puso en la mano de José; lo hizo vestir de ropas de lino finísimo y puso un collar de oro en su cuello.43 Lo hizo subir en su segundo carro, y pregonaban delante de él: «¡Doblad la rodilla!». Así quedó José sobre toda la tierra de Egipto.
44 Luego dijo el faraón a José:
—Yo soy el faraón; pero sin ti nadie alzará su mano ni su pie en toda la tierra de Egipto.
45 El faraón puso a José el nombre de Zafnat-panea, y le dio por mujer a Asenat, hija de Potifera, sacerdote de On. Así quedó José al frente de toda la tierra de Egipto.
46 Era José de edad de treinta años cuando fue presentado delante del faraón, el rey de Egipto; y salió José de delante del faraón y recorrió toda la tierra de Egipto.47 En aquellos siete años de abundancia la tierra produjo en gran cantidad.48 Y él recogió todo el alimento de los siete años de abundancia que hubo en la tierra de Egipto, y almacenó alimento en las ciudades, poniendo en cada ciudad el alimento de los campos de alrededor.49 Recogió José trigo como si fuera arena del mar; tanto que no se podía contar, porque era incalculable.
50 Antes que llegara el primer año de hambre, le nacieron a José dos hijos, los cuales le dio a luz Asenat, hija de Potifera, sacerdote de On.51 Llamó José al primogénito Manasés, porque dijo: «Dios me hizo olvidar todos mis sufrimientos, y a toda la casa de mi padre».52 Al segundo lo llamó Efraín, porque dijo: «Dios me hizo fructificar en la tierra de mi aflicción».
53 Se cumplieron así los siete años de abundancia que hubo en la tierra de Egipto,54 y comenzaron a llegar los siete años de hambre, como José había predicho. Hubo hambre en todos los países, pero en toda la tierra de Egipto había pan.55 Cuando se sintió el hambre en toda la tierra de Egipto, el pueblo clamó por pan al faraón. Y dijo el faraón a todos los egipcios: «Id a José, y haced lo que él os diga».
56 Cuando el hambre se extendió por todo el país, abrió José todos los graneros donde estaba el trigo, y lo vendía a los egipcios, porque había crecido el hambre en la tierra de Egipto.57 Y de todos los países venían a Egipto para comprar grano a José, porque por toda la tierra había crecido el hambre.